Piojos, parásitos causantes de pediculosis

Se esconden entre la ropa de vestir o de cama, y habitan y se crían en la cabellera, donde muerden el cuero cabelludo para alimentarse de la sangre de su huésped y su saliva produce una infección a la que se llama pediculosis.
Se reconocen las siguientes especies de piojos:
Pediculus capitis. Habita en la cabeza, es la más común, y puede extenderse a cejas, pestañas y barba. Es de color grisáceo y mide entre 3 y 4 mm de largo; la hembra es más grande, vive un mes y pone de 7 a 10 huevos al día, los que deposita en el cabello. Pediculus corporis. Vive en la ropa, y la hembra deposita cerca de 30 huevos por día en las costuras de la misma. Debido a que para su supervivencia necesita alimentarse periódicamente y mantener cierta temperatura, se disemina en aquellos grupos humanos que, habitual o en forma circunstancial, no se cambian de ropa con mucha frecuencia.
Pediculus pubis. Está provisto de pinzas semejantes a las del cangrejo, las cuales le permiten fijarse con fuerza al vello púbico. Esta especie es llamada popularmente ladilla, y en ocasiones se encuentra en cejas y pestañas; algunas veces transcurren varias semanas hasta que el infestado se da cuenta de su presencia, debido a que su período de reproducción es más largo que el de los que se alojan en la cabeza.
Es importante destacar que el piojo humano puede transmitir el tifus exactemático, enfermedad cuyos síntomas incluyen dolor de cabeza, escalofríos, fiebre, tos y dolor muscular severo; después del quinto o sexto día se presentan manchas obscuras en la piel, en la parte de arriba del cuerpo, las cuales después se esparcen, excepto a la cara, palmas de las manos y plantas de los pies. Generalmente una sola dosis fuerte de antibiótico aliviará al paciente. Debe dejarse claro que la transmisión no se produce por la picadura del insecto sino por la entrada de sus excrementos a través de erosiones producidas en la piel, por lo que resulta peligroso rascarse.
El ciclo de vida de los piojos se ve favorecido al haber deficiente higiene personal, temperaturas frías y en sitios donde la gente vive en estrecha proximidad una de otra (hacinamiento).
Los piojos de la cabeza se transmiten de una persona a otra, por compartir peines y cepillos, entre otros objetos; jardines de niños y escuelas son fuente común de transmisión.
La forma más común de contagio de los piojos del pubis es por contacto sexual.
Síntomas
Comezón intensa.
Irritación del cuero cabelludo, detrás de las orejas o área de la piel en la que se aloja, producida por el rascado.
Pequeñísimas manchas rojas producidas por las mordeduras.
Diagnóstico
Tomando en cuenta los síntomas descritos se procede a una revisión para comprobar la existencia de piojos.
La inspección del pelo de la víctima permitirá ver los insectos adultos, particularmente en el pelo oscuro, pues son de color blanco-amarillento; la hembra deja pequeños huevos blancos o con brillo plateado que se pegan a la base del cabello aproximadamente a medio centímetro del cuero cabelludo.
Cuando el rascado ha sido intenso y constante, habrá grandes llagas y costras.
Prevención
La higiene es básica.
No deben compartirse peines, cepillos o accesorios para el cabello.
Evitar el contacto con gente infestada.
Es recomendable usar shampoos, jabones o lociones con propiedades pediculicidas, siguiendo cuidadosamente las instrucciones de uso; algunos se venden sin receta.
En el caso de infestación en cejas y pestañas, deben usarse pinzas para retirar a los parásitos.
Es muy importante desinfectar o desechar las fuentes de contagio (peines, cepillos, sombreros o gorras y otros del mismo uso).
Es de vital importancia desinfectar la ropa —personal y de cama—, para lo cual será necesario lavarla con agua muy caliente, con el fin de matar las liendres (estado del insecto anterior a la adultez).
La época de los piojos escolares suele empezar en octubre y sigue hasta febrero (temporada de frío), por lo cual hay que extremar precauciones entre los niños.