Rusia quiere restablecer las relaciones con la OTAN y no considera que la alianza sea una organización arcaica, ya que resulta rentable para países pequeños que comparten los gastos en defensa, dijo hoy Andréi Kelin, director de Cooperación Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
«Para muchos países es rentable estar en la OTAN, incluso políticamente, porque ya no tienen que hacer su propia política exterior, basta unirse» a la creada por la Alianza Atlántica, apuntó Kelin en una entrevista a la agencia Interfax.
Los estados más pequeños encuentran muchísimas ventajas en la integración en la OTAN, expuso su punto de vista el diplomático ruso.
«No es necesario defender todo el perímetro del país. Bélgica, por ejemplo, no necesita tener sus propias fuerzas navales, aviación o defensa antiaérea. Se trata de repartirse el trabajo y eso es mucho más barato. Un país puede tener dos fragatas y cuatro cazas, mientras que su vecino cumple con otras funciones», indicó.
La OTAN, agregó Kelin, «es un factor militar real» y Rusia «debe restablecer unas relaciones normales, como las que hubo antes» con esa organización.
«Porque es imposible convencer a los países miembros de que la OTAN es un anacronismo» desde el punto de vista de sus objetivos políticos, «dado que los argumentos racionales prevalecen», subrayó.
Las relaciones entre Rusia y Occidente atraviesan uno de sus peores momentos de las últimas décadas, sin precedentes desde la Guerra Fría, por el papel de Moscú en la crisis de Ucrania.
La anexión rusa de Crimea y la guerra en el este de Ucrania llevó a los países bálticos y del este de Europa a pedir a la OTAN un reforzamiento de su presencia militar en la región por miedo a una posible invasión rusa.
Moscú y la Alianza han entrado en una espiral armamentística en la que cada refuerzo de la presencia militar de una parte en Europa lleva a la respuesta de la otra.