Guadalupe Dueñas; obras íntegra y novela inédita

El poder, qué implica, qué hay detrás de él y cómo destruye al ser humano. Este es el tema que atraviesa Memorias de una espera, la única novela que la jalisciense Guadalupe Dueñas (ca. 1910-2002) escribió en 1962 y que permanecía inédita hasta ahora que se incluye en sus Obras completas (FCE).

Mejor conocida por sus cuatro libros de cuentos, la también poeta entrega en esta obra de largo aliento la historia de un grupo de personas que espera en una sala al Ministro, quien nunca llega, “es como el poder abstracto”, comenta en entrevista Patricia Rosas Lopátegui.

La investigadora que trabaja desde hace cinco años en la obra de Dueñas y rescató este mecanuscrito detalla que, mientras esperan al Ministro, los personajes empiezan a hacer ahí su vida cotidiana.

Están las que tejen, los que platican los chismes del futbol. Es un retrato de lo que es vivir bajo un gobierno totalitario. Lo que menos le interesa a ese gobernante es su pueblo. Ellos hacen amistad van a Chapultepec. Es una crítica fuerte al sistema político mexicano”, asegura.

La profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Nuevo México, autora de la selección y el prólogo de las Obras completas, que se presenta con una introducción de Beatriz Espejo, destaca el sentido del humor de Dueñas en esta novela, que constituye una sorpresa.

Como lectores estamos acostumbrado a acercanos al lenguaje sintético, metafórico, simbólico, depurado, de sus cuentos, casi como prosa poética. En la novela estamos frente a una escritora con un lenguaje más coloquial, más cotidiano. Sin embargo, hay fragmentos en los que tenemos esa misma pluma lírica de su cuentística”, abunda.

Asimismo explica que Memorias de una espera fue confeccionada gracias a una beca que Dueñas recibió del Centro Mexicano de Escritores, en el periodo 1961-1962; pero que la tapatía nunca quiso publicar en vida y se quedó rezagada.

Era una escritora muy perfeccionista. Dijo que la quería corregir, mejorar el final, trabajar más en ella. Yo creo que tenía dudas de su escritura como autora de textos de largo aliento. Afortunadamente, el Centro resguardó el mecanuscrito que ella entregó y se puede conocer 55 años después”, añade.

La ensayista destaca que, además de su única novela inédita, las Obras completas ponen al alcance de los nuevos lectores los relatos de Dueñas que integran sus cuatro libros publicados que, a excepción del primero, Tiene la noche un árbol (1958), no habían sido reeditados. Los otros tres títulos son No moriré del todo (1976), Imaginaciones (1977) y Antes del silencio (1991). “Esta obra la revela como una escritora fundamental dentro de la literatura española”, asegura.

TEMÁTICAS PIONERAS
Dueñas, de formación autodidacta, es una pionera en México en abordar temas como la condición femenina, la desigualdad de género, la deshumanización del poder y planteamientos de tipo existencial, prosigue Rosas.

En su obra hay una preocupación por la muerte, por la soledad. Pero también vemos un análisis muy severo sobre la condición humana, sobre la crueldad del hombre; quien, plantea, no solamente se destruye a sí mismo, sino también al planeta, la tierra donde vivimos”, apunta.

La también especialista en Elena Garro dice que la obra de Dueñas fue objeto de un “olvido inmerecido”, porque en su momento, a pesar de que publicó su primer título cuando tenía unos 46 años de edad, deslumbró a los grandes de la literatura mexicana por su propuesta que mezcla el elemento realista-fantástico.

Da a conocer sus textos primero en la revista literaria Ábside, en 1954. Ni ella imaginó que fueran a tener tal repercusión. En 1956, dos años después, la descubre el crítico literario Emmanuel Carballo, quien lee uno de sus cuentos emblemáticos, Historia de Mariquita, y la incluye en su antología de Cuentos mexicanos modernos.

Además de Carballo, la elogian grandes figuras que van a ser sus maestros, como Alfonso Méndez Plancarte, Alfonso Reyes, Octavio Paz, Julio Torri. Se hace amiga, en los años 60, de Rosario Castellanos y de Elena Garro”, prosigue.

Lo que sorprendió, indica, fue su cuentística diferente y fresca. “Aunque se dice que sus relatos irrumpen en la línea de la fantasía, Dueñas advertía que todo lo que narraba le había sucedido, que era parte de la vida. Sin embargo, sí está en los linderos de la literatura fantástica. Entrega una obra donde no aparece el contexto postrevolucionario, como en el caso de Nellie Campobello o Garro. Ella tiene otro entorno, otra manera de ver la literatura”.

La idea de reunir sus Obras completas, añade Rosas, es “colocarla en el lugar en que se merece. Fue muy reconocida, publicada y antologada. Yo creo que su trabajo como guionista de televisión opacó su obra literaria”.

Aunque, aclara, que hay material ahí que es digno de ser rescatado, como su propuesta en 1965 para Maximiliano y Carlota, la primera telenovela a colores del país. “Su propósito era elevar el nivel del contenido y el lenguaje; y dar una versión verídica de la Historia, humanizar a sus hacedores, se alejaba de la versión oficial, pero no fue entendida en ese momento”.

La estudiosa confiesa que queda pendiente de realizar la biografía de Dueñas, que no se ha escrito; así como continuar con el rastreo hemerográfico de las entrevistas que dio a los medios de comunicación y revalorar sus escritos autobiográficos.

Estoy segura de que se confirmará que es una escritora original”.