Enfermedades cardiacas

Nuestra vida depende de esta circulación continua de sangre desde el corazón a las células y viceversa. Sin embargo, si este ritmo se ve interrumpido o es deficiente se considera una enfermedad cardiaca o cardiopatía, término con el que se hace referencia a los padecimientos y/o malestares que afectan al corazón y las partes que lo conforman (válvulas, arterias, ventrículos y vasos sanguíneos).
Las enfermedades cardiacas también son conocidas como cardiopatías.
Las diferentes enfermedades que puede sufrir el corazón responden a distintas causas:
Congénitas. Malformaciones o defectos en la estructura y funcionamiento del corazón que se originan antes del nacimiento, ya sea por razones genéticas (hereditarias) o por condiciones que actúan durante el desarrollo del embrión o del feto, principalmente en las primeras semanas del embarazo.
La mayor parte de los defectos congénitos del corazón afectan sus cavidades o a las arterias conectadas a este órgano. Las cardiopatías de origen congénito causan más muertes en el primer año de vida que cualquier otro defecto de nacimiento.
Las enfermedades cardiacas congénitas se dividen en cianóticas, que provocan coloración de azulada o morada de la piel por falta de oxígeno, y las no cianóticas.
Cianóticas:
Tetralogía de Fallot.
Transposición de los grandes vasos.
Atresia tricúspide.
Drenaje venoso pulmonar anómalo total.
Tronco arterial.
Corazón izquierdo hipoplásico.
Atresia pulmonar.
Algunas formas de drenaje venoso pulmonar anómalo total.
Anomalía de Ebstein.
No cianóticas:
Comunicación interventricular (CIV).
Comunicación interauricular (CIA).
Conducto arterial persistente (CAP).
Estenosis aórtica.
Estenosis pulmonar.
Coartación de la aorta.
Canal auriculoventricular (defecto de relieve endocárdico). Adquiridas. Se originan después del nacimiento y por lo general obedecen a malos hábitos de alimentación y estilo de vida, asimismo pueden derivar de otras enfermedades o ciertas intervenciones quirúrgicas. Son la primera causa de muerte en el mundo, junto con las enfermedades cardiovasculares, sobre todo debido a factores como sobrepeso y obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol elevado, tabaquismo, sedentarismo, entre otros.
Las enfermedades cardiacas adquiridas más comunes son:
Enfermedad cardiaca coronaria (o enfermedad de las arterias coronarias, arteriopatía coronaria). Es el padecimiento más común que afecta al corazón y ocurre cuando las arterias que le suministran sangre se endurecen y estrechan, debido a la acumulación de colesterol y otros materiales, formando placas (ateromas) en la capa interna de las paredes de las arterias. Contribuyen a su desarrollo factores de riesgo como hipertensión, colesterol elevado, falta de actividad física regular, tabaquismo y la edad. Puede conducir a angina de pecho o infarto.
Angina de pecho. Dolor en el pecho que se difunde hacia los brazos, cuello o mandíbula, el cual puede estar acompañado de dificultad para respirar o falta de aire. Sucede por insuficiente aporte de sangre (oxígeno) a las células del músculo cardiaco, comúnmente, ocasionado por obstrucción o espasmo de las arterias coronarias.
Ataque cardiaco o infarto agudo al miocardio. Si las arterias coronarias que llevan sangre y oxígeno al corazón son bloqueadas por algún ateroma se produce ataque o infarto cardiaco, ya que el flujo sanguíneo se ve obstruido y el corazón sufre por falta de oxígeno, haciendo que las células mueran si no se restablece pronto la irrigación. El cuadro clínico es similar a la angina de pecho, pero en este caso el dolor se localiza en el pecho, es de mayor intensidad y rara vez se irradia.
Si se sobrevive al primer ataque, se está en riesgo de sufrir otro en los próximos 6 meses o de morir en el hospital tras serias complicaciones. Difícilmente se logra la recuperación total después de este evento y se debe seguir tratamiento y cuidados específicos, pues de 10 pacientes que sufren ataque cardiaco, 5 mueren durante el primer año después del infarto. Para que este tipo de evento llegue a presentarse, la persona generalmente ha padecido un mal cardiaco de manera silenciosa, por lo menos 10 ó 15 años atrás, aunque dependiendo de la severidad de la afección y condición del paciente, puede presentarse en menos tiempo. Insuficiencia cardiaca (IC). Es la incapacidad del corazón de bombear sangre al organismo para cubrir sus demandas metabólicas, ya que no puede contraerse como debería hacerlo.La IC es una afección crónica y el estado final de muchas enfermedades cardiacas. Trastornos como hipertiroidismo pueden tener como consecuencia IC.
Insuficiencia cardiaca congestiva. En este caso, debido a la pérdida de la capacidad de bombeo del corazón, la sangre puede acumularse en otras zonas del cuerpo, entre ellas pulmones, hígado y tracto gastrointestinal, así como en brazos y piernas.
Arritmias cardiacas. Son alteraciones en el ritmo normal del corazón (en reposo 60-100 palpitaciones/minuto), el cual puede variar naturalmente por actividad física, emociones, estrés o verse afectado por algunas enfermedades. Cuando el latido cardíaco se acelera es llamado taquicardia y en caso contrario bradicardia. Ante alguna arritmia el riego sanguíneo puede verse interrumpido y propiciar ataque cardiaco. Miocardiopatía. Ocurre por alteración del miocardio (músculo cardiaco) por razones diversas, como alcoholismo y consumo de cocaína, fármacos para quimioterapia, arteriopatía coronaria, hipertensión, infecciones virales (VIH, enfermedad de Lyme, mal de Chagas, etc.), por deficiencias nutricionales (selenio, tiamina, calcio), parto, enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso), enfermedad renal terminal, entre otros.
Frecuentemente quienes padecen miocardiopatía sufren arritmias y están en riesgo de sufrir infarto agudo al miocardio.
Síntomas
Las molestias que cada persona experimente dependen del tipo y severidad del problema cardiaco que padezca, pues la mayoría de las enfermedades del corazón tienen distintos síntomas. No obstante, por lo general, quienes sufren de alguna alteración de este tipo pueden presentar:

