En el año 2009 Holanda empezó a cerrar prisiones por una falta de criminales; en el 2009 habían cerrado 8 y en el 2004 cerró 19, según Fast Co. Company. Según el sitio Dutch News se cerraron 5 prisiones el 2016, lo cual significa que se tienen 3 mil celdas menos y se cree que para el 2021 ya no se necesitaran 300 centros de detención. Aunque esto significa que 1,900 personas que trabajan en las prisiones han perdido su trabajo, en un sentido amplio estas son excelentes noticias.
En el 2015 esta condición hizo que Holanda importara 1000 prisioneros de Noruega, un país que tiene el problema opuesto. En Suecia, sin embargo, se presenta un caso similar a Holanda y se ha reducido el 6% de prisioneros. La gran razón por la cual esto sucede es porque se han reducido las sentencias por ofensas relacionadas a las drogas.
Estados Unidos es el país, por mucho, con más encarcelados, con 2.2 millones en el 2013. Sin embargo, lugares donde se están tomando medidas más progresivas sobre las drogas empiezan a tener resultados similares a Holanda. En Colorado, por ejemplo, una cárcel ha sido reconvertida en un asilo para indigentes. Sin embargo, en Estados Unidos existe un enorme negocio privado en torno al sistema penitenciario, por lo cual es más difícil efectuar cambios como en Holanda. De cualquier manera lo que es evidente es que la mentalidad de que el consumo de drogas debe ser penalizado con tiempo en prisión resulta hoy completamente retrogrado.