Masaje con esferas, relajante experiencia sensorial

Las culturas orientales continúan ofreciendo alternativas médicas que solucionan los problemas de la mujer y el hombre de nuestros días, obligados a cumplir con actividades rutinarias, toma de decisiones y numerosas responsabilidades que saturan su agenda.

Ello no es casual, pues los múltiples recursos terapéuticos de la medicina tradicional oriental tienen el acierto de recordarnos el valor que tiene robar algunos minutos a la rutina y dedicarlos a uno mismo. Tal es el caso de shiatsu, do in o reiki, que se dedican a la estimulación del organismo y sus terminaciones nerviosas mediante el contacto directo de las manos del terapeuta con el cuerpo del paciente, a través de presiones y masajes especiales, o del tai chi y chi kung, que promueven rutinas de movimientos para fortalecer músculos y articulaciones, además de que estimulan el uso de la respiración rítmica, el equilibrio y la concentración. Pues bien, todas estas disciplinas y algunas más comparten valioso recurso que está cobrando popularidad en nuestros días: las esferas chinas o esferas de salud, que se encuentran disponibles en juegos de dos, tienen un diámetro de entre 4 y 5 centímetros de circunferencia, por lo que caben fácilmente en la palma de mano, y que en ocasiones se encuentran bellamente decoradas.
La utilización de las «bolas relajantes» es muy sencilla y toda persona puede recurrir a ellas, sin olvidar que llegan a ser un recurso complementario en actividades como acupuntura (colocación de agujas en sitios que estimulan al organismo) y digitopuntura (presión con la punta de los dedos en lugares determinados del cuerpo), ya que ayuda a relajar a los pacientes, antes o después de un tratamiento, además de que permite potenciar el trabajo en algunas terapias médicas convencionales y alternativas. Incluso el feng shui, arte conocido por armonizar espacios habitacionales, recomienda su uso.
Historia y cualidades de las esferas de salud
Las esferas de salud fueron creadas en China, al parecer en la época de la dinastía Ming (1386-1644), pues las primeras crónicas sobre su uso por parte del emperador y las familias nobles datan de entonces. Años más tarde, debido a su efectividad, los médicos fueron extendiendo su uso entre la población para prevenir algunas de las enfermedades más frecuentes.
En un principio las esferas estaban hechas de jade u otras piedras de bello aspecto, pero su popularidad alcanzó tal nivel durante la dinastía Ping (1644-1912) que comenzaron a elaborarse con metal para que pudieran ser más accesibles. Esto también permitió hacerlas huecas y con placas en el centro que producen un sonido relajante y suaves vibraciones cuando se les manipula.
Cada una de las esferas chinas tiene un tono diferente, y gracias a ello reciben una denominación de acuerdo a la conocida dualidad empleada en las filosofías asiáticas: ying (grave, femenina) y yang (agudo, masculina). Los practicantes de esta técnica sostienen que es importante tener presente dicha distinción pues, cuando se realiza masaje a otra persona, la esfera yang debe tomarse con la mano diestra y la esfera ying con la siniestra. Se estima que estos accesorios producen entre 20 y 48 vibraciones tonales diferentes, mismas que, aseguran los terapeutas que las emplean, estimulan el flujo de energía invisible (chi) a través de «canales» conocidos como meridianos, mismos que son utilizados por otras técnicas, como acupuntura. Así, cuando se mueven estas «bolas relajantes» para generar sonido, éste es apacible y tranquiliza nuestra mente casi de inmediato.
Automasaje con esferas chinas
Dentro de las diferentes técnicas en que se emplean estas esferas, la siguiente es una de las más usuales y sencillas, ya que sólo requiere un poco de tiempo y concentración.
Consiste en tomar ambas esferas en una sola mano para hacerlas girar; el punto de partida es el dedo pulgar, empujando una hacia la parte interna de la palma hasta lograr que la otra se desplace, formando con ambas un movimiento circular en el que no deben ser friccionadas. Durante unos minutos (se puede iniciar con 1 o 2 para aumentar paulatinamente), el giro debe realizarse en el sentido de las manecillas del reloj y, por idéntico lapso, en dirección contraria.
Aunque simple, este ejercicio permite un estado de relajación y armonización profunda, ya que se dice que en la mano existen cinco centros de energía, representados por cada dedo, que se encuentran conectados con los órganos vitales. Si se practica con regularidad, mejora la actividad de los sistemas circulatorio y respiratorio, ayuda a la concentración mental y memoria, relaja la musculatura y fortalece a las articulaciones.
¿Cómo se utilizan las esferas chinas?
El masaje con esferas chinas también puede ser realizado por uno mismo y sirve para darle cuidados a nuestras extremidades superiores. Ayuda a evitar entumecimiento, hormigueo, acumulación de líquidos, pérdida de fuerza y falta de tono muscular, pero también evita nerviosismo y dolor en hombros, cuello y cabeza.

