Reumatología; en espera de reconocimiento

Es frecuente observar que un número muy importante de pacientes que acuden a consulta médica lo hacen debido a que sufren dolor de espalda, rodillas o cuello, así como inflamación en articulaciones. La mayoría de estas molestias son síntomas de enfermedades reumáticas, las cuales, a pesar de que en ocasiones pueden ser atendidas por el médico general, internista u ortopedista, deben ser manejadas por el reumatólogo.
Esto último puede parecer una obviedad, pero muchas personas desconocen que este facultativo es quien cuenta con la preparación necesaria para llevar a cabo el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades articulares y, más aún, a pesar de que los primeros intentos por organizar a los estudiosos de estos problemas en nuestro país datan de 1939, cuando se fundó la Liga Mexicana Contra el Reumatismo, esta disciplina ha enfrentado varios obstáculos que han dificultado su desempeño.
En este ámbito de ideas, el Dr. Juan Carlos Cajigas Melgoza, jefe de Reumato-logía del Hospital Angeles de las Lomas (en la Ciudad de México), comenta que “no hay una conciencia clara acerca de los padecimientos reumatológicos, y la visión general que se tiene de ellos es limitada.
Es muy común que cuando interrogamos a la gente sobre qué saben de esta disciplina médica, la mayoría contesta que nada, y en nuestra práctica diaria vemos que muchos pacientes en consulta nos preguntan: ‘¿Y qué trata un reumatólogo, doctor?’ Todo esto habla de que hay gran desconocimiento de la materia”.
Aunado a esto, el Dr. Manuel Robles San Román, jefe del servicio de Reumatología del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (Issemym, en el centro de la República), comenta que las estimaciones existentes indican que “entre 10 y 12% de nuestra población puede padecer una enfermedad de este tipo y, en contraste, contamos con la sorprendentemente reducida cantidad de 412 reumató-logos”.
Este bajo número de especialistas se dedica al combate de las 200 distintas enfermedades reumáticas que existen y a la cuales se suele catalogar de manera errónea como problemas propios de la tercera edad.
“A pesar de lo que se piensa, muchos de estos padecimientos pueden verse desde la infancia o la juventud, y aunque la gente los minimiza porque se cree que sólo generan dolor o inflamación en las articulaciones, pueden ser incapacitantes cuando no reciben tratamiento adecuado y oportuno e incluso llegan a ocasionar la muerte”.
Por su parte, el Dr. Cajigas Melgoza añade que “es cierto que no todas las enfermedades de las articulaciones sean ‘de viejitos’, pero muchas son agravadas por la edad, como la osteoartrosis (desgaste del cartílago que amortigua la articulación).
En México debemos tomar en cuenta que las características poblacionales han cambiado y por ello las enfermedades cronicodege-nerativas (de larga duración y que pueden empeorar con el tiempo), como lo son muchas de las reumáticas, son cada vez más frecuentes”.
Puntos sobre las íes
Es importante aclarar algunos aspectos sobre los que suele centrarse el desconocimiento respeto a la Reumatología; en primer lugar, cabe decir que esta disciplina se define como la rama de la medicina encargada del estudio y atención de las enfermedades que afectan a las articulaciones y/o las estructuras que las rodean, y que se suelen manifestar con dolor y limitación de movimiento.
Las articulaciones son los lugares donde se unen los huesos (como codos, muñecas o rodillas), y cuando se afectan casi siempre sufren inflamación y rigidez, es decir, padecen artritis. De manera más específica, este problema recibe un nombre distintivo de acuerdo a la parte afectada, así que cuando ocurre en bursas (bolsas que facilitan los movimientos de músculos y tendones), se llama bursitis; en tendones (fibras que unen al músculo con el hueso), tendinitis, en ligamentos (mantienen las partes de la articulación en su lugar), entesitis; en vías sanguíneas, vasculitis; en músculos, miositis, y en nervios, neuritis. Contrario a lo que se piensa, algunas enfermedades reumáticas también pueden afectar a piel, cabello y órganos internos.
Con base en esto, el Dr. Robles San Román destaca que el mejor entendimiento de estos problemas depende de comprender que “la artritis no es una enfermedad por sí misma, sino un síntoma presente en diferentes padecimientos”, y que por ello se debe acudir a un médico para ser diagnosticado y tener tratamiento adecuado. “Me parece que esto es más claro cuando decimos que la fiebre también es un síntoma, el cual puede surgir a raíz de infecciones estomacales o respiratorias, estrés, cáncer o sida, y es por esto que, para eliminarlo, se requiere un experto”.
Dicho lo anterior es fácil sostener que, cuando se sufren dolor e inflamación articular, lo ideal es que sea un médico reumatólogo quien brinde atención, en vez de emplear remedios caseros, autorrecetarse o consumir productos “milagrosos” que se anuncian en la televisión, pues está comprobado que no ayudan a las articulaciones.
Asimismo, podemos indicar que aunque la base del diagnóstico en Reumatología son la historia clínica del paciente y la auscultación directa de las áreas que originan molestias, es indispensable que el especialista examine otras regiones del cuerpo que llegan a encontrarse afectadas (pulmones, ojos, sistema digestivo, corazón) y si todavía no se cuenta con suficiente información, puede echar ma-no de recursos como radiografías y exámenes de sangre u orina.
Empero, ante la realidad de que hay muy pocas personas capacitadas en México para atender a tanta gente, el Dr. Cajigas Melgoza señala que “en este momento lo que se puede hacer es acudir al médico general o familiar para recibir el tratamiento correspondiente, y si el facultativo considera que el caso supera su capacidad, se debe canalizar al paciente a un médico internista. A su vez, cuando éste no logre resultados óptimos debe dejar el caso en manos del reumatólogo, quien sólo atenderá a una tercera parte de los afectados, aquellos que presenten los problemas más severos”.

