Respeto entre los usuarios de la vía pública: Solución de vida

Así como la mayoría de las ciudades del mundo, las de nuestro país originalmente eran comunidades compactas donde caminar y andar en bicicleta eran los principales modos de transporte. Sin embargo, entre los años 1950 y 2000, las ciudades se dispersaron y se volvieron dependientes del automóvil.
Ahora las cosas comienzan a cambiar o a revertirse, las bicicletas se utilizan por los diferentes estratos sociales y es su versatilidad lo que la posiciona como opción ventajosa a la hora de servir como medio de transporte.
Lamentablemente la era del automóvil lo posicionó como el “rey de la calle”, donde los grandes porcentajes de inversión eran dirigidos a este mecanismo de desplazamiento.
Eso parece haber quedado bastante fijado en la conciencia del colectivo popular, que se sigue pensando en la supremacía del automóvil en la vía pública.
Ahora que la bicicleta retoma un nuevo impulso, damos cuenta de una disputa desigual, en la que el coraje, la frustración y la agresión se hacen presente entre automovilistas y ciclistas.
Es más frecuente la agresividad y las hostilidades. Tal pareciera que automotores reclaman espacio a ciclistas, sin tomar conciencia de su vulnerabilidad.
Tan es así, que ya se está volviendo cotidiano el advertir eventos de verdaderos ataques a los ciclistas. Ejemplos en verdad alterantes fueron los recientes casos identificados popularmente como el de “LordDodge” y “LordAudi”.
El primero y más reciente, un caso en el que el conductor de una camioneta, embistió, agredió y lanzó la bicicleta a un ciclista en calles de la colonia Polanco. El segundo, un caso ocurrido el mes pasado en el que el conductor de un auto acosó a un ciclista, invadió el carril exclusivo para bicicletas para luego arrollarlo, por lo que la bicicleta quedó debajo del auto. Luego agrede a un oficial de policía y huye llevando arrastrando una bicicleta del sistema ECOBICI.
Son casos muestra que además de poner en riesgo la vida de los ciclistas, incrementan las lamentables estadísticas, como las siguientes:
El año pasado se registraron 17 muertes de ciclistas en la ciudad de México, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública capitalina.
En el mismo periodo, los accidentes registrados en los que participó algún ciclista fueron de 207.
De acuerdo con la ONG Bicitekas A.C., los accidentes en los que se ve involucrado un ciclista se incrementaron en un 133% en los últimos diez años.
La intención ha sido la del enfatizar esfuerzos en la cultura vial y el respeto entre los usuarios de la vía pública, de manera que la buena actitud, la observancia de las normas de circulación, el cuidado y precaución hacia nuestros semejantes redunde en la salvaguarda de su integridad física y la vida misma.
Sin embargo, no se ha logrado.
Ojalá pudieramos entener esta situación y tomar conciencia de los riesgos que genera la cultura de “echar el carro”, que más que conceder supremacía en la vía pública, engendra agresiones, violencia y riesgos mortales, principalmente para los ciclistas.
No esperemos a endurecer la actitud del Estado para proteger a nuestra sociedad a través del derecho penal, al advertirse que no ha sido posible a través de medios menos graves. Apelo a la razón para que los distintos usuarios de la vía pública reconsideremos nuestras actitudes, nos respetemos y evitemos abusar de la vulnerabilidad de quienes no se ven en determinado momento protegidos por la estructura de un vehículo de motor: Ciclistas y peatones.
Los autos eléctricos e híbridos: una alternativa plausible para México
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en el mundo 7 millones de personas por la mala calidad del aire originada por la contaminación atmosférica, convirtiéndose éste en el principal riesgo ambiental para la salud a nivel mundial. Además, se estima que el 24% de la carga de las enfermedades y el 23% de los fallecimientos se pueden atribuir a factores ambientales.
En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 2015, el número de muertes atribuidas a la contaminación del aire asciende a casi 20 mil 500 anuales.
La principal causa de la contaminación en nuestro país, primordialmente en las grandes ciudades y zonas urbanas, es la quema de combustibles fósiles. El uso del automóvil particular supera al uso del transporte público, dando lugar a un cada vez mayor número de autos en circulación, a más congestiones vehiculares y, con ello, a mayores emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
El INEGI señala que en 2015, el número de vehículos registrados en circulación asciende a más de 36 millones de unidades, con un índice de motorización de 350 vehículos por cada mil habitantes. Esta última cifra indica un aumento de casi el doble respecto del año 2000, en el que sólo eran 160 por cada mil.
Solamente en la Ciudad de México, según la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (Semovi), se encuentran en circulación 5.5 millones de autos.
, sumándose cada año hasta 250 mil unidades nuevas.

Actualmente existen diferentes alternativas de transporte que son más amigables con el medio ambiente. Las redes de transporte público masivo, los taxis ecológicos y los sistemas de bicicletas públicas son algunos de ellos.

En este sentido, los autos eléctricos e híbridos, constituyen también una opción importante que coadyuvan en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. Los autos eléctricos funcionan por medio de uno o varios motores eléctricos, eliminando así la necesidad de combustibles fósiles.

De acuerdo con el informe Global EV Outlook 2016, realizado por la Agencia Internacional de Energía (AIE), los vehículos eléctricos se encuentran considerados como una de las tres únicas tecnologías de energía limpia con el potencial de cumplir con los objetivos de transición energética libre de carbono para el año 2050, en concordancia con los compromisos y objetivos alcanzados en la Cumbre de París sobre Cambio Climático en diciembre de 2015.

El informe estima que en 2015 se superó la cifra de 1 millón de vehículos eléctricos vendidos en todo el mundo, siendo China y Estados Unidos los principales mercados, una señal positiva si se tiene en cuenta que también son los principales emisores de gases de efecto invernadero.

Si bien en México la venta de los autos eléctricos representa una industria incipiente, no cabe duda que constituye una oportunidad para reducir considerablemente los altos niveles de contaminación en las principales ciudades, mejorando la calidad del aire, la salud de la población y contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.

Una de las recomendaciones que hace el Centro Mario Molina para mejorar la calidad del aire en el Valle de México es precisamente incentivar la penetración de tecnologías vehiculares limpias y más eficientes, tales como autos, autobuses y camiones eléctricos e híbridos.

En abril del presente año, el Senado de la República, comprometido con esta causa, aprobó un dictamen que exhorta al Ejecutivo para continuar con los apoyos e incentivos para el uso de vehículos eléctricos e híbridos, asimismo se firmó un convenio con la Comisión Federal de Electricidad para la instalación de 30 estaciones de recarga eléctrica a lo largo de 2016. Algunas de estas ya se encuentran en funcionamiento en el Senado y son totalmente gratuitas.