Hiromi Uehara: Jazz, chispa emocional

La música de la jazzista Hiromi Uehara (Hama-matsu, Japón, 1979) nace a partir de una banda sonora imaginaria, de una chispa emocional que intenta conectar con cualquier latitud, un sonido que nace de la emoción y de la improvisación, explica en entrevista la artista japonesa que se presentará el próximo 30 y 31 de marzo en el Lunario del Auditorio Nacional, acompañada por The Trio Proyect.
Ésta será la tercera vez que la compositora y pianista visite la Ciudad de México, ahora para presentar Spark (2016), su más reciente producción discográfica, la cual nace desde la improvisación y la imaginación.
«Lo que puedo decir es que compuse este álbum para una obra imaginaria, como una especie de banda sonora imaginaria que contiene una chispa emocional; así es como empezó la historia de Spark, así fue como la escribí», dice en entrevista con Excélsior a unos días de lo que podría ser su última gira como ensamble, dado que sus integrantes anunciaron una pausa indefinida como conjunto.
Vía telefónica, la compositora e intérprete explica que cuando ella se encuentra en el escenario, hay muchos elementos vitales al momento en que pisa el escenario: «Uno de ellos es contar con el instrumento adecuado para hacer la interpretación exacta, la condición en que me encuentro y las características específicas del público; todo eso cuenta y se convierte en una experiencia de vida».
Y sobre su proceso creativo describe: «Bueno, lo primero que hago es pensar en qué nota quiero escuchar y qué nota va tras la otra, así, cada minuto, cada segundo que trascurre».
«Ésa es la manera con la que me comunico con la gente, inmersa en un mundo musical».
«Lo que puedo decir es que compuse este álbum para una obra imaginaria, como una especie de banda sonora imaginaria que contiene una chispa emocional; así es como empezó la historia de Spark, así fue como la escribí».
Al final, esta construcción lo que le permite es mantener una conversación con el público cuyo origen puede provenir de casi cualquier lugar, asegura. «Mi música es una conversación que nunca antes he tenido porque la siguiente pieza siempre será distinta a la anterior. En mi caso, la inspiración puede venir de admirar un bello paisaje, practicar un deporte o ver una película; la inspiración puede venir de distintas maneras».
Sin embargo, cuando habla sobre la búsqueda de la perfección en su música, considera que ésta sólo puede encontrarse en la naturaleza: «a palabra perfección abarca muchos aspectos y depende de dónde la mires; para mí una situación perfecta es el admirar un paisaje que nunca antes había visto, pero no sé más».
¿Qué es lo más importante en tu trabajo?, se le cuestiona. «Creo que lo máximo que puede ocurrir en el jazz es la improvisación porque se trata de un estilo musical muy emocional; es como la vida: tienes que improvisar el día a día. Lo que espero en los conciertos del 30 y 31 de marzo es comunicarme con la gente y que fluya la energía musical, que el público pase un tiempo maravilloso conmigo».