Siete efectivos del régimen sirio murieron y otros veinte resultaron heridos en enfrentamientos contra rebeldes en Uadi Barada, al noroeste de Damasco, pese a una relativa calma ayer y una supuesta tregua en la zona, negada por el bando opositor, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
En un comunicado, la ONG detalló que algunos soldados resultaron gravemente heridos por los choques que tuvieron lugar en las últimas 24 horas en Uadi Barada, controlada por los rebeldes y donde se encuentran los manantiales de agua que abastecen a la mayoría de la capital siria.
Dichos combates surgieron horas después de que fuentes gubernamentales afirmaran que habían acordado un alto de fuego entre los dos bandos en la zona, algo que las facciones rebeldes desmintieron, según el Observatorio.
Por otra parte, dos civiles murieron y varios resultaron heridos esta madrugada en bombardeos del régimen contra zonas en las dos poblaciones de Ain al Fiya y Basima, ubicadas en el valle de Uadi Barada.
La ONG afirmó que la cifra de víctimas mortales podría aumentar, debido a la existencia de heridos graves.
El régimen sirio, sus aliados armados y la milicia libanesa Hizbulá llegaron ayer a un acuerdo de cese de hostilidades con el Frente de la Conquista del Levante (exfilial siria de Al Qaeda) en esta zona, según la nota del Observatorio.
La fuente explicó que el acuerdo no entraría en vigor hasta que se reanudara el bombeo de agua del manantial de Ain al Fiya y Uadi Barada, que surte Damasco.
Se comprometían a mantener su funcionamiento, lejos de cualquier disputa, así como el arreglo de los manantiales dañados durante los enfrentamientos.
El pasado 27 de diciembre, el suministro de agua quedó interrumpido en Damasco debido a los combates en la periferia, en los cuales tanto los rebeldes como las autoridades se acusan mutuamente sobre este corte.
La violencia en Uadi Barada durante las primeras semanas de la tregua auspiciada por Rusia y Turquía ha puesto en duda la continuación de la frágil tregua y la capacidad de Rusia de obligar al ejército sirio y a las milicias que lo apoyan a respetar el acuerdo, tal y como ha denunciado la oposición armada y política.