El uso del rebozo en la danza folklórica escénica mexicana: Significaciones y mensajes

A lo largo del tiempo, el rebozo ha sido una prenda muy frecuente entre las mujeres del pueblo en México, incluso ya desde la década de los veinte del siglo pasado fue cuando se le consideró un elemento característico de la indumentaria femenina y un símbolo nacional. El rebozo ha modificado su función que ha trascendido y transformándose a lo largo del tiempo.
Diversos usos se le han dotado, desde un elemento meramente funcional que arropa y protege hasta empleado como una herramienta para el cuidado de los hijos. La historia refleja que su
primer uso fue debido a la costumbre católica de cubrirse la cabeza con él por influencia de las capuchas de los frailes y de las mantillas que portaban las españolas. Así fue reinterpretado por el pueblo mexicano utilizando los telares prehispánicos y fue evolucionado su función, de utilitaria a estética, e incluso se le han otorgado funciones y significaciones nuevas y valoradas ya con mayor fuerza desde principios del siglo pasado. Debido a su uso dentro de las costumbres del pueblo mexicano en todo el país, ha sido un elemento presente en todas las actividades, desde el cuidado de los hijos, como herramienta de trabajo y como prenda de adorno personal que eleva la feminidad y carácter de la mujer mexicana. Lo vemos presentes en las danzas y los bailes populares desde la época virreinal hasta nuestros días como prenda significativa y que eleva la feminidad en el baile, usada como elemento decorativo dotada de una carga luctuosa, como cortejo o de cobijo físico y sentimental. Todo ello bajo el cobijo del arte popular. A principios del siglo XX, desde el movimiento Nacionalista mexicano hasta ahora se comenzaron a revalorar las raíces mexicanas. En la danza se retoman lenguajes y mensajes nacionalistas como los revolucionarios o los bailes del virreinato pero llevados a escena, bien estructurados, pensados y planeados bajo una técnica específica.
Esta línea sigue durante la posmodernidad y hasta nuestros tiempos, en donde compañías de danza folklórica escénica mexicana hacen uso del rebozo en propuestas coreográficas ayudadas de recursos auxiliares como la iluminación, la escenografía y la indumentaria en donde el rebozo juega un papel importante en algunas de las coreografías propuestas. Dada la importancia de la prenda, historiadores del arte mexicano como Manuel Toussaint o Justino Fernández han hablado del rebozo en algunas publicaciones. Se ha trabajado acerca de su proceso de fabricación, de origen y evolución a través del tiempo, sus diseños en el textil e incluso su significación, pero en relación con las danzas escénicas hay poco, y es aquí donde toma importancia este trabajo que desentraña y deja ver que su uso en la danza es vital y lleno de significación.En una publicación correlativa, se analizarán como casos de estudio dos coreografías hechas por coreógrafos independientes en momentos distintos de la segunda mitad del siglo XX, Lila López y Salvador Ordaz, analizando la forma en como emplean el rebozo y la significación que pretende transmitir dentro de la coreografía y su concepción coreográfica analizando la forma en como emplean el rebozo y la significación que pretende transmitir dentro de la coreografía. y su concepción coreográfica; para así poder establecer esos diversossentimientos emanados en los múltiples usos del rebozo como elemento y símbolo nacional dentro de la danza folklórica escénica mexicana. El arte popular: la danza y los textiles
Diversas son las definiciones en torno a lo que es el arte popular, pero abordaremos las más exactas para aterrizar mejor su concepción. El arte popular es un conjunto de expresiones de un pueblo producto del trabajo tradicional del artesano transmitidos de generación en generación. Para Daniel F. Rubín de la Borbolla, el arte popular es el más auténtico arte universal, que es funcional, útil, original, expresivo y de autosuficiencia educativa, económica, renovable técnica y artísticamente.
4 En cambio el Consejo de Praga señala que el arte popular es el trabajo tradicional del artesano como las formas, materias y técnica y que además agrega un elemento estético o de expresión artística al carácter funcional inherente del objeto. El doctor Atl afirma que las artes populares son las que nacen espontáneamente del pueblo, como consecuencia de sus necesidades familiares, civiles o religiosas.
Podemos notar la recurrencia de dos características en común: la funcionalidad y belleza, por lo tanto, el arte es una expresión artística de carácter funcional, mediante el cual, el hombre con su materia lo imita y expresa tangible o intangiblemente. El arte popular incluye las artesanías con intención artísticas y folclóricas, donde podemos tomar en cuenta las narraciones tradicionales, costumbres populares, supersticiones, creencias, lenguaje popular, dichos y, en general, todo lo relativo a la indumentaria.
En este caso dentro de las costumbres populares podemos tomar en cuenta la música, gastronomía, tradición oral, religión, la cerámica y las danzas donde esta última juega un papel preponderante en el presente trabajo.
La danza como arte se crea bajo unos parámetros universales de creación técnicos y estéticos con el fin determinado de obtener una creación coreográfica. Y es aquí donde entra el dilema de arte y arte popular en donde la primera es una concepción
cerebral con una finalidad estética y comunicativa, mientras que la segunda obedece a una creación repetida pero no igual, sino con el toque personal de cada artesano.
Las danzas folklóricas son aquellas que tienen su origen en la tradición y que contienen elementos constitutivos como el ritmo, los movimientos, la vestimenta o el significado y es ejecutada por miembros de sectores sociales ya sea en el campo o las ciudades, en ocasión de festividades cívicas o religiosas principalmente. Su interpretación, además, denota siempre peculiaridades regionales, y a su vez son influidas por otros géneros y técnicas que van alterando y modificando sus elementos según sea la asimilación y el nivel de modernización de la sociedad en que está inmersa.
