Cuando el carajo nos alcance… o lo alcancemos

La historia de la cuenca de México, al menos la de su largo y aberrante proceso de urbanización, es la lucha por y contra el agua.
Tenerla y expulsarla de la enorme cazuela geológica en la cual de manera absurda fue desarrollándose (los tumores también se desarrollan) la ciudad más desequilibrada del mundo, la menos viable, la de peores condiciones naturales para un congestionamiento cuya ilógica permite concentrar en el uno por ciento del territorio de un país, el precario equilibrio de un mundo en la punta de un alfiler.
Ni siquiera en el circo se ven los afanosos equilibrios de un elefante con las cuatro patas en la punta de un bastón, si existiera uno de tal resistencia. Pues así estamos.
Pero más allá de esa comparación alegórica, debemos pensar en el asunto hidráulico. Había una vez un reino flotante en las más bellas lagunas de un valle a dos mil metros de altura, cuyos habitantes, en un lapso de 500 años, llegaron y se multiplicaron hasta ser tantos como para beberse los lagos, cegar los ríos y abandonar el páramo antes de morir de sed mientras sus palacios, convertidos en tugurios, se hundían en el lodo primitivo.
La escasa viabilidad de un futuro sustentable en la Ciudad de México se prueba en el irracional aprovechamiento del agua: la subterránea se agota mientras el suelo se fractura y el gran Leviatán se hunde en tanto el suministro foráneo disminuye también en un país de condición general semidesértica. Y las zonas donde hay agua —como las del sureste— son lejanas y no se prevé -—no se tiene dinero— construir acueductos de miles de kilómetros para saciar la sed del monstruo hundido, cuya cintura ya se mete en el lodazal de las flojas arcillas pastosas.Por eso ya era tiempo de alguien con autoridad, capacidad y conocimiento como Ramón Aguirre, quien con todas las letras nos ha dicho: a esto se lo lleva el carajo en 50 años. Esta información merece la íntegra reproducción:
“(EOL).- El modelo de consumo de agua en la Ciudad de México no es sustentable y al ritmo actual se tiene garantizado el líquido sólo para 50 años más, dijo el titular del Sistema de Aguas (Sacmex), Ramón Aguirre Díaz.
“Durante un foro sobre las aguas subterráneas en la cuenca de México, organizado por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial, el funcionario insistió en que se requiere armar un plan a un plazo de 25 años, con metas definidas y presupuesto garantizado para reducir, al menos a la mitad, el gasto de agua en las entidades de la Megalópolis (Ciudad de México, Edomex, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Morelos).
“De acuerdo con lo que me han dicho especialistas en hidrología y geólogos más capacitados que conocen el Valle de México, al ritmo de sobreexplotación que estamos llevando nos queda agua para 40 o 50 años. Necesitamos cambiar de un modelo de gestión de sobreexplotación a uno sustentable, sin que haya una crisis de falta de agua, eso es lo que estoy peleando.
“El dato que tengo es que hay 100 por ciento de posibilidades de que a la ciudad se la cargue el carajo si no hacemos algo ya”, recalcó.
“Aguirre Díaz alertó que en la urbe 1.4 millones de habitantes sufren escasez de agua.
“Insistió en que a la fecha hay reservas garantizadas en el subsuelo de la capital, de donde se obtiene dos tercios del líquido que se consume en la ciudad, para el próximo medio siglo, en comparación con Bogotá, Colombia, urbe que tiene asegurado su abasto para 240 años.
“Destacó que otros problemas son que 18 por ciento de los capitalinos, principalmente los que habitan en la zona oriente, está sujeto al tandeo de agua en sus redes debido a la escasez del líquido. Además, la mitad de los habitantes de la ciudad no tiene presión suficiente durante todo el día y otro 10 por ciento recibe agua de baja calidad en sus redes.
“No estamos caminando en un sistema en que podamos ir mejorando las cosas; (el modelo de consumo) se basa en una sobreexplotación de agua del Valle de México.
“La Megalópolis no es sustentable y eso nos mete en una situación compleja porque el agua es vista como un derecho humano”, abundó el funcionario”. Nadie sabe si con la canción de los derechos humanos se puede fabricar agua potable, digo yo.“Un indicio de los problemas para encontrar fuentes de abasto es el hecho de que durante décadas los pozos de agua de la Ciudad de México se perforaban sólo a 30 metros de profundidad. A inicios de este siglo se empezaron a excavar a entre 250 y 300 metros y actualmente ya se busca agua a profundidades de entre 350 a 400 metros.
“Aguirre Díaz destacó que el gobierno capitalino ha destinado recursos importantes para reparar fugas de la red de distribución, sin embargo, subrayó que el esfuerzo para ampliar el abasto debe ser transexenal e incluso han esbozado escenarios.
“Se requiere un plan formal, de al menos tres administraciones, que desarrolle un consejo técnico y un observatorio ciudadano que vigile que se cumplan las metas.