¿Qué es la anafrodisia?

La anafrodisia es un trastorno del deseo sexual que se caracteriza por una ausencia del apetito sexual. Puede aparecer de repente o tras un problema médico, físico o en la relación. Puede provocar sufrimiento personal o trastornos en la relación de pareja. Esta patología puede «curarse» si se trata. La Dra. Ghislaine Paris, sexóloga, nos aporta algunos datos.
Se trata de un trastorno del deseo sexual, a veces se le sigue llamando anorexia sexual. La anafrodisia se caracteriza por una ausencia de apetito sexual durante la relación, la masturbación o bien como falta de fantasías eróticas. «Esta disfunción puede llevar también a una ausencia de fantasía o de sensaciones» añade la Dra. Ghislaine Paris, sexóloga. Puede provocar sufrimiento personal o trastornos en la relación de pareja. Su frecuencia varía con la edad y la gravedad de los síntomas. Según un estudio realizado en 2008 por Natalia Bajos y Michel Bozon (la sexualidad en Francia), afectaría entre el 1 y el 3% de los hombres de menos de 50 años; una cifra que luego aumentaría hasta llegar del 8 al 13%. En las mujeres de menos de 50 años, del 2,5% al 15% sufren este trastorno y luego entre el 10 y el 30% para las mujeres de más edad.
Las formas primarias de la anafrodisia
En su forma primaria, la anafrodisia parece que se ha instalado ya desde la edad de las primeras pensamientos sexuales. Pueden haber causas orgánicas o médicas. «Algunas anomalías hormonales o cromosó-micas han podido acarrear un mal desarrollo del aparato genital llamado hipogonadismo» asegura nuestra experta. Los traumatismos del aparato genital, especialmente de los testículos, pueden provocar anafro-disia primaria. «En el ámbito psicológico, algunos trastornos psiquiátricos importantes, psicosis o traumatismos psíquicos, como los que provocan los abusos sexuales en la infancia, pueden provocar una perturbación» añade la Dra. Ghislaine Paris
En las causas de la anafro-disia, también podemos encontrar representaciones negativas de la sexualidad transmitidas por la familia, la educación o el contexto cultural («el sexo es algo violento, peligroso, brutal, sucio …»). Por último, también puede provocar que se rechace la homosexualidad por que haya una inhibición en torno al conjunto de la sexualidad.
Las formas secundarias de la anafrodisia
«La anafrodisia en su forma secundaria ocurre la mayoría de las veces tras un acontecimiento que puede ser médico, psíquico o de relación» explica la sexó-loga. Hasta entonces, el deseo estaba presente, pero luego la fuente parece haberse secado para siempre. «Se pone en tela de juicio todas las enfermedades endocrinas que tienen que ver con la hipófisis o la tiroides. Si las infecciones de orina y genitales son frecuentes también puede conllevar a una bajada del deseo en las mujeres» aclara la Dra.Ghislaine Paris. Así como los trastornos de la erección en los hombres que asocian a la larga, el fracaso con la sexualidad «Además, se ha podido observar que un consumo crónico y excesivo de alcohol o de drogas, como los medicamentos que pertenecen al grupo de los psicotrópicos, producen efectos similares» añade nuestra experta. De esta manera, todas las patologías que afectan la zona genital provocan un dolor y una imagen negativa del cuerpo sexuado.
«Nuestra sexualidad también está conectada con la mente, y muchas de las causas psicológicas pueden influir en este trastorno» nos recuerda la sexóloga. La depresión encabeza la lista, pero hay otros acontecimientos negativos en la vida, como el duelo, la pérdida de empleo… que también pueden tener un gran impacto en el deseo. También hay que tener en cuenta el estrés, la ansiedad crónica, posibles problemas en la relación por unas expectativas demasiado altas, un aumento de peso o un envejecimiento que no se asume. Nuestra experta añade: «También pueden afectar problemas en la relación, como la infidelidad, conflictos demasiado frecuentes, violencia verbal o física o manipulación…».
Consecuencias de la anafrodisia
Cuando la naturaleza del trastorno es primaria, la persona no siempre intenta tratarlo ya que muchas veces no lo considera como un problema. Cuando lo hace, puede ser porque se preocupa de llevar una vida normal o bien porque aspira a construir una pareja para ir tejiendo una relación afectiva y piensa que la ausencia de interés sexual puede ocasionar algún que otro problema.
Es en las relaciones donde la anafrodisia conlleva más dificultades pues se vive el deseo de la pareja como una agresión a la que se suman las frustraciones propias que no paran de crecer. Cuando hay un conflicto crónico, la ruptura no es la solución. Muchas veces es el cónyuge que quiere que se resuelva el problema. En estos casos, es necesario recurrir a un profesional. «En muchos casos esta patología se puede curar» nos asegura la Dra. Ghislaine Paris. Sin embargo es importante tener en cuenta muchas causas.
El tratamiento deberá cubrir varios campos, tanto medicales como psicológicos. En caso de una anafrodisia secundaria, una infidelidad, por ejemplo, puede revelar abusos en la infancia y se asocia el sexo como algo negativo. Esta situación puede provocar trastornos fisiológicos, como infecciones ginecológicas, por ejemplo. Pero tanto si es primaria como secundaria, la sexóloga asegura que hay soluciones disponibles. «Por regla general, hay tratamientos adaptados a cada problema tanto hormonales, psicológicos o en la relación» concluye la experta. Las causas de esta carencia de libido sexual o deseo sexual inhibido pueden ser tanto físicas como psicológicas y fundamentalmente se basan en el miedo al rechazo por parte de la pareja, tener un baja autoestima y sentir que tenemos nulo atractivo físico, dificultad para manifestar los deseos sexuales o negación del propio placer e incluso del amor.
Es normal que el deseo fluctúe, sin embargo la anafrodisia es una patología que merece que se busquen las causas para tratarla. La sexualidad no es importante solo en la pareja, pues contribuye al bienestar personal. ¡Por eso es necesario reconectar con ella!