Piden fin de política prohibicionista sobre mariguana

La política prohibicionista que persigue y castiga desde el derecho penal la oferta y el consumo de la mariguana falló y es necesaria una regulación que disminuya sus costos: la violencia, el encarcelamiento de consumidores, las violaciones de derechos humanos, la debilidad institucional y el gasto irracional en la guerra contra el narcotráfico.

Esta fue una de las conclusiones a las que llegó el senador del Partido Acción Nacional (PAN), Roberto Gil Zuarth, durante el desarrollo de su ponencia «El problema de las drogas. A revisión», que se presentó durante un debate que organizó el Instituto Aspen y que se realizó esta tarde en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

En la discusión participaron el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente; el ex canciller Jorge Castañeda; el ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Pedro Aspe, y el ex secretario de Gobernación, Fernando Gómez-Mont.

Pedro Aspe afirmó estar a favor de acabar con la prohibición y dejar que las instancias de salud se encarguen de la regulación. El economista dijo que si un joven es detenido por portar mariguana, en lugar de meterlo en la cárcel las autoridades deberían enviarlo a un centro de salud.

Jorge Castañeda destacó que México tiene autoridad moral para decir que la política prohibicionista, impulsada por los Estados Unidos, no sirvió de nada y es un argumento impecable para legalizar la mariguana en el país.

Juan Ramón de la Fuente propuso tratar a los usuarios de drogas como enfermos y no como criminales. Argumentó que lo que actualmente «horroriza» a la sociedad mexicana son los daños que producen las consecuencias de la prohibición y no el consumo. Aseguró que cuando se analiza el tema desde la perspectiva de la salud, se llega a la conclusión de que no todas las drogas producen adictos.

Fernando Gómez-Mont acentuó que el debate de las drogas en el mundo está apresado por prejuicios y dogmas y comentó que debe estar orientado a reforzar la autonomía moral de las personas, pues el prohibicionismo no permite observar la realidad de forma clara.