Otra idea errónea en torno a los padecimientos reumáticos consiste en creer que no es posible prevenirlos. Aunque algunos de ellos, en efecto, no pueden evitarse, el Dr. Cajigas indica que “habitualmente sometemos a las articulaciones a esfuerzo excesivo, tanto por cuestiones laborales como recreativas, además de que solemos recurrir a posturas inadecuadas al estar sentados o al agacharnos y cargar objetos pesados, con lo que solemos lesionar nuestra columna vertebral. Todos podemos hacer algo por evitar este tipo de dificultades y no experimentar las consecuencias a los 40, 45 ó 50 años de edad”.

En este sentido, el Dr. San Román detalla: “La osteoartrosis es capaz de generar incapacidad en forma lenta y progresiva, y para prevenirla es muy importante mantener peso adecuado. Pueden decir que como médicos tenemos fijación hacia el tema de la obesidad, pero es cierto que un paciente con sobrepeso hace que sus rodillas y sus caderas carguen con mayor trabajo de lo normal mientras camina o está de pie”.

Problemas y soluciones
A decir de los especialistas consultados, podemos considerar que hoy las enfermedades reumatológicas más comunes en México son:

Osteoartritis o artrosis. Se debe al desgaste del cartílago que hay dentro de la articulación para amortiguar impactos; genera inflamación, dolor e incapacidad de movimiento; afecta a cerca del 30% de los adultos mayores de 50 años, aunque puede presentarse en gente joven por esfuerzos excesivos.
Tendinitis y bursitis. Inflamación de un tendón o una bursa que se manifiesta con dolor y rigidez de movimiento; casi siempre se debe a sobrecarga en codos, hombros, pies, tobillos, rodillas, caderas, muñecas, y dedos.
Artritis reumatoide. Enfermedad inflamatoria que puede iniciar a temprana edad (desde los 20 años) y cuya causa no se conoce. Su blanco principal es el tejido sinovial (cubre o “forra” a la articulación), la padece el 1% de la población y puede ocasionar incapacidad y gran limitación si no se diagnostica o trata a tiempo.
Lupus eritematoso generalizado o sistémico. Ocurre cuando el sistema de defensas ataca a los tejidos del propio organismo (padecimiento autoinmune), por lo que ocasiona artritis, manchas en la cara, daño renal y anemia hemolítica (mala transportación de oxígeno por destrucción de glóbulos rojos, células encargadas de transportar este nutriente en la sangre).
Síndrome de Sjögren. También es un padecimiento autoinmune y se caracteriza por inflamación articular y daño crónico en las glándulas que segregan saliva, lágrimas y fluidos en general. Su causa es desconocida y afecta más a mujeres que a hombres.
Gota. Se vincula con el consumo de carnes rojas y alimentos con gran cantidad de proteínas, pues elevan los niveles de ácido úrico en sangre (hiperurisemia), que posteriormente se depositará en las articulaciones. Es más frecuente en hombres mayores de 40 años y en mujeres cuando han llegado a la menopausia.
Fibromialgia. Propagación de dolor en articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos que se asocia con fatiga, rigidez en las mañanas, problemas de sueño, dolor de cabeza, entumecimiento de manos y pies, depresión y ansiedad. Puede desencadenarse por sí sola o aparecer junto a otras condiciones, como artritis reumatoide o lupus. No siempre hay inflamación.
Otros problemas menos frecuentes y conocidos son espondilitis anquilosante (inflamación que afecta a las articulaciones entre las vértebras de la columna, lo que lleva a la fusión e inmovilidad de estos huesos), fiebre reumática (afecta a corazón, articulaciones, piel y cerebro luego de una infección por bacterias estreptococos, habituales en infección de garganta), miositis (enfermedad de tejidos conectivos que se caracteriza por la inflamación de músculos, piel y articulaciones; puede ser autoinmune, generada por infecciones virales o de origen desconocido) y esclerodermia (endurecimiento de tejidos de la piel, articulaciones y órganos internos).

