Museo de la Tolerancia no tolera a «dragqueen»

A finales de 2015, Mikonika Q y otras tres artistas drag queen decidieron llevar el transformismo más allá de la vida nocturna.

Desde entonces, las integrantes del colectivo Dragas en la calle acuden a museos o espacios públicos disfrazadas, en tacones, maquilladas, con coloridos vestuarios y peluca con la intención de promover la inclusión y la idea de que sin importar la apariencia, puedes entrar a cualquier espacio cultural. Así lo han hecho en recintos como el Museo del Estanquillo, el Soumaya o el Palacio de Bellas Artes, especialmente durante las Noches de Museos. Sin embargo, cuando el martes por la tarde Mikonika Q acudió al Museo Memoria y Tolerancia para visitar la exposición Feminicidio en México. ¡Ya basta! , personal de seguridad del recinto le negó la entrada por la forma en que iba vestida, según denunció la artista en sus redes sociales ese mismo día. “Al momento que intenté entrar, ni siquiera hablé ni nada, me dijeron ‘así no puedes entrar’”, contó a este diario. A su salida, añadió, se encontró con personal de comunicación del recinto que también le indicó que no podía entrar con ese vestuario. Incluso, indicó, esa misma persona lo invitó a que se pusiera en contacto con él para que participe en un coloquio que el museo planea sobre la diversidad sexual. “En alguna ocasión fui a un museo toda tapada, haciendo alusión a una obra de Remedios Varo. Me tapé toda la cara, me dejaron entrar y no hubo problema… El rechazo siempre lo sientes, pero en la calle. Me arriesgo a salir así para educar a la gente y las veces que he ido a los museos, quienes más se me acercan son los niños, me preguntan: ¿qué eres?, ¿por qué lo haces? Se toman fotos con nosotros. No soy el único que ha ido a los museos. Es un proyecto que tenemos varias amigas y me sorprendió que este museo en particular me dijera: ‘No entras, bye’”, relató el miércoles por la tarde “Mikonika Q, tras presentar un performance en protesta afuera del museo. En la intervención, la artista permaneció acostada en el piso durante unos 15 minutos sosteniendo un letrero que pedía tolerancia. El acto se tituló Dragcidio, como una contraposición a la muestra en ese recinto dedicada a los feminicidios en el país. “¿Fue un poco eso, cómo una institución me está asesinando inconscientemente. Ellos no lo ven así, dicen que quiero fama. Fue un acto más simbólico, quería expresar lo que me hicieron sentir”, indicó.