La niña torturada y encadenada por su abuela en Ixtapaluca, Estado de México, tendrá que someterse a por lo menos cinco cirugías estéticas más para que recuperar su rostro y otras lesiones causadas por las condiciones en las que vivía.
Además, terapeutas de la PGJ de la Ciudad de México trabajan con la niña, ya que el daño psicológico que presenta, al igual que el físico, es muy fuerte. El objetivo es recuperar la alegría de la menor siete años de edad, pues aunque sabe y asimila los años de martirio que vivió, no entiende por qué una persona que dice ser su abuela la mantuvo en esa condición. También es sometida a un tratamiento de salud por la desnutrición, deshidratación e incluso por la sarna que presentó al momento de ser rescatada por la Procuraduría; sus órganos internos también se encuentran afectados.
Se espera que en promedio la recuperación física tome seis meses, sin embargo, en cuanto a su salud psicológica, tomará más tiempo para que la menor pueda confiar nuevamente en alguien. La niña, según detalló la dependencia investigadora, presentó huellas recientes de encadenamiento en las manos, heridas en etapa de cicatrización, tumoración en la frente, deformación en el cráneo, cortes hechos con arma punzocortante en el cuello, rodillas deformadas, anemia, dermatitis y sarna. En la frente, la menor de edad tiene una protuberancia que se formó debido a la cantidad de golpes que recibió con un tubo. Aunque ya fue limado el hueso del cráneo, aún faltan tres operaciones más en dicha zona para dejarla en condiciones aceptables, sin embargo a decir de los especialistas, las marcas y físicas y psicológicas serán de por vida.