Acondicionador, brillante idea para su cabeza

Nuestro cabello es sometido constantemente a factores que pueden dañar su salud y buena apariencia, que van de los emocionales (estrés, preocupaciones, enfermedades) a los ambientales (Sol, viento, agua de mar), de modo que el ajetreo cotidiano lo debilita, deshidrata y le resta brillo. De ahí la necesidad de darle atenciones que lo mantengan fuerte: cepillarlo, lavarlo y nutrirlo.
Dentro de este espectro encontramos a los acondicionadores, que son probablemente los cosméticos que más contribuyen al brillo de una cabellera y el equivalente de la crema hidratante para la piel.
Su función consiste en depositar sus activos y proporcionar nutrientes al cabello con la finalidad de restablecer su capacidad para reflejar la luz, así como brindar suavidad que facilite la tarea de desenredarlo.
Sin embargo, mucha gente se niega a usar estas formulaciones porque se cree que no son necesarias o, a través de un juicio erróneo, se piensa que pueden resultar contraproducentes. Lo cierto es que, como cualquier tratamiento capilar, un acondicionador debe emplearse a partir del conocimiento de las necesidades individuales y la asesoría de un especialista en belleza que ayude a no perderse en la diversidad de productos que nos ofrece el mercado: los hay con vitaminas y proteínas (principalmente queratina) que ayudan a restituir o mantener el buen estado del cabello; de uso frecuente, que no requieren ser enjuagados e incluso con factor de protección contra radiación solar.
Conocer el tipo de cabello
Antes de iniciar cualquier tratamiento, sea de mantenimiento o reparador, es vital determinar el tipo de cabello que se tiene, ya sea a través de la consulta con un estilista o por cuenta propia, durante un fin de semana en que se permanezca en casa.
El método consiste en mantener el cabello sin lavar durante 3 días.
Sí al término de este período se observan aproximadamente 2 cm de grasa en la raíz, se tienen cabello y cuero cabelludo grasos; cuando no alcanza 1 cm son normales, y si no brilla y el aspecto general no es radiante, son secos.
Así, podemos decir que una melena larga y reseca, al igual que aquellas decoloradas, teñidas, con permanentes o alisadas, no puede prescindir de un acondicionador, ya que se encuentra más expuesta a las adversidades. Además, considerando la asesoría del estilista, es posible que en estos casos se requieran cremas, aceites y tratamientos revitalizadores y reconstituyentes extras.
En tanto, el cabello normal necesitará cuidados más sencillos, encaminados a evitar más que a corregir. Para los cabellos grasos no es recomendable aplicar tratamientos capilares complementarios, dado que las mismas glándulas sebáceas generan la protección necesaria para mantener flexibilidad y brillo; sólo será aconsejable el uso de acondicionadores (entre 3 y 4 veces por semana) en pequeñas porciones, o bien, utilizar fórmulas específicas muy suaves que se encuentran en el mercado.
Un caso diferente es la combinación de cuero cabelludo graso y cabello seco. Aquí lo que se necesita es aplicar acondicionador, haciendo énfasis en las puntas y evitando excesos en la raíz, de modo que se mantenga un equilibrio.
Usos y abusos
Los acondicionadores cuentan con fórmulas que protegen al cabello, pero no siempre son indicados para todos los casos.
Hay gente para quienes sólo es necesario acentuar suavidad y manejabilidad, en tanto que para otras personas se requieren productos que ofrezcan volumen a un cabello demasiado fino, fortaleza a cabelleras muy debilitadas o peso a aquel que tiende a encresparse.
Así, por ejemplo, hay quien sostiene que su acondicionador impide el crecimiento de su cabello.
El origen de ello puede deberse a mal uso y a la aplicación de otras sustancias, pues si se cuenta con cuero cabelludo graso a la vez que se aplican tratamientos humectantes, aceites y acondicionador formulado para cabello reseco, el exceso de sebo puede ahogar la raíz y volver lento su crecimiento.
Hay también quienes sostienen que a pesar del uso de estos productos suavizantes su cabello sigue maltratado. El motivo puede encontrarse en una alimentación deficiente o la mala elección de la fórmulas capilares, como ocurre al utilizar un shampoo demasiado fuerte y un acondicionador muy suave.
Por último, mencionemos que la frecuencia con que debe aplicarse es 2 ó 3 veces por semana; por lo general necesita dejarse entre 3 y 5 minutos aplicado en el cabello y enjuagarse con agua fría a través de ligero masaje, si bien ahora existen formulaciones creadas para uso frecuente y otras más que no necesitan ser enjuagadas, por lo que actúan durante todo el día.
Esperamos que estos consejos te sirvan como guía para emplear su acondicionador de manera más conveniente y así gozar de una cabellera que despertará no sólo la admiración, sino también la envidia de propios y extraños.
La cabellera requiere cuidados especiales para lucir siempre atractiva, los cuales no sólo incluyen el uso de shampoo, acondicionador o tratamiento, sino también la forma en que lo alimentamos, pues cuando la melena luce sin brillo y desvitalizada, tiene problemas de exceso de grasa o de plano comienza a caerse sin motivo aparente, la dieta es, en gran medida, responsable de la situación. Ante este panorama, lo mejor es que el régimen alimenticio asegure el consumo de todos los nutrientes necesarios, en especial vitaminas. La dieta proporciona al ser humano los nutrientes que requiere para llevar a cabo todas sus funciones, las cuales incluyen actividades físicas, intelectuales y fisiológicas (circulación sanguínea, digestión y regulación de la temperatura corporal, entre muchas otras).
Para que lo anterior pueda efectuarse de la mejor manera es recomendable seguir régimen alimenticio equilibrado, el cual debe incluir todos los grupos de alimentos (proteínas, carbohidratos, grasas y fibra) los cuales, adicionalmente, mantienen en buen estado piel y cabello.

Por esta razón te invitamos a conocer las propiedades de las vitaminas que ejercen importante labor en el embellecimiento:

Vitamina A. Excelente protectora natural contra el envejecimiento cutáneo debido a que controla los efectos negativos de los radicales libres (moléculas responsables de la degeneración celular), la cual, asimismo, aporta beneficios al cuero cabelludo. Este nutriente lo encontramos en aceite de hígado de bacalao, huevo, leche, mantequilla, jitomate, zanahoria y durazno.