Disnea (falta de aire) o dificultad para respirar con o sin la realización de alguna actividad que demande esfuerzo. En los pequeños es común que adquieran la posición de cuclillas para aliviar la falta de aire.
Palpitaciones.
Accesos de tos o tos frecuente con poca secreción (flemas), sibilancias o ruidos en el pecho como sensación de “hervor”.
Fatiga por labores sencillas y comunes.
Dolor en el pecho.
Dificultad para respirar cuando se está acostado. Siente mejoría al colocar varias almohadas para recostarse.
Interrupción súbita del sueño por dificultad para respirar, sensación de ahogo que se alivia al sentarse o levantarse de la cama.
Hinchazón de pies, tobillos, piernas o abdomen.
Retardo en el crecimiento (en niños y niñas).
Coloración azulosa o amoratada de los labios y la lengua (cianosis).
Los signos y síntomas de un ataque cardiaco más comunes son:

Dolor en la mitad del pecho o en el lado izquierdo del mismo, de gran intensidad, con sensación de presión aplastante que puede irradiarse hacia los brazos, hombros, cuello, dientes, mandíbula o abdomen y espalda. Generalmente, este dolor dura 20 minutos.
En ocasiones el dolor también puede ser leve. Algunas personas con diabetes, adultos mayores o mujeres pueden sentir poco o ningún dolor. Asimismo pueden experimentar síntomas inusuales (dificultad para respirar, fatiga, debilidad).
Falta de aliento.
Sudor frío.
Náusea.
Mareo, vértigo.
Ansiedad.
Desmayos.
Palpitaciones.
Cabe señalar que se puede estar en riesgo de ataque cardiaco y no presentar algún síntoma, lo que se conoce como «ataque cardiaco silencioso».

