Ray Loriga apuesta por una ciudad transparente en ‘Rendición’

Ray Loriga (Madrid, 1967) construyó una ciudad transparente, con muros de cristal donde no existe la noche ni los secretos, una utopía con bibliotecas y cerveza gratis en la que no circula el dinero, ni existen reyes ni líderes; una tierra que privilegia la “libertad”, el orden, la limpieza y la satisfacción, una democracia de ensueño que se basa en el consenso absoluto y promete la felicidad en un mundo sin luna, un terreno donde no se cosecha la poesía y donde un inadaptado podría será mal visto ante los ojos de Charles Darwin.

Éste es el contexto de Rendición, la obra de Loriga que obtuvo el Premio Alfaguara de novela 2017, donde plantea una metáfora del mundo virtual de nuestro tiempo, mediante el viaje y la transformación de tres personajes que debieron quemar y abandonar su granja, para ser transportados a un mundo nuevo.

Esos personajes son: un narrador anónimo, “Ella” o la esposa del narrador, y Julio, un niño adoptado por este matrimonio para sustituir a Augusto y Pablo, los dos hijos legítimos que perdieron en la guerra de 10 años. ¿Qué papel juega Julio en esta historia?, se le inquiere a Ray Loriga. “Es el enigma de todo el libro. Así que no quiero develar y fastidiar al lector.

Digamos que su origen es desconocido, su inteligencia y sus intenciones son desconocidas, pero es un niño que se adapta; es la última esperanza de este matrimonio que primero lo acogió, luego lo escondió y termina por ser su hijo.

Este crío parece mudo y no sabemos si perteneció al enemigo o si viene con deseo de venganza o si mataron a sus padres… pero es el elemento de tensión que vertebra toda la novela. Sin embargo, yo no me propongo hacer una crítica social, sino compartir extrañezas y compartir estas inquietudes”. ¿Por qué los protagonistas deben quemar su casa? “Porque es la renuncia máxima sobre la sociedad a la que pertenecen, una sociedad rural, donde la propiedad es la esencia y la raíz. Ellos deben cortar raíces. Es la rendición a todo lo que han construido”.

¿Por qué esta ciudad transparente tiene bibliotecas y literatura? “Es parte de la paradoja que quería presentar, donde aun habiendo leído todos esos libros, quería dejar una vuelta de tuerca –como diría Henry James– esta sociedad se dirige, quizá, a un futuro mejor porque incluye la cultura, el entretenimiento… sería como la democracia soñada”.

¿Aunque el protagonista no se adapte? “Él no se adapta y es parte de mi búsqueda en la novela. Pero la duda es otra: ¿acaso este personaje no será un estorbo para el futuro? Él es un ser obsoleto. Y aunque no quiero decir que yo sea así, es la voz que cuido en el libro.

A mí como lector de este libro me queda una duda: ¿acaso este miserable que he creado, es innecesario para el progreso?”. ¿Consideras que puede crecer la poesía en un mundo sin oscuridad? “En una sociedad así la poesía tendría su lugar, pero sería una poesía desarmada o de acompañamiento, una poesía que perdería ese puñal que llevan escondido los buenos poetas. Sería una poesía como actividad lúdica que perdería su capacidad de activo social, de inquietud moral, filosófica e intelectual que es a la que aspira la gran poesía”.

¿Por qué los muros de las casas son transparentes pero la gente viste ropa en la calle? “Porque la novela cambia lo que entendemos como la lógica del pudor y de la intimidad. Esto significa que lo que hoy nos parece eterno… de pronto puede no serlo. Pensemos en las muchas cosas normales que nuestros abuelos o bisabuelos dieron por hecho y, de la noche a la mañana… carece de sentido”.

DICTADURA VIRTUAL

Uno de los elementos más contradictorios de “Rendición” es el que la protagonista es mujer inteligente y hábil para contar historias, quien fácilmente es sometida al nuevo sistema. Sin embargo, el autor lo observa diferente.

“No sé si quede sometida. Me interesó crear una situación narrativa donde mi opinión sea una más de las lecturas del libro. Te diría que según la teoría darwinista ella tuvo la capacidad de adaptación. No me parece que Ella se someta, sino que se adapta porque tiene más herramientas y una inteligencia más desarrollada. Diría que donde ella ve una oportunidad, él sólo ve un hundimiento”.

¿Esta novela es una metáfora de ese mundo virtual construido con internet? “Es muy claro eso, un ejemplo de la autocensura en las redes sociales, de ese miedo a disgustar y cruzar la barrera hacia los dislikes, a esa presión de grupo que obliga a las personas a autocensurarse. Porque uno no habla igual (en Facebook) que en una cantina. Además, en esa sociedad virtual la omisión es más grave porque te convierte en un paria.

¿Cómo es que en una sociedad hipercomunicada lo que tú dices no recibe una respuesta?”. ¿Qué harías en una sociedad así? “A mí no me preocupa lo que haría yo porque estoy frito por los dos lados. Yo no me preocupo por ese gobierno de absoluto consenso, esa democracia ideal del mundo virtual”.

¿Democracia que parece dictadura? “Es una forma pésima de verlo… pero me parece que sí”. ¿Por qué Rendición inicia con una guerra que de pronto se olvida? “Sitúo la guerra en un limbo temporal y geográfico porque considero que todas las guerras son desgraciadamente iguales e idiotas; algunas se ha dicho que han sido necesarias, cuando hubo que detener a Hitler. ¡Ahora no! Pero en la guerra de esta novela intuyo que el bando al que perteneció nuestro protagonista no fue el mejor”.