A pesar de que Tamaulipas es un estado «visiblemente militarizado», los cárteles del Golfo y Los Zetas mantienen el control de actividades económicas, políticas y sociales de una región o ciudad, ante la falta de la prevención del delito, así como de una estrategia integral que le permita al Estado tomar el control de la entidad, revela un estudio del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).
El capítulo «Militarización y violencia en Tamaulipas», incluido en el «Atlas de la Seguridad y la Defensa de México 2016», menciona que desde el año 2010, el gobierno federal ha implementado programas en Tamaulipas sin resultados.
A pesar de las acciones llevadas a cabo por el gobierno federal desde la segunda mitad de 2010 -que incluyen detenciones de los principales líderes de las dos organizaciones delictivas que operan en el estado, la entrada de las fuerzas federales (en especial el Ejército y la Marina) a reforzar las acciones de seguridad pública en las regiones más violentas de la entidad, así como la creación de un Mando Único Policial en abril de 2013- la situación de inseguridad y violencia parece no haber mejorado considerablemente» , indica el documento.
Las estrategias también incluyen el «Plan Tamaulipas», el cual fue anunciado en 2014 por la Secretaría de Gobernación y el exgobernador Egidio Torre Cantú. El plan se basaba en la desarticulación de las bandas delictivas; sellar la ruta del tráfico ilícito de personas, drogas, armas y dinero; y garantizar instituciones locales eficientes y confiables.
No obstante la aplicación de esta nueva estrategia y del importante reforzamiento de la presencia de las fuerzas federales en el estado, los resultados en materia de seguridad han sido bastante limitados», detalla el estudio de Casede.