La cebolla (Allium cepa) es probablemente la hortaliza más popular en todo el mundo, debido a que su exótico sabor se ha adaptado sin problemas a las tradiciones culinarias de todo el orbe, de modo que no es extraño observarla, cruda o cocida, en platillos tan diversos como sopas, ensaladas, aderezos y antojitos, o acompañando con éxito a carnes rojas, aves, pescados y mariscos.
Aunque la procedencia de esta planta de la familia de las liláceas (a la que también pertenece el ajo) no se encuentra bien definida, se presume que es originaria de Asia y que es cultivada desde hace siglos por la humanidad para obtener sus bulbos, que son tallos subterráneos en forma esférica compuestos por una serie de capas concéntricas (que surgen del punto central) y que sirven para almacenar sustancias de reserva alimenticia.
Asimismo, a la cebolla se le atribuyen diversas propiedades curativas, de modo que en la herbolaria tradicional se le utiliza como desinfectante, capaz de matar gérmenes y bacterias, y como parte integral en tratamientos para purificar la sangre; también se dice que es laxante y diurética, y que contribuye al buen funcionamiento de los sistemas nervioso y respiratorio.
Como cualquier otra hortaliza, la cebolla ofrece más propiedades para nuestro organismo cuando se consume cruda, ya que contiene la tan preciada (pero frágil al calor) vitamina C, que ayuda a eliminar sustancias responsables del envejecimiento celular (radicales libres) y contribuye a la generación de tejidos y células de defensa. Además, este vegetal es rico en vitamina A, ácido fólico y minerales como hierro, azufre, potasio, calcio, magne-sio, sodio y fósforo.
Gran variedad
Existen numerosos tipos de cebollas, los cuales difieren entre sí por su forma, color, dimensiones y sabor:
La cebolla común, empleada en múltiples guisados, tiene un bulbo de dimensiones medias (cabe en la mano de una persona adulta) y sabor muy fuerte.
Es de forma esférica, pero en el extremo donde se encontraban las raíces suele terminar en punta.
Las cebollas españolas son grandes, en forma esférica, y su cáscara es dorada o café. Poseen sabor agradable, pero bastante intenso. Las cebollas moradas o rojas son muy grandes y tienen sabor ligeramente dulce. Son muy utilizadas en la comida yucateca.
Las de cebollas de conserva tienen pequeños bulbos con cáscara café o plateada; se suelen preparar y almacenar en una solución salada (salmuera).
La cebolla de cambray o cipollotto es una planta tierna donde el bulbo no se ha formado completamente; tiene tallo largo y sabor suave.
Como ingrediente y condimento, la cebolla se utiliza casi siempre picada, y aunque el corte depende de las exigencias de cada receta, hay ciertas convenciones para unificar los criterios en cuanto a su presentación: se dice que está finamente picada cuando se divide en cuadritos menores a medio centímetro; picada en chico cuando los fragmentos son mayores que los anteriores, pero menores a un centímetro, y picada en grande, cuando los pedazos son todavía mayores que las formas anteriores.
También se suele utilizar en rajas, cuando se le hacen cortes verticales, similares a los gajos de una naranja, y en rodajas, cuando el corte es horizontal y permite obtener anillos enteros.
Para evitar llorar al picar cebolla se recomienda usar agua fría; por ello, este bulbo debe ser pelado bajo un chorro del vital líquido, a fin de que se neutralicen las sustancias volátiles que contiene, y remojar el cuchillo antes de picarla; de hecho, si la hortaliza es muy irritante puede cortarse bajo el agua. Finalmente, para neutralizar el olor es útil enjuagar las manos con limón o vinagre.
Las cebollas son universalmente utilizadas como condimento para guisar gran variedad de sopas, carnes, pastas o salsas, aunque también es posible consumirlas sólo cocinadas al vapor y condimentadas con especias y vinagre o aceite; sin embargo, estos vegetales ofrecen más que un delicioso bocado, pues cuentan con una serie de beneficios para el buen funcionamiento del cuerpo humano.
Primeramente, cabe señalar que esta hortaliza estimula el apetito, regulariza las funciones del estómago y evita estreñimiento, además de ser diurética (favorece la eliminación de orina), de modo que ayuda de manera importante a expulsar toxinas del organismo; por su parte, los seguidores de la medicina naturista afirman que también contribuye a expulsar parásitos intestinales.
Asimismo, este bulbo es un gran desinfectante que al ser consumido ayuda en distintas enfermedades; por ejemplo, se sabe que es muy bueno para combatir afecciones respiratorias como catarro, resfriado, gripe o bronquitis, de modo que se recomienda tomar una mezcla caliente formada con el jugo de una cebolla (obtenido al licuarla) y el de un limón, endulzado con 2 cucharadas de miel, para aliviar los síntomas generados por dichos padecimientos.
Además, este vegetal posee cualidades mucolíticas (detiene la generación excesiva de moco) y expectorantes (facilitan la expulsión de flemas), por lo que se refuerza su cualidad de aliado del sistema respiratorio, sobre todo en el caso de enfermedades en donde se presenta tos.
En cuanto a sus aportes a la dieta, investigaciones llevadas a cabo en China e Italia sugieren que consumir cebolla puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de estómago, en parte porque contiene sustancias antioxidantes que reducen la presencia de radicales libres.
Por si fuera poco, dicho vegetal es benéfico para el sistema circulatorio, ya que evita la formación de plaquetas (pequeñas placas de células que aparecen en la sangre), de modo que reduce el riesgo de que éstas se acumulen en las arterias y obstaculicen el flujo sanguíneo, al grado de originar serios trastornos, como infarto o embolia.
Por otra parte, es de todos conocido que este bulbo posee la cualidad de segregar sustancias capaces de poner en funcionamiento a las glándulas productoras de lágrimas; pues bien, tales compuestos, conocidos como glucósidos sulfurados, son útiles cuando algún objeto extraño se introduce en la cavidad ocular, ya que el lagrimeo puede arrastrar hacia afuera las impurezas.
Igualmente, se afirma que la cebolla ayuda a combatir la caspa y la caída del cabello cuando se realizan fricciones continuas con su jugo en el cuero cabelludo, y también se aconseja a las personas con diabetes incorporar este alimento en su dieta, ya que les ayuda a limpiar su sangre, tornándola más limpia y pura. Ambos hechos son aceptados dentro de la medicina tradicional, pero faltan estudios científicos que permitan tener una conclusión más sólida al respecto.
Por último, cabe mencionar que los seguidores de terapias naturales sostienen que extraer el jugo de una cebolla cruda y aplicarlo 1 ó 2 veces seguidas sobre el rostro, dando masaje hasta que lo absorba totalmente, evitando la zona de los ojos, ayuda a embellecer el cutis de manera rápida y fácil, gracias a su acción antioxidante (combate los radicales libres).
Así, la única recomendación que nos queda hacer para incorporar este alimento a su dieta es que no lo ingiera en grandes cantidades, debido a que puede generar problemas de mal aliento (halitosis) y, sobre todo, porque en personas con estómago sensible llega a generar ligeras molestias digestivas. Por lo demás, aprovecha las ventajas que ofrece la cebolla y ¡sazona con ella tu salud!