Pese a todo, el campeón sonríe en Verde Valle

Es domingo por la ma ñana y costó levantar se después de jugar la noche anterior. Empataste contra Querétaro y la tabla general dice que eres penúltimo de la competencia.

Tu etiqueta de campeón luce empañada. Tu presente es tan gris como tu uniforme de entrenamiento y sin embargo te das tiempo de ponerle buena cara a la tempestad.Ese es el ambiente que se vivió este domingo en el entrenamiento matutino del Club Deportivo Guadalajara, un equipo con siete partidos sin conocer la victoria, pero con la actitud intacta.

En el Club Chivas Verde Valle a pesar de todo surgieron las bromas entre jugadores y cuerpo técnico. Guido Bonini fue el autor de la primera.“¿Quién es esa señora de blanco y de qué se está rehabilitando?”, le preguntó Bonini al defensa Hedgardo Marín, quien de inmediato entendió que la “señora de blanco” era nada más y nada menos que el kinesiólogo Gustavo Witte, quien corría a su lado con un semblante un tanto agotado.

A un costado de la cancha, en el gimnasio del club, el cuadro que fue titular ante Gallos no desentonó con el buen ánimo del preparador físico argentino; luego de que les explicaran cuál sería la rutina del día, Michael Pérez fue quien rompió con la seriedad preguntando a quién le tocaba poner la música.

Ya con las bocinas sonando, los titulares del chiverío comenzaron su ejercicio. Ángel Zaldívar pidió indicaciones, José Juan Vázquez flexionaba hasta poner su rodilla en el suelo y en la cancha de enfrente Alan Pulido disparaba a puerta para después acomodarse el cabello.

La protección que porta en el brazo derecho no le hace perder el estilo al artillero rojiblanco.A unos metros del gimnasio y del peinado de Pulido, concretamente en la cancha principal del club, Matías Almeyda formó dos equipos con sus jugadores de Copa.

Ahora tocaba jugar en espacios reducidos. Entre gritos de “buena, güero” y bailes de “Terry” el utilero, el equipo que comandaba Isaac Brizuela derrotó a los de Oswaldo Alanís, entonces el “Cone” y compañía se dispusieron a castigar a los caídos.

Debajo del travesaño, en fila y con la retaguardia levantada, Alanís, Fierro y el resto del equipo perdedor se acomodaron para ser fusilados a balonazos. Sólo Carlos Cisneros se salvó a pesar de la derrota.

El “Charal” aún no se recupera de su lesión y no vaya a ser que un pelotazo termine por hacerle mal. Terminado el castigo, el “Terry” presume a la prensa que el próximo jueves se irá de vacaciones a Nueva York.

Ayudado por su compañero “el Pantera”, el utilero estrella del Rebaño se retira mientras al fondo, en las entrañas de la construcción de la Casa Club, Juan Gabriel canta “Buenos días a la vida”.