Escapan de la violencia; llegan a Tijuana en busca de calma

A sólo unos metros de “la línea”, cientos de connacionales no buscan el sueño americano, su anhelo es la calma y la paz.

En los últimos años la llamada puerta de ingreso a Estados Unidos es una esperanza para mujeres y hombres que huyen de la violencia en sus comunidades.

Los cárteles, las pandillas y la inseguridad los obligaron a abandonar sus hogares, a ser desplazados, a buscar asilo político en la Unión Americana.

Vengo de Guerrero, de Lagunillas. Hay mucha delincuencia allá. Mataron a mi esposo por no querer trabajar con la gente de ahí. Me quedé sola. Me amenazan con mis niñas, que no me quieren ver ahí, y no tengo otro lugar a dónde ir. No puedo regresar. Me dijeron que me iban a matar y que se iban a llevar a mis hijas. Abusan, porque saben que una está sola, se aprovechan de eso”, comenta Laura, madre de dos menores.

La joven de 18 años es una de las connacionales que en los últimos años han buscado asilo político en la Unión Americana por la violencia del crimen organizado.

Abandonó su hogar por los homicidios, extorsiones, secuestros y desapariciones en el lugar donde habitaba. Sus dos hijas y ella fueron amenazadas de muerte.