Sinusitis, mal de las grandes ciudades

Sería fantástico vivir al lado del mar o en zonas donde se respira aire limpio pero, desgraciadamente, es un lujo que la mayoría de la gente no puede disfrutar.
Es por ello que debemos hacer frente a la contaminación que, como bien sabemos, es condicionante de enfermedades en vías respiratorias, como sinusitis.
Cualquier persona puede percibir los efectos nocivos de contaminantes ambientales, como dióxido de azufre, monóxido de carbono, humo de cigarro, ozono y restos de hollín en nariz y bronquios, sustancias que ocasionan que sea lento el funcionamiento normal de unas estructuras de la nariz llamadas cilios, diminutos vellos que se encargan de «barrer» bacterias y las partículas antes citadas de fosas nasales y bronquios.
Es importante saber que estas pequeñas estructuras son un mecanismo de defensa contra las infecciones en vías respiratorias, como sinusitis, padecimiento que ocasiona inflamación en senos paranasales (cavidades ubicadas en los huesos que están alrededor de ojos y nariz), los cuales cuando sufren daños evitan que el aire que respiramos se caliente, humedezca y filtre, además de que se manifiesta dificultad para vocalizar ciertos sonidos.
En consecuencia, se presenta acumulación excesiva de secreciones espesas y de bacterias, fiebre, tos, cansancio, congestión nasal, sensación de hinchazón en rostro, así como dolores de cabeza y dientes, hemorragia, malestar general, pérdida del olfato y ronquera.
Aunque los resfriados son la causa más común de sinusitis, quienes sufren alergias también están predispuestos al desarrollo de la enfermedad; ello se debe a que hay inflamación crónica en senos paranasales, lo cual impide que las bacterias que se acumulan en dicha zona sean eliminadas.
Asimismo, el drenaje dentro de la nariz puede verse afectado cuando se presentan tumores o desviación nasal.
La historia clínica y exploración física son esenciales para identificar la sinusitis en 80% de los casos, pues en la auscultación médica puede visualizarse mucosa nasal roja, secreción purulenta (con pus) y sensibilidad a la presión.
Para hacer un diagnóstico más preciso, principalmente en el 20% restante, será necesario practicar algunos estudios de laboratorio, que pueden incluir radiografías de senos paranasales, tomo-grafía computarizada (proporciona imágenes precisas de las cavidades de la nariz), análisis de una muestra de secreciones y pruebas de sensibilización (se expone al paciente a diversas sustancias para determinar la causa de la alergia).
Asimismo, es posible que el médico solicite una endoscopia, que consiste en introducir en la nariz un tubo estrecho y flexible que permite visualizar el área mediante pequeña cámara.
Los tratamientos actuales se dirigen a curar la infección y vaciar las secreciones de los senos paranasales, lo cual se logra mediante la administración de diversos medicamentos durante un periodo entre 10 y 14 días, pero en algunos casos puede prolongarse 3 ó 4 semanas.
Aunque los fármacos pueden aliviar y prevenir que la sinusitis se presente de nuevo, en muchos casos se requiere de cirugía para eliminar la obstrucción nasal, la cual debe ir seguida de control clínico.

Este tipo de intervención quirúrgica comprende el lavado de senos paranasales o hacer un orificio para proporcionar drenaje efectivo, ventilación y extracción del tejido enfermo.

Como puedes ver, la sinusitis es uno de tantos padecimientos en vías respiratorias que pueden afectarnos, por ello es conveniente tomar conciencia y procurar alejarnos de lugares donde se concentre el humo y, cuando los niveles de contaminación estén muy elevados, usar un cubrebocas.