Asimismo, cabe advertir que se puede tener una enfermedad en el corazón o estar en riesgo de padecerla y no presentar síntomas significativos, por lo que es oportuno acudir a revisiones médicas periódicas para estar al tanto del estado de salud y prevenir complicaciones.

Diagnóstico
Si se considera estar en riesgo de alguna enfermedad cardiaca se debe acudir al médico para una evaluación de acuerdo a los síntomas, historial médico personal y familiar.

Entre los exámenes que realizará u ordenará el médico se encuentran:

En el consultorio:

Toma de presión arterial y frecuencia cardiaca.
Examen del corazón y pulmones con estetoscopio.
Monitoreo del pulso en varias partes del cuerpo.
Revisión de ojos en busca de enfermedad de los vasos sanguíneos, presión arterial alta y colesterol elevado.
Laboratorio:

Perfil lipídico (lipidograma). También llamado perfil de riesgo coronario, es un conjunto de pruebas de laboratorio que se realiza mediante muestra de sangre para conocer los niveles de colesterol y triglicéridos. Ayuda a determinar el estado del metabolismo de las grasas o lípidos del cuerpo y de esta forma evaluar el riesgo de bloqueo por ateromas en las arterias del corazón.
Prueba de glucosa. Para saber si se tiene diabetes, ya que este padecimiento es factor de riesgo para las enfermedades del corazón.
Asimismo, de acuerdo a los síntomas en cada caso, el médico podrá solicitar pruebas para identificar alteraciones hormonales o enfermedades autoinmunes como una de las causas.

Radiodiagnóstico:

Rayos X de tórax. Sirve para valorar la dimensión del corazón (las aurículas y los ventrículos), así como el estado pulmonar, ya que en algunas enfermedades cardiacas como ICC se puede acumular líquido en los pulmones.
Angiografía. Mediante rayos X y tinte especial (medio o material de contraste), inyectado por medio de sonda y catéter, se observa cómo fluye la sangre a través del corazón. El tinte ayuda a resaltar cualquier obstrucción en el flujo sanguíneo.
Electrocardiograma (ECG o EKG). Muestra de forma gráfica la actividad eléctrica del corazón, mediante la colocación de electrodos en el pecho, brazos y piernas, en posición de reposo, recostado sobre pequeña mesa. En algunos casos, se realiza con pequeña máquina portátil (Holter) para el registro de la actividad cardiaca durante periodos prolongados (24 horas).
Ecocardiograma. También conocido como ultrasonido cardiaco o ecocardiografía, emplea técnicas estándares de ultrasonido para producir imágenes de dos dimensiones del corazón. Proporciona imágenes más detalladas del corazón que los rayos X, sin exposición a las radiaciones. Se puede complementar con Doppler. Recientemente, se está extendiendo el uso de la ecocardiografía en 3D.
Prueba de esfuerzo. Consiste en ejercitarse sobre una cinta caminadora o bicicleta estática mientras especialistas monitorean la presión arterial y ritmo cardiaco durante todo ese tiempo. La prueba puede mostrar si existen zonas del corazón con insuficiente suministro de oxígeno. Otra forma de realizar este estudio es inyectando vía intravenosa un radiofármaco (prueba de esfuerzo nuclear) y con cámara especial se escanea el corazón.
Cateterismo cardíaco. Consiste en pasar una sonda delgada y flexible (catéter) hasta el lado derecho o izquierdo del corazón, por lo regular desde la ingle o el brazo. Esto permite identificar obstrucciones de las arterias, y si la obstrucción es severa, este mismo procedimiento puede utilizarse para colocar un stent.
Tratamiento
Cada enfermedad cardiaca tiene sus características particulares, por ello el tratamiento de cardiopatías es diferente, de acuerdo al tipo y severidad del padecimiento.

