«El genocidio desconocido»: Israel financia la persecución de 87 mil musulmanes desplazados en el sureste asiático

Una de las guerras olvidadas por el mundo, desatada en Myanmar, en el sureste asiático, es también una de las más crueles y despiadadas. El ejército birmano persigue y asesina a su minoría étnica musulmana: los rohingaya, considerados por el gobierno como inmigrantes invasores, que por practicar el islam, creen que podrían radicalizarse por lo sucedido alrededor del mundo por los yihadistas, estigmatizando al Islam.

La persecución contra los rohingya, inició desde 1948 en toda Myanmar donde la religión mayoritaria es el budismo. El gobierno dice que esta minoría son migrantes musulmanes que se originaron en Bangladesh y emigraron al país vecino durante la ocupación británica. El gobierno no les permite tener propiedades ni identificación oficial.

La diversidad étnica de este país se ha convertido en un problema de intolerancia, según fuentes oficiales del gobierno birmano existen 135 grupos étnicos reconocidos, sin embargo la violación a los derechos humanos hacia los rohingya ha propiciado el desplazamiento masivo por violaciones, asesinatos a bebés, desapariciones forzadas y golpizas hechas por el ejército birmano, según la Comisión de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

 Desplazados y rechazados

Para la portavoz de la comisión de derechos humanos de la ONU, Kitty McKinsey, los rohingyas son probablemente la gente con menos amigos en el mundo.

En los últimos 10 días, la ONU contabilizó unos 87 mil desplazados concentrados en la frontera con Bangaldesh huyendo de la represión militar en la región de Rakhine al oeste de Myanmar. Otros 20 mil se refugian en campamentos improvisados a las orillas del ría Naf, una frontera natural entre ambos países.

«Desde 2012 la segregación ha ido en aumento, donde la negligencia y represión está a la orden del día», explicó a la BBC la experta Penny Green de la Universidad Queen Mary en Londres.

Green expone que el gobierno comenzó una campaña para estigmatizar a esta minoría por la creciente ola de extremismo musulmán en el mundo, temeroso al terrorismo, el gobierno birmano agudizó la represión contra toda población musulmana en el país.

El 25 de agosto de 2012, los rohingyas hartos de la represión crearon el Ejército de Salvación Rohingya de Arakan, una organización insurgente que intenta luchar contra la represión del ejército y que el gobierno birmano tacha ya de organización terrorista, según Green.

Pero, ¿quién está detrás de esta campaña de odio contra el Islam en Myanmar financiando al ejército birmano con armamento de calidad?

Israel y la industria bélica

De acuerdo con información del diario británico Independent, Israel está detrás del financiamiento armado contra los rohingyas. La venta de armas, el principal negocio para los israelíes, intensificando la violencia en contra de sus eternos enemigos: los musulmanes.

Es bien sabido que para Israel cualquier acción en contra del Islam, es bueno para sus intereses y para disminuir la presencia musulmana en el mundo. Más de 100 tanques, barcos, y armas ligeras fueron vendidas al gobierno birmano por compañías armamentísticas israelíes, según autoridades de control para los derechos humanos.

Incluso el ejército birmano ha recibido entrenamiento de combate especializado con el fin de reprimir a la minoría.

No obstante, existe ya un embargo de EUA y la Unión Europea sobre la venta de armas al país asiático. El alto tribunal israelí estudiará dicho embargo para determinar si prohíbe a las empresas de armas de Israel la venta al gobierno birmano. En marzo, el ministerio de defensa israelí defendió la venta de armas diciendo que los tribunales en Tel Aviv no tenían jurisdicción alguna en asuntos de negocios privados y diplomáticos.

«Los gobiernos isrelíes han estado apoyando al sector privado armamentístico a la dictadura militar birmana durante años», denunció Ofer Neiman, activista israelí a favor de los derechos humanos.

Neiman relacionó este negocio con la opresión y despojo de Israel al pueblo de Palestina. «Las armas usadas contra los palestinos están siendo vendidas como ‘probadas en el campo de batalla’ a uno de los peores regímenes del planeta: el birmano», acusó.

 El activista dijo que organismos pro derechos humanos tienen pruebas de decapitaciones a niños, pueblos enteros quemados y asesinatos masivos por las fuerzas militares birmanas en contra de los rohingyas.