Inician Las Morismas de Bracho, el máximo evento zacatecano

Prepara tu maleta para estar el próximo Prepara tu maleta para estar el próximo  fin de semana en el Centro Histórico  de Zacatecas —sobre todo el sábado 2 de septiembre después de mediodía— para ser testigo de cómo las calles empedradas con los edificios de cantera rosa de esta Ciudad Patrimonio se inundan de devoción, de fiesta, de ritmo y ofrenda.

La historia

Corría el año de 1830 cuando se registró por primera vez esta escenificación monumental. Quizá entonces no alcanzaba los 14 mil participantes con los que ahora cuenta, pero sí era la misma fecha especial: el día de San Juan Bautista. Todo comenzó con la bonanza que trajo el oro y la plata a estas tierras. Para la Corona Española, Zacatecas era un centro estratégico por su minería, lo que atrajo a múltiples órdenes religiosas que además de su credo traían consigo fiestas y costumbres. Una de ellas son las Morismas de Bracho, cuyo festejo incluye desfiles, coloquios, simulaciones de batallas campales (basadas en la original batalla de Lepanto que ocurrió en España siglos atrás). Que triunfa el catolicismo en estas batallas, que se van los que hacen de turcos y que el rey moro es decapitado es parte de una tradicional y añeja historia que los más de 14 mil representantes han heredado de generación en generación.

Lo más auténtico

De acuerdo con la Secretaría de Turismo, la mayor riqueza de esta fiesta es que proviene del pueblo y es para el pueblo. Las instancias gubernamentales quedan al margen de una celebración que en muchos sentidos significa continuar con oficios añejos: ser el comandante del batallón segundo no es cualquier cosa, pues ese cargo —otorgado por la Cofradía de San Juan Bautista— le ha sido dado a la familia desde tiempo atrás. Legar estos roles es un honor y un gusto que abraza a los bebés desde la cuna: porque vienen hombres con chiquillos, hay abuelos, hay jóvenes y niñas por igual.

Los preparativos

El cariño con el que los moros preparan sus uniformes, hacen sus bolillos, los llevan a bendecir y los barnizan son minucias que le dan un sentido ritual y de pertenencia a la fiesta. Con dos meses de anticipación las bandas se reúnen a ensayar, pero en realidad, todo ocurre de manera entre espontánea y a fuerza de una repetición ancestral.

El escenario

Las batallas ocurren en las Lomas de Bracho, a espaldas del Cerro de la Bufa. En el puente que conecta a la ciudad con las lomas hay un empedrado que el mero sábado y domingo se llena de penitentes hincados que avanzan a la capilla de San Juan Bautista.

El domingo ocurre la batalla principal y desde el centro desfilan los moros hacia las lomas donde los cristianos están esperándolos en una formación de cruz. ¿Puedes imaginar a 7 mil personas desfilando y a otras 7 mil esperándolos? Se te enchina la piel si a la escena le agregas la clásica tambora.

Si eres zacatecano seguramente ya estás listo para el evento porque siendo moro, cristiano o espectador, es una de las fiestas que no podrás perderte.