Cromo, para una salud brillante

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido. Más que una frase trillada en cuestiones de amor, se trata de una referencia muy adecuada en el caso del cromo, pues justo ahora que descubrimos los beneficios que nos ofrece, nuestros hábitos alimenticios contemporáneos lo han erradicado prácticamente sin darnos cuenta.
No es pequeña la colaboración de este mineral en la salud: forma parte de los huesos, regula el colesterol y colabora en la transportación de proteínas (también impide la formación de aquéllas causantes del envejecimiento cerebral), pero lo más importante es que ayuda a que la insulina (hormona producida por el páncreas) trabaje de manera correcta, permitiendo asimilar grasa y convertir los alimentos en energía, a la vez que controla los niveles de azúcar en la sangre y disminuye el deseo de ingerir comestibles dulces.
Esto ha favorecido el surgimiento de productos «milagrosos» para reducir grasa o aumentar la masa muscular. Cierto que el uso adecuado de este mineral es fundamental para bajar de peso, pues inhibe el hambre y regula los hábitos alimenticios, pero también lo es que su administración excesiva puede causar daño, por lo que su consumo debe ser autorizado y vigilado por un médico.
Hábitos de consumo
Las principales fuentes de cromo son cereales integrales, semillas, frutos secos, levadura de cerveza, aceites vegetales, papa con cáscara, cebolla, lechuga, pimienta negra, almejas, zanahoria, lechuga, brócoli, queso, huevo e hígado. Se calcula su consumo ideal entre 50 y 200 microgramos al día en personas adultas, mismos que se obtienen a través de una dieta balanceada.
Cuando existe deficiencia de cromo en el organismo pueden presentarse problemas como diabetes, cataratas (nubosidad en el cristalino del ojo que dificulta la visión) o deficiencias circulatorias, por lo que su consumo debe ser constante y hacer énfasis especialmente en la etapa adulta y tercera edad, pues las cantidades de este mineral en el organismo se pierden al paso de los años.
Sin embargo, también debe considerarse que el hombre contemporáneo, debido a sus hábitos, puede padecer deficiencias a temprana edad, pues los procesos de refinamiento de alimentos eliminan entre 75 y 80% del mineral contenido naturalmente; además, en el proceso digestivo se absorbe menos del 2%.
Por ejemplo, el proceso de fabricación de harinas refinadas, tan utilizadas en la elaboración de pan o pastas, elimina la cascarilla de cereales como centeno, trigo o arroz integral, que es donde se localiza la mayor cantidad del mineral. En este sentido, investigaciones recientes sobre obesidad realizadas en Estados Unidos demuestran que 9 de cada 10 personas tienen deficiencias de cromo, razón por la cual la mayoría de los habitantes de esta nación presentan sobrepeso.
Así, lo mejor es tratar de ingerir cereales y productos derivados en los que se conserven las propiedades naturales y, de ser necesario, enriquecer su aportación con suplementos vitamínicos y complementos alimenticios siempre bajo supervisión médica.
Tanto a este respecto como al consumo de productos para bajar de peso, es importante subrayar que la forma biológica identificada como polinicotinato de cromo es la aceptada por la Medicina, y no debe confundirse con picolinato de cromo, incluido en varias fórmulas y que no es aceptable: se ha reportado que consumirlo produce perturbaciones en la atención, dificultad para conducir vehículos y alteraciones en movimientos (brazos y piernas) y su coordinación; además, según nuevos estudios realizados en la Universidad de Alabama (Estados Unidos), esta sustancia puede ocasionar cáncer debido a que daña o fragmenta las estructuras de ácido desoxirribonucléico (ADN).
Ayuda de todo corazón
Tal vez uno de los efectos del cromo más notables se relacione con el corazón, pues un estudio realizado por el Dr. William Cefalu y otros investigadores de la Universidad de Vermont, también en Estados Unidos, sugiere que los suplementos de cromo controlan los síntomas del llamado síndrome X, problema que bien puede considerarse antesala del 50% de los ataques cardíacos en varones.
Este padecimiento afecta hasta a 25% de la población masculina, y se caracteriza por obesidad, aumento de la resistencia a la insulina, niveles elevados de azúcar y triglicéridos en la sangre, así como hipertensión arterial. Todos estos problemas, además de ser factores de riesgo para trastornos cardiacos, son condicionantes de diabetes.
Pues bien, los experimentos realizados por los especialistas arriba citados mostraron que la administración de suplementos alimenticios con cromo a ratas, durante tres meses, regularizó algunas alteraciones generadas a causa del síndrome X, como las que se dan en niveles de insulina, colesterol y azúcar en sangre después de una comida. Considera la importancia del cromo en tu salud y procura incluir alimentos ricos en él dentro de tu dieta o, en su defecto, recurre a complementos nutricionales. Si tu intención es bajar de peso, recuerda que debes consultar a un médico endocrinólogo o nutriólogo, quien seguramente te ofrecerá un programa que se ajuste a tus necesidades.