Zonas arqueológicas que debes visitar en Puebla

  • Más allá del Templo Mayor, hay muchas otras zonas arqueológicas que debes de visitar para conocer la historia de nuestro país.

Si miramos a nuestro alrededor con un ojo crítico, seguramente algo dentro de nosotros se sentirá sorprendido al pensar que hace poco más de  500 años, lo que hoy se levanta ante nuestros ojos como una terrible mancha urbana, fue un conjunto de pirámides, templos y casas de piedra que, a pesar de su peso, parecían flotar majestuosamente en las aguas de un antiguo pantano. Hoy todo eso se reduce a unas cuantas páginas en los libros de historia o zonas arqueológicas tan pequeñas que su tamaño no le hace justicia a lo que en otro tiempo fue la gran Tenochtitlán.

Más allá de los límites de la majestuosa ciudad gobernada por los aztecas también se levantaron centros urbanos y ceremoniales tan imponentes como el del centro del país; el estado de Puebla es uno de esos sitios en cuyo territorio se levantan algunas de las zonas arqueológicas más interesantes y antiguas de Mesoamérica; a pesar de que la macha urbana amenaza con tragarlas y destruirlas, ejemplos como «la Manzanilla» son muestras de que incluso dentro de una gran ciudad puede existir otra mucho más antigua

Debido a la cercanía de Puebla con la Ciudad de México, debes conocer al menos una de estas zonas arqueológicas durante un fin de semana.

Cholula

La parte baja de la pirámide principal tiene un a longitud de 400 metros por lado, lo que le convierte en el basamento más grande en su tipo; supera incluso a la pirámide del Sol en Teotihuacán y a la de Keops en Egipto. Sobre esta estructura llamada Tlachihualtepetl —cerro hecho a mano— se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, que fue construido por los españoles en 1594. El conjunto está dedicado al dios de la lluvia Chiconquiahuitl, quien era venerado por los olmecas en 1300 d.C.

Cantona

Probablemente este sitio arqueológico cuyo nombre significa “Casa del Sol” fue uno de los centro urbanos mejor planeados de toda Mesoamérica. Los investigadores calculan que dentro del complejo hay alrededor de 4 mil calles y avenidas construidas para comunicar a la población.  Entre sus edificios perfectamente simétricos se encuentran intercaladas 20 canchas de juego de pelota.

Tepexi el viejo

Se trata de una de las ciudades más poderosas del siglo XV; esta característica se debía principalmente a su constante comunicación con otros centros urbanos como Teotihuacán; dicho esplendor se mantuvo hasta poco antes de la conquista. Sus tumbas, pirámides y zonas habitacionales se distribuyen a lo largo de 5 áreas principales.

Yohualichan

No se sabe con exactitud el verdadero nombre de este conjunto de templos totonacas, pues alrededor del año 1200 d.C., un grupo de nahuas lo bautizaron como Yohualichan, que significa “casa de la noche”. Según las creencias de dichos indígenas, los 5 templos cuyas puntas están orientadas hacia los cuatro puntos cardinales eran los hogares de las deidades de la noche.

Los pobladores de esta ciudad construida alrededor del año 600 decidieron abandonarla para viajar hacia Tajín, Veracruz; es por ello que las construcciones son muy similares.

La Mesa

Se trata de una de las zonas arqueológicas más antiguas del estado de Puebla; existen algunos hallazgos arqueológicos que indican que la comunidad comenzó a ser habitada alrededor del 8500, a.C. Las construcciones que compusieron esta ciudad fueron edificadas en 1345 a las orillas del manantial Ahuelican para que la comunidad pudiese abastecerse de agua sin transportarse grandes distancias.

San Cristóbal Tepatlaxco

Al igual que Yohualichan —aunque unos años más antigua— esta ciudad tuvo una fuerte comunicación con los pueblos originarios de Veracruz, basta con decir que entre el 300 a.C. y el 600 d.C este sitio fue un punto con una fuerte influencia olmeca. Algunos pobladores se refieren a ésta como la zona de “los cerritos”, pues debido al paso del tiempo, sus pirámides han sido víctimas de la erosión, lo que las hace parecer pequeñas montañas gracias al pasto que crece sobre ellas.

Si eres un apasionado de la arqueología, es probable que después de visitar estos sitios busques muchos otros cerca de la ciudad que puedas visitar a bajo costo. En realidad los límites serán pocos mientras tu curiosidad crezca, así que sólo encuentra tu siguiente pirámide y ve por ella.