Deuda pública per cápita se dispara entre Fox y Peña

La deuda pública per cápita prácticamente se cuadruplicó entre los sexenios de Vicente Fox y Enrique Peña Nieto. En el comparativo entre la deuda del sector público y la población en México, en el año 2000 cada habitante debía 22 mil pesos; sin embargo, el siguiente año ascenderá a 79 mil.

En el año 2000 había 97.4 millones de habitantes y una deuda interna y externa por 2.2 billones de pesos. El siguiente año se contarán 122.2 millones de mexicanos y un pasivo total de 9.7 billones de pesos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de recomendar a México reducir de una forma más agresiva el nivel de deuda pública, pero también ir acomodando el gasto en el sistema de pensiones. Para eso sugirió que, de ser necesario, eleve las cotizaciones de las cuotas obrero-patronales para evitar presiones futuras. En su evaluación anual, el organismo acentuó que bajar más la relación de la deuda respecto al Producto Interno Bruto (PIB) es importante, pues de lo contrario podría perderse la confianza de los inversionistas, lo que a su vez se reflejaría en el desempeño económico.

En términos generales y con base en el último informe de la Secretaría de Hacienda (agosto de 2016), el saldo de la deuda interna del sector público federal se situó en 5.4 billones de pesos, mientras la externa, en 176.6 mil millones de dólares (3.7 billones de pesos). Sin embargo, independiente a los ajustes en el último trimestre del año, destaca que el Senado de la República aprobó en la Ley de Ingresos 2017 de la Federación la contratación de hasta 616 mil 800 millones de pesos en deudas interna y externa.

En resumen, si la administración de Enrique Peña Nieto inició en 2012 con una deuda interna y externa por seis billones de pesos, para el siguiente año los pasivos totales ascenderán a nueve billones 799 mil millones de pesos.

Mientras tanto, la Secretaría de Hacienda presume en su último informe que el “año pasado se reformó la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para determinar un uso específico a los recursos que provengan de los remanentes de operación del Banco de México. En cumplimiento de esta reforma, de los 239.1 mil millones de pesos por concepto de remanente de operación que el Banco de México entregó a la Tesorería de la Federación el pasado abril, el 70% de los recursos se destina a disminuir la deuda pública y 30% a la adquisición de activos financieros, mejorando la posición financiera del sector público federal”.

Pero en otra arista sobre el tema, el Gobierno federal también ha incrementado el desembolso anual por concepto de deuda: mientras en 2013 pagaba 281 mil 516 millones de pesos, para el próximo año se erogarán 414 mil millones.

En otro comparativo para 2017, la Federación destinará más presupuesto para el pago de la deuda que para las secretarías de Educación y Salud (387.5 mil millones de pesos entre ambas).

Los expertos y las calificadoras alertan porque la deuda interna y externa del sector público ya representa el doble del presupuesto anual del Gobierno de Enrique Peña Nieto, pero el siguiente año superará el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, cuando en 2006 representaba solamente el 18.8 por ciento.

Como consecuencia del acelerado crecimiento de los pasivos, las calificadoras como Moody’s y Standard and Poor’s ya cambiaron la perspectiva a negativa en el preciado grado de inversión que México ganó tras la aprobación de las reformas estructurales.

Aunque el nivel de deuda en México es moderado, “es elevado” para la capacidad de pago que tiene el país, pues la recaudación de impuestos aún es muy baja respecto al PIB, expuso Raúl Feliz, investigador del CIDE.

Hoy, la deuda total es el doble del presupuesto anual del Gobierno federal.

Cadenas de producción y mejorar gasto, claves para reducir la deuda

Ignacio Román, académico del ITESO, afirma que para resolver el problema de la deuda pública, el Gobierno de Enrique Peña Nieto debe establecer de manera urgente una estrategia a mediano y largo plazos que fortalezca a las cadenas de producción y que mejore el gasto público.

Detalló que, en el corto plazo, cuando van a la baja los recursos petroleros y “se pueden derrumbar” las exportaciones automotrices y las remesas de los migrantes, sumando que México depende en buena parte de los Estados Unidos y de su moneda, el dólar, “la única solución, dolorosa y automática, sería una macrodevaluación”.

“Si se hace una devaluación significativa, los productos importados salen mucho más caros y los productos nacionales salen más baratos en el extranjero. Eso corrige el déficit y el requerimiento de dólares. Pero eso va a costa del poder adquisitivo de la población, de la producción, del empleo. No es una solución ideal, pero es la única solución de corto plazo”.

Aseguró que también es necesario que desde la Federación se implemente una política de redistribución del ingreso y la riqueza, pues la actual polarización económica provoca una mayor vulnerabilidad externa por el alto nivel de consumo de bienes importados.

Resaltó que las afectaciones por el aumento de la deuda externa ya son ostensibles en las reducciones que las áreas de Educación y Salud tendrán en 2017.

“Entre más dinero se esté utilizando para pagar las obligaciones de deuda, sobre todo de deuda externa, menos dinero queda para utilizarlo en las necesidades que requiere el país”.

Por su parte, el analista económico Carlos Ramírez Powell señaló que, a partir del año  2008, la deuda externa no ha tenido la oportunidad de reducirse en el país.

Acentuó que, para contrarrestar esta dinámica, el Gobierno federal ya realizó una “contracción” en el Presupuesto 2017, una de las pocas acciones que puede implementar.

“Lo que vamos a estar atestiguando es que el Gobierno seguirá contrayendo su gasto operativo de manera drástica. No tiene remedio porque tiene que pagar en dólares… dicen que hay factores exógenos que están afectando, pero no es cierto. Los factores son totalmente endógenos: el Gobierno mexicano demanda divisas”.

Añade que la administración de Peña Nieto mantuvo la dinámica de endeudamiento para resolver los problemas a corto plazo hasta que la cuenta energética se volvió deficitaria.

“De 2005 a 2016, México pasó de ingresar aproximadamente 25 mil millones de dólares anuales a deficitar hoy en día dos mil millones de dólares anuales. Por supuesto que se te convierte en una bomba tremenda, que es con la que está lidiando la esfera financiera y hacendaria mexicana”.

LA ECONOMÍA CRECERÁ MENOS

El Fondo Monetario advierte que la economía mexicana crecerá menos de lo esperado en 2017 debido a que está sujeta a choques externos, en donde el principal riesgo es el aumento del proteccionismo en los principales socios comerciales.

Así, el país seguirá creciendo en un contexto externo complejo y de alta volatilidad financiera para cerrar este año con un avance de 2.1%, es decir, que se ratificó el pronóstico revelado a principios de octubre, pero se prevé un menor ritmo para 2017, con una expansión de 2.2%, menor al 3% estimado en octubre pasado.

En respuesta a las observaciones, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, comentó: “es un documento que tomamos con mucha seriedad, son recomendaciones que habremos de revisar”.

Detrás de la recomendación del Fondo Monetario se encuentra el interés del Gobierno de solicitarle una línea de crédito hasta por 88 mil millones de dólares. Por eso la alerta.