Canadá exhibe por primera vez un esqueleto de ballena azul de 24 metros, junto con partes de su cuerpo, como un gran corazón.
Este fin de semana la muestra abrió sus puertas al público en el Royal Ontario Museum (ROM) de Toronto, donde las grandes piezas óseas permanecerán ahí hasta el 4 de septiembre, como testimonio de la historia de nueve ballenas que perecieron en el golfo de St Lawrence, del Atlántico Norte, en mayo de 2014.
La pérdida de estos gigantescos cetáceos representó el tres por ciento de la población total de ballenas azules del Atlántico Noroeste.
Generalmente, cuando una ballena muere se hunde en el fondo del mar, pero los cuerpos de dos de esas ballenas aparecieron en las playas de Trout River y Rocky Harbour, en la provincia canadiense de Newfoundland y Labrador en la costa atlántica.
Con el apoyo del Departamento de Pesca y Océanos y del Research Casting Interna-tional, el personal del ROM se trasladó al lugar para rescatar los restos óseos, el DNA y muestras de información biológica.
La exhibición se titula «Afuera de las profundidades: la historia de la ballena azul» y fue curada por el doctor Marc Engstrom, subdirector de Investigación y Colecciones del ROM, junto con un equipo de especialistas en mamíferos marinos, biodiversidad y eco-logía.
Las nueve ballenas del grupo que motivó esta historia pertenecían a la población marina del Atlántico Norte y en mayo de 2014 quedaron varadas en una gruesa capa de hielo.
«La ballena azul ha capturado nuestra imaginación a través de su gran tamaño y su capacidad de adaptación a la vida acuática», dijo el curador Engstrom, quien destacó como «experiencia única» la posibilidad de mostrar el resultado de esta investigación y recolección.
En una de las fotografías de esta exhibición se observa al propio doctor Engstrom sosteniendo con sus dos manos un ojo de ballena azul.
El esqueleto completo de una ballena azul ocupa la gran sala de exhibiciones, la cual está iluminada de diversas tonalidades de azul para recrear el ambiente marino.
Otro atractivo es una réplica del corazón de una ballena azul, el cual si bien es cierto que funciona en forma similar al corazón humano, debe circular un gran volumen de sangre para el movimiento de este majestuoso mamífero marino.
Los curadores informaron que el corazón original de esta ballena en exhibición está siendo procesado, por lo que se unirá a esta muestra en las próximas semanas.
La exhibición la complementan videos del proceso de dos años de limpieza de los restos óseos y de su traslado al museo de Toronto, el más grande museo de Canadá de historia natural.
Además de pararse debajo de toneladas de huesos de ballena, los visitantes pueden conocer acerca de sus inusuales conductas alimenticias, cómo te comunican, su evolución y las causas que han llevado a la reducción de la población de los animales más grandes de la Tierra.
Esta gran exhibición se enmarca en el 150 aniversario de la Confederación de Canadá, que se está celebrando este año y quedó «muy a tono» con el «March break», receso escolar de una semana que comienza este lunes.
Los oceanógrafos aseguran que Canadá tiene más líneas de costa que cualquier otro país en el mundo.