Tras ataque en la Catedral, realizan acto de desagravio

El infarto al miocardio que sufrió el sacerdote José Miguel Machorro dejó graves daños, por lo que su estado de salud se reportó como grave, informó el padre Hugo Valdemar, director de la Arquidiócesis de México.

Machorro fue trasladado al Hospital Ángeles Mocel, en donde está bajo la atención del doctor Enrique Fernández Rivera, jefe de Áreas Quirúrgicas.

El nosocomio informó a la Arquidiócesis que, el infarto que sufrió el padre Machorro fue muy amplio, causó daños preocupantes, por lo que su estado de salud es grave.

La tarde del pasado lunes 15 de mayo, cuando se realizaba la misa de las 18:00 horas, el padre Machorro fue atacado por quien ahora es identificado como Juan René Silva Martínez.

Aproximadamente a los 40 minutos de la misa, el agresor subió al altar y se acercó al cura, a quien agredió con un cuchillo de empuñadura, produciendo lesiones en la espalda y en la yugular.

Este viernes fue organizado un acto de desagravio en el Altar del Perdón, lugar en donde ocurrió la agresión el pasado 15 de mayo, como lo marcan las leyes canónicas.

De acuerdo con los rituales, en el altar donde ocurra un hecho de sangre no se puede volver a oficiar un servicio religioso hasta que no se pida perdón a Dios.

Así lo marca la Ley Canónica, cuando hay una profanación, como este es el caso, tiene que hacerse un acto de desagravio, toda la Catedral funciona normal.

Es un rito en donde se pide perdón a Dios, por la profanación, y pedimos por el padre Machorro, que está grave”, explicó Valdemar.

En un comunicado, la Arquidiócesis de México calificó como deplorable e injusta la determinación del juez de control, Alejandro Cruz Sevilla, de declarar inimputable al agresor, Silva Martínez, a partir de un solo peritaje y a tres días de los hechos.

La declaratoria de inimputabilidad a favor de Juan René Silva, realizada bajo un solo peritaje y apenas tres días después de ocurridos los hechos, exime de la responsabilidad penal al indiciado, al no considerarlo responsable del ilícito por padecer presuntamente de un trastorno psicótico.

Determinación que fue calificada por la Arquidiócesis de México como deplorable e injusta, tomando en cuenta la gravedad de los hechos”, se explicó en el comunicado.