Los líderes de los 27 países que integrarán la Unión Europea (UE), tras la salida del Reino Unido, llamaron ayer a la unidad, al final de una cumbre informal ensombrecida por el enfrentamiento con Polonia y la discusión sobre la idea de una Europa a distintas velocidades.
El 25 de marzo, con motivo del 60 aniversario de los Tratados de Roma, la UE establecerá en la capital italiana los objetivos para los próximos 10 años.
Según la canciller alemana, Angela Merkel, la declaración que se firme debe ser “firme y optimista”. Aseguró que en la cumbre dominó la idea de que la UE es un modelo de éxito a pesar de los problemas.
Sin embargo, hay división respecto al modelo de una Europa a distintas velocidades que defienden Merkel y el presidente francés, François Hollande, entre otros.
Algunos países temen que ese concepto suponga un “nuevo telón de acero entre el Este y el Oeste”, apuntó el presidente del Consejo Europeo, Jean Claude Juncker, quien rechazó que algo así vaya a ocurrir. Por encima de todo está la unidad de los 27 países que en futuro compondrán la UE, dijo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reelecto el jueves, defendió la unión del bloque.
La primera ministra polaca, Beata Szydlo, afirmó que su país no aprobará una Europa a diferentes velocidades y que está en contra de crear un club elitista en el bloque.
El presidente Hollande reconoció: “Hay puntos débiles, hay dificultades. Y se ha demostrado que Europa no es capaz de adoptar decisiones en el momento adecuado” y añadió: “¿Qué debe hacer la UE en los próximos años? Debe mostrar que está unida y cuáles son sus valores”.