Aunque el virus del Zika ya no es clasificado como emergencia de salud pública internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) —no significa que la enfermedad haya sido erradicada—, el organismo internacional dijo que se prepara para una batalla a largo plazo, mientras investigadores buscan una vacuna.
En este sentido, Pete Salama, director ejecutivo de emergencias sanitarias de la OMS, anotó que no se ha rebajado la importancia del virus, que llegó para quedarse y la respuesta debe ser similar: permanente; el brote más grave registrado fue en febrero pasado, cuando bebés de Brasil presentaron cabezas inusualmente pequeñas, activando la alerta roja.
El virus Zika debe ser declarado una emergencia de salud pública, pues se le asoció con los casos de microcefalia; adoptaremos medidas expeditas para estudiar la causalidad del virus y sus efectos, a fin de desarrollar un combate eficiente de la amenaza”, declaró la directora general del órgano internacional, Margaret Chan.
Especialistas indican que para pugnar contra del desarrollo del zika, es factible liberar mosquitos modificados genéticamente: los machos transmitirían un gen específico a sus crías, por el que éstas morirían antes de madurar y se desplomaría la población de estos insectos; en este sentido, las investigaciones científicas siguen buscando una cura viable.
El periodo de incubación (tiempo transcurrido entre la exposición y la aparición de los síntomas) del virus del zika no está bien definido, pero se estima que toma pocos días. Los síntomas son similares a los del dengue, y consisten en fiebre, erupciones maculopapulares —sarpullido en la piel de color rojo con pequeños granos —, conjuntivitis, mialgias, artralgias, malestar y cefaleas; suelen durar entre 2 y 7 días”.