‘Aún sigo siendo Paul McCartney’

A 75 años de su nacimien­to, Paul McCartney goza de una incesante creativi­dad artística que ha ganado la batalla contra el tiempo y traspasado fronteras, ten­dencias, géneros musicales y generaciones.

Su carisma ha doblegado al mundo, o por lo menos no le ha permitido quedarse indi­ferente a sus composiciones, tanto a aquellas que escribió en The Beatles, como las que fueron creadas en Wings o las que hizo, y hace aún, en su fa­ceta como solista o colabora­dor de otras voces.

Escribí mi primera can­ción a los 14 años y entonces empecé a mejorar. Después escribí junto a John (Lennon) y comencé a desarrollar un sistema para escribir. Lo hacía casi siempre sentado, no tar­daba mucho. No más de tres horas en una canción y tra­taba de irme con algo. Desa­rrollaba un proceso y todavía uso más o menos el mismo”, afirmó McCartney en el docu­mental Chaos and Creation at Abbey Road (2006) de la serie televisiva Great Performan­ces, de la cadena estaduni­dense PBS.

¿Cómo olvidar el melan­cólico tema Yesterday, que hiciera para el álbum Help!(1965), de The Beatles, que es una de las canciones más reversionadas en la historia de la música popular acre­ditada por el Libro Guinness de los Récords? ¿O aquella para la película Live and Let Die (1973), con título homó­nimo, para una de las tramas del agente 007, protagoni­zada por Roger Moore como James Bond?

“Si eres la clase de escritor que soy yo, tienes la pequeña ambición de hacer una can­ción para James Bond. Tuve una idea bastante sincera con Live and Let Die, porque cuando eres joven y tu cora­zón es un libro abierto sueles decir ‘vive y deja vivir’.

Así que la hicimos, la gra­bamos y la terminamos. Linda (McCartney) escribió la par­te de en medio con un poco de reggae. Llevaron el tema a donde estaban filmando, al Caribe. La escucharon y di­jeron que estaba bien para ser un demo y preguntaron ‘¿cuándo harás la grabación de verdad?’. Yo les dije: ‘¡Es ésta!’”, relató McCartney en el documental Wingspan (2001), en el que fue entrevistado por su primera hija, Mary.

¿Y qué tal la canción Mull of Kintyre que es­cribió con Wings, la banda que creó junto a su primera esposa, Linda, en la década de 1970? Es uno de los sen­cillos más vendi­dos del Reino Unido de 1977 con 2.5 millones de copias.

Era bueno encontrar un tipo de novia, una esposa, una madre de mis hijos, que podía asociar con un nivel musical”, señaló en el mismo audiovi­sual acerca de Linda.

En su trayectoria, el britá­nico ha vendido más de 100 millones de discos y más de 100 millones de sencillos a lo largo de su carrera. Ha ganado 21 premios Grammy y forma parte del Salón de la Fama del Rock & Roll como integrante de The Beatles, en 1988, y so­lista, en 1999.

En 2005, uno de sus con­ciertos fue el primero en transmitirse al espacio, y es autor o coautor de 32 can­ciones que han alcanzado el número uno de las listas esta­dunidenses y de 28 que lo han logrado en Reino Unido.

Además, como reconoci­miento por su contribución a la música fue elevado, en 1997, al rango de caballero de la Orden del Imperio Británi­co, del que ya era miembro desde 1965 junto a John Len­non, Ringo Starr y George Ha­rrison, sus compañeros de The Beatles.

Para McCartney la música es su estilo de vida. Es su vida misma. En cada encuentro en vivo con sus seguidores no expresa cansancio, sino emo­ción; una energía contagiosa como la que quedó plasmada en los oídos y corazones de los más de 100 mil asistentes a su concierto masivo, en mayo de 2012, en la plaza del Zócalo de la Ciudad de México.

El cantautor, mul­tiinstrumentista y compositor conti­núa sorprendiendo a su público. Hace un mes fue estrenada su actuación como Tío Jack en la quinta pelí­cula de la saga Piratas del Caribe: La venganza de Salazar, precisamente como uno de los piratas que com­parten escenas con Johnny Depp, quien recrea al capitán Jack Sparrow.

A la par, su portal oficial anunció las nuevas fechas de su One On One Tour, que comenzó en abril de 2016 y suma más de 60 concier­tos. En ella hace un recuento de sus temas emblemáticos como solista, con The Beatles y Wings.

Los 25 conciertos inician el 7 de julio en la Arena Ameri­can Airlines, en Miami, hasta el 20 de octubre en el Itaipava Arena Fonte Nova, en Salva­dor, Brasil.

Aún sigo siendo Paul Mc­Cartney, un tipo. Solamen­te un tipo que quiere tocar, cantar y tener un buen tiem­po. Quiero asegurarme de que puedo hacerlo”, señaló en otro fragmento del documen­tal Wingspan, el también ga­nador de un Oscar por Mejor Banda Sonora de la película Let It Be (1970).

EL BEATLE QUE HIZO HISTORIA

Junto a John Lennon, McCart­ney compuso la mayor parte de los temas de The Beatles. El más prolífico que queda luego del asesinato de su ex­compañero, coautor (pues firmaban en conjunto inde­pendientemente de quien fuera el creador del tema) y ri­val de la banda de Liverpool.

