¿Democracia minoritaria?

El lunes 12 de junio, Leo Zuckerman publicó en Excelsior un artículo titulado “¡Basta ya de democracia minoritaria!”. Allí, el académico y comentarista político comienza afirmado: “En teoría, la democracia es el gobierno de las mayorías con respeto a las minorías. En la práctica, en México tenemos una democracia que produce gobiernos de minorías que enojan a las mayorías. Un sistema agotado, inestable, que requiere de dos reformas urgentes”. Esas dos reformas urgentes serían la segunda vuelta y la obligatoriedad del voto que de hecho ya existe en la Constitución, pero no en las leyes secundarias.
Zuckerman usa el concepto “democracia minoritaria” para referirse a los resultados en el Estado de México: “Una coalición de cuatro partidos ganó con el 33.6% de los votos. El priista Alfredo del Mazo será el gobernador con el 66.4% de la población en su contra. Estos dos tercios, como es de esperarse, están enojados con el resultado… Lo mismo en Coahuila. Una alianza de siete partidos triunfó con el 38.9% de la votación. El priista Miguel Riquelme será gobernador con el rechazo del 61.1% de los electores quienes, como en el caso anterior, están indignados porque los gobernará un político con apoyo minoritario”. Conviene discutir los temas que Leo ha presentado en su artículo porque atañen tanto a la democracia en general como a la democracia mexicana en específico.
Para mí la democracia sigue siendo “el gobierno de la mayoría con respeto a la minoría” no solo en teoría, sino en la práctica. En el Estado de México y Coahuila, quien ganó la mayoría de votos se llevó el triunfo. No creo que el concepto “democracia minoritaria” sea apropiado para referirse a las democracias que no alcanzan a superar la mayoría simple; esto es, 50 por ciento más uno sea en elecciones del poder Ejecutivo sea del poder Legislativo.
Pongo el caso holandés. Los comicios en Los Países Bajos se celebraron el 15 de marzo. Significaron un descalabro para la ultraderecha populista representada por Geert Widers del Partido por la Libertad (PVV) y un triunfo para el Primer Ministro Mark Rutte del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVP). De los 150 escaños que componen el Parlamento holandés, el partido de Rutte logró obtener 33, en tanto que Wilders ganó 20. El Partido Laborista (PvdA), que era el más grande de la izquierda en esa nación, tenía 38 curules, ahora solo tendrá 9. En cambio, el Partido Verde de Izquierda (GroenLinks), tenía 4, ahora tendrá 14, o sea, triplicó su poder. Un hecho que ha llamado poderosamente la atención.
Pese a que el Partido del Primer Ministro (VVD) fue el partido más votado y, en consecuencia, tiene el derecho de formar gobierno. Tendrá la necesidad de juntarse con 4 partidos para hacer mayoría: los demócrata-cristianos (19), los liberales (19) y la Unión Cristiana (5).
Creo que pocos holandeses estarían dispuestos a llamar a su sistema de gobierno “democracia minoritaria”.
Conviene aclarar que bajo el concepto general de democracia se incluyen formas de gobierno, parlamentarias, presidenciales y semipresidenciales.
Deduzco que Leo quiso enfatizar el problema al que nos enfrentamos, en esta democracia presidencial mexicana, de cara a las elecciones del 2018. Coincido con él: se trata de un sistema agotado e inestable; pero es un asunto que atañe al abandono de una determinada forma de gobierno y la adopción de un régimen político distinto.
Optar por la segunda vuelta nos acercaría al modelo francés, al semi-presidencialismo. El problema es que el 31 de mayo era la fecha límite para presentar alguna iniciativa de reforma electoral. Entre los foros en los que se ha tratado este tema destaca el que se llevó a cabo en el Club de Industriales el 18 de mayo. Federico Reyes Heroles fungió como moderador y como ponentes Manlio Fabio Beltrones y Diego Fernández de Cevallos. Allí hubo coincidencia en la necesidad de implantar la segunda vuelta en México; pero igualmente se reconoció que ya no quedaba tiempo para que se procesara en el Congreso una iniciativa de reforma en tal sentido. Es más, el PRD presentó el 25 de octubre del año pasado una propuesta de reforma que contemplaba la segunda vuelta; el PAN hizo lo propio el 8 de diciembre de 2016. Ninguna prosperó.
En abono del sistema semi-presidencial habría que decir que poco nos ayuda si no va acompañada de la segunda vuelta parlamentaria como se está llevando a cabo, precisamente, en estos momentos en Francia. Los electores mostraron su apoyo a Emmanuel Macron en la primera vuelta (23 de abril) y, sobre todo, en la segunda vuelta (7 de mayo). Respaldo que deberá ser refrendado este próximo domingo en la segunda vuelta legislativa ya con una evidente ventaja para el partido ¡En Marcha!
¿Qué nos queda en México? Formar coaliciones electorales que se puedan concretar en coaliciones de gobierno.
El problema ha sido, como en Sinaloa, Puebla, Oaxaca, Durango, Veracruz y otros estados, que se han hecho coaliciones electorales pero no coaliciones de gobierno. Tendremos que consolidar bloques políticos y sociales con una estructura programática de mayor calado.