Uno de los principales recursos para hacer frente a las enfermedades reumáticas en la actualidad son los antiinflamatorios, sobre los que el Dr. Juan Carlos Cajigas asegura: “Como primera opción recurrimos a fármacos que eliminan dolor e inflamación de tipo no esteroideos (AIINES), como el acetaminofén, aunque pueden tener consecuencias a largo plazo como gastritis (inflamación del estómago) úlcera (lesiones en las paredes de dicho órgano) y problemas renales; en otros casos empleamos una nueva familia de productos que tiene menos efectos secundarios, conocidos como inhibidores de la COX2 (celecoxib), y a veces utilizamos una combinación de ambos”.

El Dr. Manuel Robles San Román añade que “también hay medidas no farmacológicas que nos ayudan a que el paciente mejore su condición, como la práctica de ejercicio que no lastime a las articulaciones y fortalezca a los músculos, para que éstos ayuden a soportar el peso corporal (natación, yoga o tai chi son ideales); asimismo, buscamos erradicar la obesidad y efectuar programas de rehabilitación o fisioterapia (actividades físicas específicas), y en casos severos se pueden realizar cirugía, artroscopia (intervención con instrumental diminuto al interior de la articulación) o colocar prótesis”.

Respecto al momento más indicado para asistir a consulta por un problema articular, el Colegio Mexicano de Reumatología, que es el organismo encargado de agrupar a los especialistas en esta materia y difundir información sobre este tema, recomienda hacerlo cuando:

Se presentan dolor muscular o artritis en forma súbita e intensa en espalda u otras articulaciones, e impiden el desarrollo de actividades normales.
Hay molestia en articulaciones que aún siendo tolerable persiste por períodos largos de tiempo (semanas o meses), o que progresivamente es más intensa y limitante (cuando dolor en pies o rodillas impiden bajar escaleras, por ejemplo).
Aparece inflamación articular con otras molestias, entre ellas fiebre, malestar general, cansancio, caída de cabello, sensibilidad de la piel al Sol y resequedad en los ojos o boca.
Se tienen problemas de artritis o molestias en músculos o esqueleto que sólo se controlan con medicamentos y que no han sido valorados recientemente por un especialista.
Los resultados de algún examen de laboratorio sugieren una enfermedad reumática, la cual no ha llevado terapia.
Una mujer en edad cercana a la menopausia o luego de ésta no ha recibido atención ni vigilancia para supervisar el estado de sus huesos y articulaciones.
Finalmente, el Dr. Cajigas Melgoza menciona que “la gente debe saber que hay padecimientos que propiamente no tienen curación, como la artritis reumatoide, pero pueden controlarse al cien por ciento y entrar en lo que se llama remisión, es decir, los síntomas y la atrofia se detienen, por lo que para fines prácticos es como si se erradicara. Todo esto depende de la respuesta de cada persona, pero también de un diagnóstico oportuno y certero que permita un tratamiento temprano”.

Añade el facultativo: “Al conocer los casos de aquellas personas con enfermedades articulares que no recibieron tratamiento nos damos cuenta de que nos falta mucho por hacer, y tratamos de enfatizar en la labor de enseñanza académica y de educación a la población general, sobre todo a través de órganos como el Colegio Mexicano de Reumatología. Sin embargo, también debo reconocer que nuestra especialidad es muy gratificante, en el sentido de que se puede ayudar a los seres humanos a recuperar su calidad de vida”.

Por su parte, el Dr. Robles San Román concluye: “Los reumatólogos no somos tan espectaculares como otros médicos, pues casi no internamos pacientes o parece que sólo combatimos la inflamación, y tal vez esta imagen hizo que los jóvenes estudiantes no se sintieran atraídos por esta disciplina. Sin embargo, cada vez hay más especialistas porque poco a poco se está valorando nuestra profesión, y en el futuro cercano será muy importante la presentación de un estudio que elaboramos con 11,000 pacientes sobre la frecuencia de los padecimientos reumáticos en México, ya que se mostrarán los resultados a las autoridades y a la sociedad para que comprendan que estamos ante problemas serios”.