“Tengo una idea muy sim­ple sobre cantar. ¡Sólo canta, hazlo! No lo pienses demasia­do. Así que yo simplemente canto. Siempre lo he hecho así. Recuerdo que cuando es­taba grabando Kansas City con The Beatles intentaba gritar, pero te tienes que salir de esa persona que habla con bastante sensatez y simple­mente gritar, hacerlo. Tienes que trasladarte.

Solía decir: ‘te sale sobre la marcha’. John me preguntaba: ‘¿cómo te ha salido eso?’ y yo respondía: ‘me sale sobre la marcha’”, detalló en el docu­mental Chaos and Creation at Abbey Road.

EL NACIMIENTO DE UN MÚSICO

James Paul McCartney Mo­hin Clegg Danher nació el 18 de junio de 1942 en el Hospi­tal General de Liverpool, en el que su madre, Mary Patricia, era enfermera. Su padre, Ja­mes McCartney, era vendedor de algodón, pianista y trom­petista en la Jim Mac’s Band en Liverpool.

De ascendencia irlandesa e inglesa, Paul estudió músi­ca y arte. Con 15 años, en julio de 1957, conoció a John Len­non en una fiesta de la iglesia y poco después se unió a The Quarrymen, la banda de Len­non, a la que más tarde se uni­rían George Harrison y Stuart Sutcliffe ya como The Silver Beatles.

Con la llegada de Pete Best como baterista y el nombre definitivo que la banda adop­tó en agosto de 1960, The Beatles fueron contratados para una serie de actuaciones en Hamburgo.

Sutcliffe abandonó el gru­po en 1961 y McCartney se convirtió en el bajista oficial.

La banda ofreció sus pri­meros conciertos en The Ca­vern y, un año más tarde, ya con Brian Epstein como re­presentante y Ringo Starr como nuevo baterista, lanza­ron su primer sencillo, Love Me Do.

McCartney fue el respon­sable de la idea conceptual del histórico álbum que revo­lucionó la música y llevó a The Beatles a su cima artística: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, que celebra 50 años de vida.

The Beatles era como una unidad, como un cuadrado, una caja. Todos estaban fue­ra de ella, como las novias, las esposas, cualquiera. Siempre, tradicionalmente, nos deja­ban solos para hacer nuestra música. Y después fue un poco o bastante diferente”, se­ñaló McCartney en la conver­sación con su hija Mary acerca de la intromisión de Yoko Ono, pareja de Lennon, quien metió una cama en medio del estudio de grabación para es­tar presente en las sesiones.

La separación de la banda estaba a la vuelta de la esqui­na y fue Paul quien se encargó de anunciarla ante los medios de comunicación a través de su primer disco como solista, McCartney (1970) que inclu­yó un comunicado de prensa. Sin embargo, Lennon había anunciado su salida tiempo atrás a sus compañeros de la banda.

“Hacia el final de The Beat­les surgían problemas en to­das las direcciones. Teníamos un nuevo mánager comercial (Allen Klein) que pensábamos que sería una gran cosa, pero yo no lo podía soportar por­que hacía que las cosas fueran más opresivas. Algo que había estado lleno de libertad artís­tica, era una pesadilla.

“No había manera de que pudiéramos continuar. Eso fue probablemente la peor y más difícil decisión de toda mi vida. Pensé: ‘quiero a estas personas, pero tengo que sa­lir de esto ya’.

La verdad no impor­ta quién lo dijo. The Beatles estaba lista para separarse. Casi me derribo. La herida, la frustración. El dolor de perder a esa gran banda, esos grandes amigos, pero teníamos que seguir y ha­cer algo nuevo todos noso­tros”, continuó en la charla con Mary.

Fue así como se generó una alianza musical con su primera esposa, la fotógra­fa Linda, con quien se casó en marzo de 1969, para crear una nueva banda, Wings, a la que se integró Denny Laine y Denny Seiwell y cuyo prime­ro de siete álbumes, fue Wild Life (1971).

La banda cerró su ciclo en 1981, luego de un episodio en el que el británico, en una gira por Japón un año antes, fue encarcelado por diez días en Tokio por posesión de mari­guana. Años después, Lin­da, en quien se inspiró para el tema My Love, murió de cán­cer en 1998.

El músico continuó en so­litario en 1980 y publicó Mc­Cartney II. Hasta el momento, suma 17 discos en solitario.

Además en 1982 cola­boró con Stevie Wonder en la canción Ebony and Ivory, producida por Geor­ge Martin, que fue incluida en el álbum Tug of War de McCartney, y con Michael Jackson en The Girl is Mine, incluido en el disco Thriller, de Jacko.

Y para las generaciones más recientes, en 2015 co­laboró en FourFiveSeconds, una canción de Rihanna con Kanye West. Es la can­ción con más escuchas en Spotify de todas las que aparecen con la etiqueta “McCartney” en la plataforma musical.

Paul McCartney es un re­ferente de la industria. Consi­derado por la revista Rolling Stone como el onceavo de la lista de los 100 grandes can­tantes. Un sobreviviente de la buena música.