Esta es la primera águila real que nace por inseminación artificial en México

Las autoridades mexicanas realizaron un esfuerzo por conservar una de las especies más representativas del país; es tan valiosa para México que incluso es protagonista de la bandera de esta nación. Se sitúa en el centro y, en su papel de escudo nacional, también engalana las monedas y todos los documentos oficiales. Posa sobre un nopal mientras devora a una serpiente y fue la señal que vieron nuestros ancestros para decidirse a fundar la gran Tenochtitlán.

Se trata de una águila real y este fin de semana el Centro de Conservación de Fauna Silvestre “El Sahuaro”, en Querétaro, anunció que su programa para reproducir a esta especie por medio de la inseminación artificial fue un éxito y nació por primera vez en México un ejemplar de esa ave utilizando métodos que requieren del esfuerzo humano.

Este acontecimiento tiene más relevancia debido a que la delegación federal en el estado de Querétaro de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) advirtió que la Aquila chrysaetos, nombre científico del águila real, se encuentra en el peligro constante de desaparecer en el corto o mediano plazo si es que persisten los factores negativos en el ambiente provocados por el propio ser humano, como la modificación y pérdida del hábitat, la cacería furtiva y la colecta ilegal de huevos.

Sobre el proceso de inseminación artificial, Edgar Alberto Alvirde Navarro, director del centro “El Sahuaro” dijo en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que las primeras especies que reprodujeron exitosamente fueron aguilillas de Harris (Parabuteo unicinctus) y después con una pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus anatum).

“En el 2011, la Semarnat nos entregó un águila real macho, nosotros siempre quisimos reproducir estas aves con propósitos de liberación pero el problema era que no teníamos una hembra para el proceso”, dijo Alvirde Navarro. “Fuimos al zoológico de Irapuato, Guanajuato, donde nos prestaron una hembra de la que no teníamos mucha información respecto a su origen”.

Sin embargo, descubrieron que ambos ejemplares estaban tan acostumbrados al contacto humano que incluso presentaban una conducta conocida como “impronta al humano”, la cual consiste en que las águilas ven a los seres humanos como alguien más de su especie y los seleccionan como su pareja para copular, por lo cual no iba a darse el apareamiento natural.

“Fuimos a aprender las técnicas parental e impronta de reproducción del águila real a Alemania, República Checa y España durante tres años seguidos, al regresar comenzamos a construir las jaulas de acuerdo con lo que aprendimos”, narró el especialista. “Nos enseñaron a cómo copular con el macho para obtener esperma de buena calidad. En el caso de la hembra, ella seleccionó a mi hijo Miguel Antonio para copular con él, lo que aprovechamos para que comenzara a ovular”.

A pesar de no contar con el ambiente controlado ideal, el especialista y su familia adaptaron sus instalaciones para lograr el nacimiento de una pequeña águila y tras intentarlo durante un año, finalmente el 11 de abril rompió el cascarón un polluelo.

La hazaña se dio a conocer hasta ahora, luego de poco más de un mes de nacimiento, para asegurarse que la pequeña águila está completamente sana y podrá desarrollarse sin mayores dificultades