El Papa suplica a la Virgen de Fátima paz para la humanidad

El Papa Francisco suplicó hoy a la Virgen de Fátima que conceda la «esperanza y la paz» que necesita toda la humanidad, durante la homilía que pronunció en el santuario portugués donde acudió para celebrar el centenario de las apariciones marianas.
En esta ceremonia, el papa también proclamó santos a los dos niños pastores, Jacinta y Francisco, que junto con su prima Lucía fueron testigos de las apariciones.
«Gracias por haberme acompañado. No podía dejar de venir aquí para venerar a la Virgen Madre, y para confiarle a sus hijos e hijas», afirmó Francisco ante los cientos de miles de personas que se congregaron en la explanada del santuario.
Y agregó: «Bajo su manto, no se pierden; de sus brazos vendrá la esperanza y la paz que necesitan y que yo suplico para todos mis hermanos en el bautismo y en la humanidad, en particular para los enfermos y los discapacitados, los encarcelados y los desocupados, los pobres y los abandonados».
declara santos a los pastorcitos videntes de Fátima
Con una fórmula ritual, el Papa Francisco elevó hoy al honor de los altares a los pastorcitos videntes de la Virgen en Fátima, los hermanos Francisco y Jacinta Marto, ante más de 500 mil personas.
Declaramos y definimos como santos a los beatos Francisco y Jacinta”, señaló el pontífice en latín, antes de ordenar que sean inscritos en el registro de los santos de la Iglesia católica.
Al término de la lectura de la fórmula, explotó en aplausos la marea humana que abarrotó la explanada del santuario ubicado en el valle Cova de Iria, en el corazón de Portugal.
En este lugar, exactamente un siglo atrás, los niños santos y su prima, Lucía Dos Santos, recibieron la primera de una serie de seis apariciones de la Virgen sobre una encina. La última, el 13 de octubre de 1917, quedó sellada por el “milagro del sol”.
Al inicio de la misa de canonización el obispo de Leiria-Fátima, António dos Santos Marto, le pidió formalmente al Papa la elevación al honor de los altares de los pastorcitos y leyó un breve resumen de su vida, en el cual destacó que su familia era modesta y de gran fe cristiana.
Luego de la declaratoria, se llevaron hasta el altar las reliquias de los nuevos santos. Detrás del altar donde el líder católico celebró la misa fueron colocadas dos pendones gigantes con las imágenes oficiales de los nuevos santos, que aparecen con 9 y 7 años, como eran cuando tuvieron las visiones.