En el auditorio Adrián Gilbert de la Universidad La Salle, campus Condesa, minutos después del mediodía, más de 300 alumnos de preparatoria, rindieron homenaje a su compañera Fátima, la joven de 15 años de edad secuestrada y asesinada.
Los padres de Fátima acudieron con otro de sus hijos y su abuelo; esta vez guardaron silencio. Quien ofreció el adiós fue Rodrigo Alvarado García, director de preparatoria de esta institución.
“Es importante que honremos la vida de Fátima. Jóvenes y señoritas que convivieron con ella en mayor o menor medida, a algunos de ustedes se los dije vivan a plenitud y con su vida honren a Fátima, no honren su muerte, honren su vida, creen lazos entre ustedes”, expresó.
En primera fila, frente a la imagen de su hija, los padres recibieron las condolencias de jóvenes, quienes muchas veces se doblaron de emoción ante los recuerdos de su compañera, y el sacerdote que ofició la misa hacia extensivo este pésame.
“Hoy de manera especial queremos unirnos a la familia Altamirano Coca, a través de esta eucaristía, a través de este sacrificio, a través de esta acción, donde queremos elevar nuestra oración a Dios para que él también nos conceda su gracia para poder entender mucho de lo que nos pasa”, expuso el sacerdote que ofició la misa.
INGRESÓ CON EL SUEÑO DE AYUDAR
Poco a poco alumnos fueron dejando flores frente a esa fotografía de Fátima y sus padres se despidieron del colegio, donde esa joven que hace un poco más de tres semanas ingresó a la preparatoria con el sueño de salvar vidas, al llegar a estudiar medicina y así quedará el recuerdo, comentó Rodrigo Alvarado, quien aseguró que “ella siempre hizo el bien y lo hizo hasta el último minuto de vida”.
Los padres de Fátima fueron custodiados hasta el final por autoridades académicas, con el fin de que los medios de comunicación no los pudieran entrevistar, después de que determinaran no hacer más declaraciones ante el rumbo que lleva la investigación de la Procuraduría de Justicia capitalina y la del Estado de México.