Para realizarlo, el brazo a dar masaje deberá estar relajado, apoyado sobre una mesa; luego se toma la esfera correspondiente a la mano libre y con ésta se comienza a realizar, en la parte superior del brazo (sobre el músculo bíceps) breves movimientos circulares de rotación, bajando así hasta el codo, sin tocarlo, durante varios minutos. A continuación se realiza la misma actividad sobre la parte posterior (tríceps), también sin tocar las articulaciones, concluyendo con el antebrazo y región de la muñeca.

Antes de pasar al otro brazo es importante tratar de sentir la diferencia entre la extremidad relajada y a la que todavía no se le ha dado masaje, ya que de esta manera es posible valorar los alcances de esta técnica.

Masaje integral
Su realización corre a cargo de un experto en terapias alternativas encaminadas al manejo de estrés, como reiki, shiatsu o digitopuntura. La sesión dura entre 30 minutos y una hora, y debe abarcar todo el cuerpo, aunque es muy probable que haya zonas que deban trabajarse con mayor atención.

El sitio donde se realice este tratamiento debe ser limpio y tranquilo, lo cual puede favorecerse con temperatura e iluminación agradable, música suave y aromatización con incienso o esencias. La camilla destinada al paciente debe ser cómoda para que éste se encuentre receptivo.

A través de preguntas y ligera exploración física, el especialista detecta cuáles son las necesidades de salud del paciente y, con base en este diagnóstico, efectúa masaje en regiones especiales:

Sienes. Relaja ojos y cabeza; se indica para personas con nerviosismo, dolor de cabeza, estrés, insomnio, problemas digestivos y de la vista.
Cuello. Ayuda a eliminar congestión nasal y genera mejor circulación sanguínea al cerebro, con lo que se promueve mayor agilidad mental y estado de ánimo alegre. A su vez, previene y alivia dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, dolor en ojos, inflamación y dolor de garganta, tos, asma y ronquera.
Abdomen. Recomendado para estreñimiento, gases intestinales y digestión lenta. Utilizando cremas especiales puede ayudar a eliminar grasa acumulada en la zona.
Espalda. Regula toda la circulación de la energía en el organismo, ya que estimula a la columna vertebral y terminaciones nerviosas que conectan con las diferentes glándulas y órganos. Asimismo, este masaje alivia dolor de espalda, lesiones cervicales, trastornos de movilidad en los miembros superiores, dolor de cabeza, entumecimiento en brazos, padecimientos respiratorios y tos.
Brazos. Indicado para personas que efectúan tareas manuales o que sufren mala circulación, dolor en hombros y codos, sudoración nocturna, insomnio y temblores en manos y brazos.
Espalda baja. Relaja la sección lumbar, de modo que actúa en beneficio de la vejiga y activa la función de los riñones, fortaleciéndolos y contribuyendo a la eliminación de toxinas.
Caderas y cintura. Elimina tensión y ayuda a prevenir y corregir malas posturas al estar sentado. Se indica especialmente en dolores de caderas y piernas, por lo que es de gran utilidad tanto para deportistas como para quienes deben pasar mucho tiempo sentados o de pie en su trabajo.
Piernas. Reduce el estrés, regula la tensión en las extremidades inferiores y estimula el funcionamiento de los riñones. Indicado para deportistas con sobreentrenamiento, personas que sufren calambres, cansancio en las piernas o pacientes que adoptan mala postura. También previene varices y mala circulación, además de que contribuye a la disminución de asma, disfunción eréctil y dolor de estómago, en espalda baja (lumbago) y órganos genitales.
Pies. Irriga a las glándulas sexuales, activa a los intestinos y la digestión, restablece la circulación sanguínea, relaja a todo el cuerpo y disminuye molestias en rodillas tensas; además, corrige problemas de mala postura en pies y columna vertebral. Útil para personas con poca movilidad en las extremidades inferiores o para quienes practican gimnasia, corren o realizan caminatas prolongadas.
Para tomar en cuenta
Como puede apreciar, los diferentes tipos de masaje con esferas chinas tienen aportaciones de gran valor para la salud, pero debemos mencionarle algunos puntos que no debe perder de vista:

Las esferas chinas pueden utilizarse para prevenir padecimientos comunes y ayudar al pronto alivio de personas bajo tratamiento médico, pero no son un método curativo.

Los beneficios sólo se logran cuando hay constancia, por lo que además de que se recomienda la realización de masajes completos de manera periódica (una vez a la semana o cada 15 días, por ejemplo), también se debe efectuar automasaje diariamente, al menos 15 minutos con ambas manos.

Si el trabajo con esferas de salud es acompañado de una alimentación equilibrada y ejercicios de meditación y respiración, los beneficios se multiplican.

Finalmente, nos queda aconsejarte que recurras a este tipo de tratamiento en centros especializados (spas o clínicas naturistas), ante todo cuando cuentes con pruebas de que los terapeutas están debidamente capacitados.