Muere a los 70 años la cantante francesa France Gall

  • France Gall, que había experimentado varios dramas personales durante su vida, fue hospitalizada a mediados de diciembre por una infección grave

Tras una larga y dolorosa enfermedad, la madrugada del domingo falleció France Gall (70 años), que tuvo días de gloria nacional entre 1964 y 1980, para alejarse luego de los escenarios, instalada en el podio de los antiguos jóvenes «ídolos» del pop yeyé francés.

Nieta, hija, compañera sentimental y esposa de músicos de cierta relevancia, France Gall se hizo famosa con dos canciones, «Sacré Charlemagne» (1964) y «Poupée de cire, poupée de son» (1965), con la que ganó el premio de la Eurovisión.

El semanario «Salut les copains» (1962 – 2006), animado por dos grandes maestros, Frank Ténot y Daniel Filipacchi, se había convertido en portavoz de una generación de jóvenes revelaciones de la música local que rompía con la canción francesa tradicional inspirándose en los modelos norteaméricanos: Johnny Hallyday, Sylvie Vartan, Claude François, Julien Clerc, Françoise Hardy, entre otros, encarnaron la «generación yeyé», así definida por vez primera por el ensayista Edgar Morin, en un legendario artículo publicado el mes de julio de 1963 en el vespertino «Le Monde».

France Gall no solo perteneció a esa generación: fue la compañera sentimental de otras figuras eminentes, Claude François y Julien Clerc. Historias de amor que no duraron mucho, mientras la cantante comenzó a colaborar con un compositor y cantante de otra envergadura estética, Serge Gaingsbourg, autor de otras de sus canciones célebres, comenzando por «Les Sucettes», cuyo éxito tuvo algo de muy equívoco: la canción «cuenta» de manera no del todo elíptica una felación más o menos imaginaria.

France Gall siguió teniendo éxito, con canciones como «La déclaration d’amour» (1974), «Ça balance pas mal à Paris» (1976), «Si maman si» (1977), «Il jouait du piano debout» (1980), «Résiste» (1980), «Babacar» (1987), «Évidemment» (1987), «Ella, elle l’a» (1987), «La Chanson d’Azima» (1988). La vida y la obra de la cantante había cambiado de rumbo en 1973, cuando conoció a Michel Berger, gran músico y cantante, también él, autor de letra y música de muchas canciones de repertorio, no solo pop yeyé.

La muerte prematura de Michel Berger, en 1992, y de su hija, cinco años más tarde, aceleró el ocaso de la cantante, recluida en un limbo personal del que no terminó de salir nunca, a pesar de considerables esfuerzos. Los primeros y grandes éxitos quedaban muy lejos. La fama y el triunfo póstumo de Michel Berger convirtieron a su viuda en un fantasma de sí misma.

La comedia musical «Résiste» (1980) le devolvió la ilusión, temporalmente, hasta que comenzó a sufrir de un cáncer de pecho desde 1993, un año después de la muerte de su esposo. El 2009, todavía relanzó una «nueva versión» de «Starmanía», una famosa comedia musical de su esposo, estrenada en 1979. Habían pasado los años.

Todavía pudo asistir, hace semanas, a las ceremonias de homenaje nacional a Johnny Halliday, para ser internada el 19 de diciembre pasado en el Hospital americano de Neuilly, donde se le diagnóstico una infección pulmonar grave y falleció la madrugada del domingo.

Claude François, Julian Clerc y Michel Berger le consagraron canciones sentimentales, en recuerdo de sus relaciones amorosas. Con ella desaparece otra de las figuras emblemáticas de la generación yeyé.