Tratamiento farmacológico. La mayoría de los fármacos están dirigidos a mantener el flujo sanguíneo adecuado, para prevenir obstrucciones y los ataques cardiacos resultantes. Entre los cuales se encuentran anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios, antihipertensivos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAS), antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II), también llamados bloqueadores del receptor de la angiotensina (BRA) y betabloqueantes, fármacos que bloquean el receptor beta adrenérgico.
Asimismo, otros fármacos como las estatinas y fibratos, ayudan a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos y evitan que se acumulen en las arterias coronarias, por lo que ayudan a reducir el riesgo de infarto.

Tratamiento quirúrgico. Existen diferentes cirugías para tratar enfermedades cardiacas, entre ellas:
Stent. Se coloca este dispositivo metálico dentro de las arterias coronarias a fin de reforzar sus paredes y corregir el estrechamiento.
Marcapasos. Se implanta dispositivo electrónico mediante pequeña incisión debajo de la clavícula. Este aparato envía impulsos eléctricos con el objeto de estimular el corazón cuando falla la estimulación fisiológica o normal y así mantener su ritmo normal.
Cirugía valvular cardiaca. Consiste en reparar o cambiar las válvulas del corazón que ya no funcionan adecuadamente. Es una intervención a corazón abierto, ya que es necesario abrir el corazón o la aorta para sustituir las válvulas por prótesis biológicas (cerdo, vacuno, etc.) o mecánicas.
Cirugía de revascularización coronaria. Procedimiento quirúrgico que utiliza venas de la pierna, o arterias de otra parte del cuerpo, para desviar la sangre tras la obstrucción de las arterias coronarias, que son las que suministran sangre oxigenada al corazón.
Balón de contrapulsación intraaórtico. Se implanta en la arteria aorta descendente, conectado a máquina que lo infla y desinfla con gas helio, en sincronía con las contracciones del corazón para mejorar la función cardiaca al estimular mayor flujo de sangre a nivel de las arterias coronarias.
Trasplante de corazón. En los casos de enfermedad cardiaca terminal se sustituye el corazón enfermo por el de un donante. Sin embargo, esta opción implica riesgos de infección o rechazo y depende de la disponibilidad de órganos.
En el caso de las enfermedades cardiacas congénitas algunos defectos cardiacos pueden corregirse mediante cirugía tanto a corazón cerrado como abierto, a veces se requiere más de una intervención quirúrgica, por ello los pacientes pasan por varias cirugías paliativas y en otros casos la curación total se obtiene con una sola operación (cirugías correctoras).

Prevención
Para prevenir enfermedades cardiacas es recomendable:

Llevar a cabo dieta saludable que incluya alimentos libres de grasas trans o con pocas grasas saturadas, poca sal, y con alto contenido de grasas insaturadas (Omega 3, 6 y 9), así como aquellos que contengan fibra y antioxidantes naturales, como verduras y frutas frescas. Además de cereales integrales y legumbres.
Beber dos litros de agua diariamente, lo cual ayuda a depurar el organismo.
No fumar, ya que el tabaquismo contribuye al endurecimiento de las arterias.
Consumir de forma moderada bebidas alcohólicas, optando en tal caso por sólo dos copas de vino tinto al día.
Realizar actividad física regularmente, comenzando con 15 minutos diarios e ir aumentando gradualmente el tiempo y la intensidad del ejercicio.
Dormir bien, no más de 10 ni menos de 8 horas diariamente. Un descanso adecuado ayuda a tener mejor rendimiento y menos estrés.
Evitar o controlar la exposición a situaciones de altos niveles de estrés o ansiedad.
Consultar regularmente al médico, para el control y monitoreo de niveles de lípidos (colesterol y triglicéridos), glucosa, presión arterial, mediante pruebas sanguíneas y revisión física.