Civiles persiguieron a autor de matanza en iglesia texana

Johnnie Langendorff comentó este lunes que iba en su camioneta a recoger a su novia en Sutherland Springs cuando un hombre descalzo que había intercambiado disparos con el autor de la matanza en una iglesia en Texas, subió atrás del vehículo y exclamó:

Tenemos que agarrarlo».

Momentos después, los dos perseguían el vehículo de Devin Patrick Kelley, de 26 años, quien según la policía abrió fuego en el interior de la Primera Iglesia Bautista, en Sutherland Springs, con resultado de 26 muertos y unos 20 heridos.

Se subió a mi camioneta y dijo ‘ese acaba de balear la iglesia, tenemos que agarrarlo’. Y yo respondí ‘vamos’», afirmó.

Este hombre de 27 años, señaló que no sabía el nombre del residente armado que se había resguardado atrás de una camioneta estacionada mientras intercambiaba disparos con Kelley.

Pero cuando el civil armado subió a la pickup, ambos persiguieron de inmediato el vehículo de Kelley a velocidades superiores a los 140 kph.

El director regional del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Freeman Martin, explicó hoy en conferencia de prensa que el civil que iba con Langendorff llevaba un «fusil de asalto AR y se enfrentó» al agresor armado.

Según este hombre, Kelley finalmente perdió el control de su vehículo y se estrelló, debido a lo cual el civil armado se acercó con cautela con su arma lista, pero el atacante permanecía inmóvil.

La policía llegó unos cinco minutos después, añadió, quien no supo si el civil armado hirió a Kelley en el enfrentamiento; la policía señaló que la causa de la muerte de Kelley fue el suicidio.

A la pregunta de si se sentía un héroe, Langendorff dijo:

La verdad no sé cómo me siento. Sólo espero que las familias y las personas afectadas puedan dormir tranquilas sabiendo que este hombre ya no está vivo y no podrá causar daño a nadie más. Creo que solo hice lo correcto».

Aunque no identificó al civil que intercambió fuego con Kelley, Julius Kepper, residente de Sutherland Springs, comentó que esa persona era su vecino, Stephen Willeford, de 57 años.

Por su parte, el presidente Donald Trump afirmó que este suceso no fue una situación derivada de las armas en sí.

Era un individuo muy trastornado, según los informes preliminares. Demasiados problemas en un periodo largo», declaró el magante cuando le preguntaron sobre los hechos en el momento en el que él y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, tenían una conferencia de prensa conjunta.

Tal como hizo después de la matanza de 58 personas el mes pasado en Las Vegas, Trump se resistió a hablar del control de armas en Estados Unidos.

Describió la masacre en la iglesia de Texas como un «problema de salud mental al máximo nivel».