En la sala de estar, John Hobson tenía una tornamesa de madera larga y antigua. Protegía sus discos de vinilo como nadie, los casetes y los inserts estaban intactos, las fundas estaban poco maltratadas, pero había uno al que le tenía un cariño especial y, por lo mismo, lo reproducía de manera constante, sobre todo cada que sentía que la soledad y la nostalgia lo abrazaban.
Ese disco al que le daba un uso recurrente contenía conversaciones que alguna vez tuvo con su madre, pero no sólo eso, pues en él se guardaban también las cenizas de sus restos, mismos que podrían apreciarse con la transparencia del vinilo. Eso que se asomaba no eran brillos, eran los restos de la propia Madge Hobson.
Esta es una nueva modalidad de perdurar después de la muerte, implementada por la compañía británica And Vinyly, con el objetivo de que esa persona que ya se fue, pueda ser recordada por sus familiares e incluso por futuras generaciones que no tendrán la oportunidad de escuchar su voz en vida.
El proceso de fabricación es el mismo utilizado para un vinilo normal, sólo que por cada disco, se agrega un poco de las cenizas del fallecido, dependiendo cuántas copias se quieran distribuir entre los familiares. «Tuve que medir la cantidad de cenizas que tenía en la urna», indicó John a BBC Mundo. «Puse una cuchara grande en distintas bolsas de plástico, una para cada disco».
Hobson recurrió a viejas grabaciones de conversaciones que tuvo con su madre para reproducirlas cada vez que él quisiera a través de este vinilo que tiene quince copias, mismas que fueron hechas con las cenizas de Madge, para que se repartieran entre sus familiares, sus amigos y miembros de la iglesia a la cual ella acudía constantemente.
Jason Leach, creador de esta empresa, recomienda que no deben ser tantas las cenizas que se utilicen para la elaboración de un vinilo pues eso también puede afectar el sonido al reproducirse en la tornamesa. Si bien es una idea que apenas comienza a volverse una realidad, Leach ya busca patrocinadores y acuerdos con funerarias en Reino Unido.
Con el slogan “Cuando el álbum de la vida se acaba, ¿no sería fantástico mantener ese disco girando por toda la eternidad?”, And Vinyly tiene diferentes opciones para los sonidos que acompañen las cenizas al momento de colocar la aguja sobre el vinilo.
“Rest in vinil” es el nombre del producto más básico, y es un disco con una duración de 24 minutos, en la que se pueden grabar el soundtrack de la vida del difunto, aunque también pueden, como John, optar por grabar las conversaciones con la persona fallecida o, en su defecto, dejar hasta el testamento grabado.
El precio de este vinilo básico es de 83 mil 386 pesos e incluyen 30 copias para ser distribuidas en la familia. El precio se incrementa si quieren que se incluyan el arte o los diseños de algunos artistas famosos.