En las danzas folklóricas es importante tomar en cuenta los recursos auxiliares de los que se vale, como la indumentaria o algún otro elemento u objeto empleado. En este caso la vestimenta por lo regular será de uso cotidiano, o en algunos casos diferente para eventos Estas danzas son asimiladas y reinterpretadas por compañías de danza folklórica academicistas para ser llevadas escénicamente para un público específico. La danza escénica en Latinoamérica como afirma Carlos Paolillo, representan una experiencia rica en contenidos y expresiones formales ya que es mestiza como sus creadores y constituye una manifestación cultural heterogénea y compleja. Alberto Dallal explica que los matices, anécdotas, niveles y sucesos del país van siendo asimiladas por los coreógrafos en su momento. O sea, que es un sincretismo de tiempos pasado-presente que da un producto escénico final.Volviendo a los recursos auxiliares y enfocándonos a la indumentaria, la producción textil es uno de los elementos más significativos de los pueblos indígenas de México, en donde cada región dependiendo de su antigüedad va a reflejar la diversidad cultural que caracteriza las piezas elaboradas plasmadas en el atuendo empleado.
En este caso, el rebozo como elemento de producción textil y de símbolo nacional será el protagonista en los casos de estudio. El rebozo es una tela alargada y angosta, teñida con técnica de ikat, con anudados y flecos en cada extremo llamados rapacejos. Tiene una fantástica multifuncionalidad, para llevar bultos, taparse la cabeza, usarse como abrigo, para cargar al hijo de la mujer que lo porta o incluso como herramienta de trabajo en el campo. tan típico, tan vernáculo, tan arraigadamente nacional, tan genuinamente mexicano es el rebozo como el sombrero “jarano”. No creo que exista en otra tierra del orbe algo idéntico al rebozo patrio, algo exactamente parecido ni que tenga un uso tan generalizado. También era usado por todas las clases sociales, desde los niveles más bajos como el campesinado y trabajadoras de Haciendas o casas reales, hasta las clases burguesas que muy a pesar de tener el guardarropa a la última moda europea no podía faltar entre sus prendas. Incluso el segundo Conde de Revillagigedo menciona que era usado tanto por las monjas, por los pobres del bajo
pueblo y por las señoras más ricas. Muchas señoras profesan todavía el rebozo un afecto especial: surtido el guardarropa con todas las confecciones europeas, se escurre un rebozo de silla en silla con esa flexibilidad perezosa de su tejido liso y acomodaticio En realidad no se sabe con certeza el origen del rebozo ya que pudo haber sido una prenda hindú importada por el galeón de Manila, o ser un derivado de la mantilla española ya que en forma y estructura son muy parecidos, o bien, la evolución del ayate indígena incorporado a la influencia de materiales, colorido y forma españolas de la conquista.
Diversos son los materiales de elaboración de dicha prenda, y este dependía de las clases sociales que lo usaban. El algodón fue el primer material empleado para su fabricación usado principalmente por las clases bajas, posteriormente se incorpora la seda y artiselaque eran las materias primas empleadas para las clases altas. Su elaboración fue primeramente por indígenas posiblemente utilizando el telar prehispánico y teñido con colorantes vegetales, animales y hasta minerales. Con el tiempo la prenda evolucionó en su uso y utilización, para pasar a ser de un elemento textil utilitario a un elemento estético-decorativo que realza la feminidad de la mujer. En las danzas populares ha sido empleado desdeépocas prehispánicas (el ayate), hasta épocas actuales con nuevos motivos utilitarios incorporados a los anteriores. El desarrollo de la cultura y el arte mexicano durante el siglo XX, estuvo indisolublemente ligado al movimiento armado de la Revolución Mexicana, donde las artes plásticas y la música del momentoabundaron en el nacionalismo para formar la identidad de los mexicanos ante la necesidad de
consolidar la Revolución Mexicana. Pionera universal de la danza moderna que se gesta a finales del siglo XIX y principios del XX fue Isadora Ducan quien deja las zapatillas de ballet para bailar descalza y con inspiración conceptual grecorromana. En el ámbito nacional, migran a México las norteamericanas Waldeen y Anna Sokolow quienes incorporan y crean la danza moderna con raíces y conceptos nacionalistas, en la búsqueda de una verdadera danza mexicana. Alumnas de ellas Guillermina Bravo, Josefina Lavalle y Amalia Hernández (fundadora del Ballet Folklórico de México) siguen el camino ya trazado para consolidar la danza en México. La renovación de las artes escénicas en la segunda mitad del siglo XX debe mucho a la aproximación que numerosos creadores de otras disciplinas que incorporan al teatro. Procedentes de la danza, las artes plásticas, la poesía o la música buscaron en el teatro un medio de ampliar o cuestionar sus propias disciplinas. La línea de la danza folklórica a través del tiempo ha sido lineal e influida por las tendencias y momentos artísticos, pero comienza como académica a partir del nacionalismo mexicano y hasta el siglo XXI.
En 1947, se creó la Academia de la Danza Mexicana en el INBA, cuyos lineamientos consideraban que el arte popular era la fuente viva de conocimiento y de carácter de lo mexicano en donde Guillermina Bravo fue la directora, y Ana Mérida, subdirectora. 21 Posteriormente en 1959 se crea el Ballet Folklórico de México bajo la dirección de Amalia Hernández abriendo su repertorio coreográfico con los sones antiguos de Michoacán con un estilo refinado y lleno de recursos auxiliares como indumentaria, iluminación y escenografía que en conjunto proponían una puesta de danza escénica.