Tú quieres una casa inteligente, pero aún no lo sabes

“El mayor beneficio es reducir el impacto ambiental, ya que en una casa inteligente se puede administrar correctamente el uso de la energía. También hay mayor seguridad porque puedes vigilar que todo esté bien cerrado”, explica Rolando, chilango y director de hardware de la empresa de tecnología mexicana Funktionell.

“Si todas las casas estuvieran reguladas energéticamente, habría un gran ahorro y nuestras plantas generadoras no estarían consumiendo tanto gas”, abunda Rolando en entrevista con Theinsight.mx en la Ciudad de México.

“El usuario final de una casa inteligente puede ser una persona que va a una tienda como Best Buy y adquiere un sistema, o usuarios que son proveedores, como una constructora que quiere ofrecerle a sus clientes soluciones específicas”, indica.

Hasta ahora Funktionell, ubicada en la colonia Narvarte, se enfoca en soluciones a la medida, que se pueden aplicar tanto en residencias nuevas como en casas viejas. De hecho, las oficinas se encuentran en una casa centenaria acondicionada por Rolando, gracias a una plataforma de hardware basada en la computadora de bajo costo Raspberry Pi.

La interfaz con teléfonos inteligentes permite controlar las funciones de distintos aparatos en la casa, desde la cafetera hasta las luces. “La idea es que nuestros sistemas te sirvan en las tareas que son repetitivas, porque son tareas a las que les dedicamos mucho tiempo, que podríamos aprovechar mejor con nuestras familias”, agrega.

Para ello, primero el usuario debe de saber exactamente qué es lo que quiere.

“Por ejemplo, el usuario puede decidir que quiere reducir el pago de su luz. Entonces, yo diseñaría un dispositivo inteligente para que lo conecte a la toma de corriente y ese dispositivo empezaría a hacerle preguntas sobre cuáles son los dispositivos que se prenden y se apagan y así se haría un diagnóstico de cuáles gastan más energía”, explica.

“El segundo paso sería tener dispositivos que actúen por sí solos. Por ejemplo, si hay algo encendido y no hay nadie en una habitación, lo apagarán automáticamente porque el sistema entiende que alguien se le olvidó hacerlo”, agrega.

En ese sentido, los sistemas de Funktionell varían sus costos conforme a las demandas del cliente al no ser producidos en serie. Sin embargo, para dar una idea de sus precios, Rolando destaca que opciones prediseñadas provenientes de Europa y Estados Unidos tienen un costo de entre 200 y 400 dólares, como el Amazon Echo y Google Home, pero los sistemas de su empresa costarían un poco más.

Piedras en el camino

Para Rolando, el entorno de desarrollo tecnológico de México enfrenta un problema fundamental. “Ser una empresa tecnológica en México es muy complicado, porque las personas se fijan en los productos que ofrecen empresas de Estados Unidos y se van por ellos”.

“Sin embargo, tenemos muchas oportunidades para diseñar tomando en cuenta eso, enfocarnos a nuestro entorno. Por ejemplo, en cuanto al consumo de energía”, comenta Rolando.

¿Pero qué pasa con el apoyo a las empresas por parte del gobierno? Ahí la situación no es precisamente la ideal.

“Por parte del gobierno hay algo de apoyo. Pero nos encontramos en una etapa donde hay mucha burocracia. Por ejemplo, aplicar para el financiamiento de algún proyecto requiere toda una escuela. La curva de aprendizaje para ver qué organismo apoya tu proyecto es muy complicada. Ese creo que es el primer reto”, indicó.

El siguiente paso es también problemático. “En mi experiencia muchas veces el usuario no sabe llenar bien las cosas porque no está bien informado. Desde ahí la computadora desecha muchas propuestas, que se quedan en el camino”.

Una buena asesoría y capacitación por parte de las autoridades es importante, porque, a fin de cuentas, apunta, las cosas no deberían de ser tan complicadas. “No tenemos que reinventar el hilo negro. Todo lo vemos como una necesidad de que podamos emprender las tareas rutinarias de una manera más sencilla”.