La pugna en el PRD ahora es por las renuncias formales de quienes abandonaron la bancada.
La dirigencia nacional del sol azteca exigió congruencia a los senadores que dejaron la fracción y les pidió formalizar su renuncia al partido, pues de lo contrario tomará cartas en el asunto, La presidenta nacional del PRD, Alejandra Barrales aseguró que se pondrá orden en la bancada del PRD en el Senado y parte de ello es liberar a la fracción de esos senadores que ya no comulgan con el partido y, a cada rato, lo golpean y descalifican.
«No se puede estar o medio estar, no se puede estar en un partido en el que ya no se cree y al que se está constantemente atacando y eso es únicamente lo que sucedió», aseveró Por ello, la dirigente perredista demandó directamente al ex coordinador el PRD en el Senado, Miguel Barbosa, así como a los senadores que aún son militantes, Raúl Morón y Luz María Beristáin, formalizar su renuncia a las filas del sol azteca, luego de que han hecho público su apoyo al dirigente nacional de Morena, de cara a las elecciones presidenciales del 2018.
Eso ¿dijo? es lo que debiera suceder y eso es a lo que nos estamos refiriendo.
«Ningún partido político contempla la posibilidad de que algún militante formando parte activa de sus filas, apoye a otras fuerzas políticas o milite al mismo tiempo en dos partidos, eso no es solamente un asunto del PRD, ése es un tema legal, constitucional, que tiene que ser atendido y esperamos que lo hagan de manera congruente», indicó Barrales aseguró que de no hacerlo, la dirigencia nacional del sol azteca está obligada a tomar cartas en el asunto y «muchos militantes» estarán de acuerdo.
La dirigente perredista desestimó que el PRD se haya desfondado en el Senado, pues explicó que en realidad varios de ellos ya tenían años de no estar en esa bancada pero quieren vender la idea de que debilitan a la fracción.
Por ello, justificó su regreso a la bancada del Senado tuvo el objetivo de recuperar la fracción para el PRD y, sobre todo, poner orden.
Alejandra Barrales dijo que no se puede estar en un partido en el que no se cree.