Simplemente no salen las cuentas

Fue anunciada por el jefe de gobierno la cruzada educativa del gobierno de la ciudad, a través de la implementación del programa Maestr@ en tu casa; esta iniciativa se suma a otras reconocidas a nivel nacional e inclusive internacional, como El Médico en Tu Casa o El Abogado en Tu Casa, pero ni las cifras cuadran ni la implementación de un programa de educación es igual a los de salud o asesoría legal.
Se dio a conocer que este programa tiene como objetivo que la población que lo requiera pueda concluir sus estudios y obtener los certificados correspondientes de los niveles básicos: primaria y secundaria (además de bachillerato) no obstante las buenas intenciones de este programa, habría que recordar que la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF) es la dependencia responsable de atender los servicios de educación básica, con cerca de 9,000 escuelas, donde acuden alrededor de 1,900,000 estudiantes y más de 97 mil maestros, con la principal tarea que todas las escuelas funcionen regularmente; con esto se estaría generando la duplicidad de los objetivos de los programas federales y locales.
O ¿es que las autoridades de la Ciudad de México se referían solo a las personas en edad no típica? Por qué no fue aclarado, pero de ser el caso habría que tomar en cuenta que según datos del INEGI, la Ciudad de México ocupa el segundo lugar a nivel nacional por su número de habitantes, con 9 millones 918 mil personas, en 2,599,081 viviendas particulares, otros datos del mismo instituto arrojan que el 2 por ciento no tiene ningún grado de escolaridad; el 38.9 por ciento tiene la educación básica terminada; 26.6 por ciento finalizaron la educación media superior; 32.1 por ciento concluyeron la educación superior; y 0.4 no especificaron su estatus.
En la Ciudad de México, 2 de cada 100 personas de 15 años y más no saben leer ni escribir (datos de la “Encuesta Intercensal 2015”) todo esto nos dice que ni el INEGI que tiene como función principal actualizar la información estadística nacional tiene los datos en cobertura escolar, pero además el INEA logró certificar a más de 60 mil personas en la ciudad y prevén incrementar dicha cifra.
Nuevamente no salen las cuentas… ni en la población objetivo, ni en la cantidad de recursos, logística y planeación. Por otra parte, para llevar a cabo el programa se implementarían brigadas de sólo 500 enlaces educativos, quienes organizarán grupos de estudio de casa en casa para llevar a cabo esta tarea; véase el caso siguiente que se explica a sí mismo: imaginemos a un profesor en un hogar de la Ciudad de México cubriendo con el mínimo de horas asignado, por ejemplo el Plan de Estudios del Servicio Nacional de Bachillerato en Línea de la SEP (un programa accesible y reducido por sus características), un crédito será el equivalente a 10 horas de formación requeridas para alcanzar los resultados de aprendizajes esperados y cada módulo incorpora 12 créditos, sumando un total de 276 créditos, resulta pues bastante comprometedor anunciar este programa como una medida de combate al analfabetismo y rezago educativo. ¿Será posible que se alcancen resultados mínimos con estas condiciones? Respecto del proyecto para preparar a los maestros comunitarios —que se dijo— serán los encargados de dotar a las personas de las herramientas y conocimientos para que puedan presentar sus exámenes de certificación, los números simplemente y una vez más no dan. Se necesitaría en primer lugar un diagnóstico preciso, lógico, racional y mínimamente ordenado por grupo etario, lugar de residencia, evolución escolar, tiempo de abandono de los estudios entre otros, de los potenciales receptores de los beneficios de un programa como el que nos ocupa ahora, principalmente para eficientar los recursos de la ciudad y cumplir con las metas en materia de saberes y el objetivo de que se abata el rezago, posteriormente se requeriría definir (ahora sí) los alcances y metas para el cumplimiento de los objetivos anualizados, las evaluaciones periódicas para los ajustes al programa y a sus metas. Tal vez no se debiera olvidar el compromiso que la ciudad tiene con una matrícula de 33 mil alumnos de nivel media superior que dependen administrativamente de sus autoridades, Tal vez sería más efectivo aplicar en el sistema de Bachillerato de la Ciudad de México todos los recursos comprometidos en Maestr@ en tu Casa para prevenir la deserción, presentar alternativas para concluir sus estudios y crear ciudadanos, como lo solicita el mandatario capitalino: “si algo tenemos que apostar en estos momentos, es a tener un México con educación, a educar a toda la gente que lo requiere”… tal vez lo que requiere la ciudad en materia educativa, es cuestionar por qué si ya cuenta con una constitución y derechos plenos como estado de la Federación, no tiene la administración de la infraestructura educativa básica y los recursos que la acompañan, para así poder diseñar y articular una política educativa integral y adecuada para el desarrollo pleno de los habitantes de la ciudad, y solo digo tal vez, por qué tan poco los tiempos cuadran, se rumora que las aspiraciones del jefe de gobierno de la CDMX lo llevarán a dejar el cargo en octubre de este año, y las prioridades del gabinete están más en la sucesión interna que la atención de los programas en beneficio de la ciudadanía, nuevamente no salen las cuentas.
A los profesores que asumimos la misión de contribuir a generar mejores condiciones en nuestros estudiantes y nuestro entorno, desde este espacio, les hago llegar mis más afectuosos reconocimientos y felicitaciones por una de las más nobles labores en favor de la educación factor fundamental para detonar el crecimiento y desarrollo en la Ciudad de México y el país, aunque no haya mucho que celebrar.