Durante las últimas semanas, Estados Unidos y Corea del Norte han dado zancadas desesperadas para aventajarse en la carrera nuclear. El sábado, Pyongyang realizó otra prueba de misil. Un llamado de atención al régimen de Trump y un mensaje claro: cada vez están más cerca de crear un misil balístico de alcance intercontinental que llegue hasta territorio estadounidense.
Antes de la prueba, el Secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, aseguró que habrían “consecuencias catastróficas” si la comunidad internacional no tomaba medidas más arduas para sancionar y limitar el poderío nuclear de Kim Jong-un, lo que desencadenó, nuevamente, la inconformidad de Corea del Norte, que lo tomó como una nueva provocación.
Este lunes, un portavoz del Ministerio de Exteriores de la nación asiática publicó un texto en la agencia estatal, KCNA, en el que afirma que impulsarían “a velocidad máxima” su programa de armas nucleares como respuesta a las presiones. Mientras que EUA “está haciendo mucho ruido a favor de más sanciones, de acuerdo con su nueva política de máxima presión y compromiso”, ellos arreciarían las medidas para reforzar su “programa de disuasión nuclear”.
Las nuevas medidas a tomar podrán llevarse a cabo “en cualquier momento y en cualquier lugar”, además de acusar al régimen de Trump de elevar las tensiones, para lo que ellos están “plenamente” preparados. “La agresividad histérica estadounidense nunca había alcanzado tal nivel en la península y nunca se había acercado tanto al borde de una guerra nuclear”, reza la publicación.
Tras la prueba del sábado —que Corea del Sur calificó como fallida–, Trump sentenció que se trataba de un juego de ajedrez: si eventualmente Kim Jong-un llegara a tener un mejor sistema de lanzamiento, ellos no pueden permitir que eso pase, pues de trata de un “juego de ajedrez”.
Durante una entrevista con la cadena CBS, el presidente de EUA dijo que “no estaría feliz” si Corea del Norte lleva a cabo una prueba nuclear, además de negarse a descartar una respuesta militar. Aunque no aclaró a qué medidas se refiere y mucho menos mencionó los planes belicosos que tienen en mente, sea como sea, no pueden “continuar permitiendo lo que ha venido ocurriendo desde hace 20 años”, con los exmandatarios Obama, Bush y Clinton.
Hasta ahora, Corea del Norte ha hecho seis lanzamientos de misiles balísticos a aguas niponas y advierte con poseer la “Bomba H”, la más poderosa a la que se puede acceder en la actualidad; la nación liderada por el republicanísimo por excelencia desplegó su portaaviones hasta las costas de Corea del Sur.