La ficción que habla sobre el lado crudo de la historia

Vuelo de cuervos” es una novela que relata la aventura de un poeta encomendado a documentar un violento movimiento militar enfocado a los indígenas “Miskitas”, hacia lo que irónicamente llaman los militantes Tasba Pri, “Tierra libre”.

Esta novela cumple 20 años de su publicación, y a modo de celebración, la editorial Alfaguara trae el título de nueva cuenta y con ello tenemos la oportunidad de conocer a Erick Blandón, autor de este y otros títulos, de origen nicaragüense y quien se define orgulloso de lo que hace. “Soy un hombre que toda la vida se propuso ser escritor”.

La forma en que el autor entra al mundo de la literatura se remonta a su infancia marcada por el hábito de la lectura, hablando sobre la importancia que ésta tiene. “Vengo de una familia donde la actividad principal de recreo era la lectura. Mi madre, sus hermanos y mis abuelos eran personas que tenían libros, bibliotecas, hablaban de ellos; entonces uno como niño, siempre trata de imitar a los mayores”.

Así inicia una actividad personal, comenzando a escribir distintos poemas e historias que desde la infancia marcaron los primeros pasos de lo que es su pasión hoy. “También apareció la oportunidad de tener a una magnifica profesora de castellano, español, que realmente fue la que me impulsó a seguir en la universidad, en una profesión vinculada a las letras”.

Con esta frase habla sobre la experiencia de mantenerse fiel y estudiar lo que más rico hace a cada persona: “Hubo voces que me querían disuadir, fui a estudiar la carrera de español en un momento en que estudiar letras, pues no ofrecía ningún beneficio económico, me decían que estaba pensando como pobre, pero mi meta no era hacer dinero, si no ser escritor”.

Recordando el 20 aniversario, confiesa con mucho amor, su parte preferida de elaborar esta novela, que trata de mostrar el lado contrario de los registros durante el siglo XX de Nicaragua. “Era una historia narrada desde el revés de la versión oficial, esa versión habla de lo bonito, yo creí que era importante contar la parte fea y para eso hice una ficción, en donde participó mucho la risa, pero también el llanto, entonces toda la novela en sí, me parece que representa un momento muy importante”.