Vivió cinco días con su hermano sin darse cuenta que estaba muerto

El departamento en el que vivían Guillermo y Marco en el Estado de México era pequeño. Los vecinos de la cerrada de Topacio 10 B, de la unidad habitacional La Paz, en territorio mexiquense, los conocían bien y les extrañó no ver a ninguno de los dos en varios días.

Un olor fétido fue percibido por los habitantes del conjunto de viviendas y sus peores pensamientos fueron comprobados después de llamar a las autoridades policíacas. Guillermo, de 48 años, fue encontrado muerto, sentado en un sofá que estaba apenas entrando al departamento.

Marco no supo cómo murió su hermano. Aunque quisiera, no podría decir nada a la policía porque padece de sus facultades mentales. La compañía de Guillermo durante cinco días fue la manera que tuvo Marco de despedirse de su hermano, al que no volverá a ver jamás.

Con 57 años, el problema mental de Marco provocó que no diera aviso a las autoridades sobre la muerte de Guillermo. Fue casi una semana la que él estuvo sentado en el sofá, sin responder a ninguno de los llamados de su hermano mayor.

Cuando los vecinos llamaron a la policía se dieron cuenta que Marco estaba desconcertado, sin saber aún por qué se llevaban a su hermano y, peor aún, sin saber por qué lo estaban sacando de su casa sin que él así lo hubiera querido. Tras las insistentes preguntas de los agentes del Ministerio Público, sin obtener alguna respuesta, Marco fue trasladado a una clínica especial hasta definir su situación legal.

El cuerpo de Guillermo no permaneció más en el domicilio de La Paz. Las autoridades lo trasladaron a la fiscalía local para que se le practicara la necropsia de rigor.