El Kremlin dijo el lunes que las acusaciones en Estados Unidos contra varias empresas y 13 ciudadanos rusos por supuesta intervención en las elecciones presidenciales de 2016 no contienen pruebas de que el Estado ruso haya estado involucrado.
Los comentarios representan la primera reacción del Kremlin a los cargos hechos por la oficina del fiscal especial estadounidense Robert Mueller enfocados en un empresario ruso apodado «el cocinero de Putin» y que, según autoridades de Estados Unidos, tiene fuertes vínculos con la élite política y empresarial de Rusia.
La acusación completa, que fue dada a conocer el viernes, sostiene que una agencia de propaganda financiada por el empresario Evgeny Prigozhin lideró una conspiración criminal y de espionaje para favorecer a Donald Trump en las elecciones presidenciales del 2016 y perjudicar la candidatura de Hillary Clinton.
Los cargos ponen en una posición complicada al Kremlin mientras intenta mejorar sus relaciones con el Gobierno de Trump, a fin de lograr que Estados Unidos levante las sanciones que aplicó a Rusia por su intervención en el conflicto de Ucrania.
Las acusaciones impulsaron nuevas sanciones mientras aumenta la presión por más medidas punitivas y los lazos bilaterales sufren una mayor ruptura.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el lunes que el proceso judicial abierto por Estados Unidos se enfocaba puramente en individuos y no proveía una prueba tangible de que el Gobierno ruso o alguna de sus agencias estuvieran implicados.
Ellos (los estadunidenses) están hablando de ciudadanos rusos, pero hemos escuchado en anuncios de Washington que hay acusaciones sobre intervención del Estado ruso, del Kremlin y del Gobierno ruso», dijo Peskov a periodistas en una teleconferencia.
No hay indicios de que el Estado ruso haya estado involucrado en esto ni jamás lo habrá. Rusia no intervino, no tiene el hábito de intervenir en los asuntos internos de otros países, y no lo está haciendo ahora», declaró.