Se les relaciona con lo mítico, la inteligencia, la oscuridad, etc., sin embargo estas simpáticas aves tienen características bien definidas que en conjunto las hace únicas como cada animal sobre este planeta. Pero sin hacerla más larga aquí te dejamos una probadita.
Para empezar pongamos en claro que a pesar de la gran diversidad de especies se dividen en dos categorías principales: los búhos típicos y las lechuzas. Siendo notable la diferencia en que los búhos tienen una cabeza más grande con plumas que sobresalen en forma de orejas, mientras que las lechuzas tienen la cabeza en forma de corazón y redonda.
Recursos para la caza: visión excepcional y muy buen oído. Comprobado por el hecho de que realizan esta actividad de noche, es muy raro verlos trabajar de día.
Y no hay que despreciar su pico por su diminuto tamaño, pues en realidad muestran su utilidad a la hora de controlar a la presa o luchar contra los depredadores.
Eso si, si no te gustan puedes mudarte a la Antártida pues es el único lugar del mundo donde no existen especies de búhos.
Los hay de todos tamaños desde el más pequeño del mundo, el pigmeo que mide sólo alrededor de 4 pulgadas de alto hasta el búho real, de unos 28 centímetros de altura.
Los búhos solo atacan al hombre cuando se sienten amenazados. Especialmente cuando tienen huevos o polluelos jóvenes que proteger.
Son hogareños pues aunque algunas especies migran, en general se quedan en el mismo lugar durante todo el año.
Obviamente algo le tenía que faltar y es que el búho es la única especie de ave que no tiene buche, así que lo que come pasa a ser digerido inmediatamente.
Lo que si pueden es girar su cabeza en todos los sentidos, gracias a las 14 vértebras de su cuello.
Y esos ojotes que a todos nos conquistan tienen que ser bien cuidados y para ello cuenta con tres párpados.