De los más de mil pasos atendidos por el Protocolo Alba desde su arranque y hasta marzo pasado, nueve de cada 10 han sido localizadas, de acuerdo con información de transparencia de la Fiscalía General del Estado.
Entre el 1 de junio de 2016 y el 27 de marzo de 2017 se recibieron mil 206 casos, de los que mil 040 resultaron en la localización de la mujer con vida y siete fallecidas, lo que deja 159 aún desaparecidas.
Con respecto a las mujeres encontradas sin vida, el fiscal de Derechos Humanos, Dante Haro, dijo que “son más de mil casos los que se han tenido y algunos, lamentablemente, tienen que ver con hechos donde pierde la vida la mujer que se está buscando”.
Sin entrar en detalles, aclaró que las circunstancias en las que ocurrió cada uno de esos casos son diversas y no pueden generalizarse. “Habrá que ver en el contexto si fue la delincuencia organizada, si fueron familiares o si fue otra causa. Habrá que individualizar en cada caso”.
Para el fiscal, estos números hablan de los buenos resultados en la localización de las mujeres reportadas ante el Protocolo Alba.
Se localizan unas 90 de cada 100; el resto son casos atendidos en la Fiscalía Regional y sólo en 2% o 3% la desaparición está vinculada a otras causas.
El Protocolo Alba es un mecanismo de búsqueda inmediata para localizar a niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas.
Entró en funciones el 10 de abril de 2016, nacido de una recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos al Estado Mexicano por los casos de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, y Jalisco fue el segundo Estado en implementarlo.
Mediante el Protocolo Alba se determina si fue desaparición o si la mujer se fue por voluntad propia. De encontrarse elementos para presumir la primera causa, el Protocolo Alba deriva entonces el caso al área especializada, como delitos sexuales, menores, homicidios, secuestros, etcétera.