Cinco años de dolor; 52 muertes en el Casino Royale

MONTERREY.

Hace cinco años la voracidad del grupo criminal de Los Zetas causó la muerte de 52 personas en el ataque incendiario al Casino Royale.

Hombres y mujeres murieron intoxicados por el humo del fuego que consumió gran parte de las instalaciones de esa casa de apuestas, ubicada en el cruce de San Jerónimo y Gonzalitos, en Monterrey.

Según las autoridades estatales, el ataque fue perpetrado en sÓlo dos minutos y 30 segundos. El motivo fue la negativa del dueño del casino, Raúl Rocha, de pagar una cuota a ese grupo delictivo de 130 mil pesos por semana.

A un lustro de esa tragedia, el dolor no se ha desvanecido y el atentado es recordado como uno de los capítulos más negros en la historia de Nuevo León y del país.

Sin embargo, ahora la conmemoración no luce como  otros años. Zamara Pérez, quien desde un principio asumió el rol de vocera de las familias de las víctimas, dijo que no estará presente y no se hizo cargo de la organización de la tradicional  misa.

Incluso comentó que desconoce si se realizará la ceremonia religiosa para recordar a los fallecidos en ese ataque.

“Yo les he preguntado directamente a algunos familiares, pero no cuentan con recursos para la aportación voluntaria que se pide, más lo de las flores, porque esa iglesia no da misa si no pones flores”, reveló Pérez, quien está en la Ciudad de México por el fallecimiento de su padre.

La vocera de los deudos comentó que el recuerdo de las víctimas parece que se ha diluido entre las autoridades.

Así, en esas condiciones hoy se cumplen cinco años de la tragedia que enlutó a decenas de familias.

Desesperación

La tarde del 25 de agosto de 2011, un comando de Los Zetas roció de gasolina el interior del Casino Royale, le prendió fuego y dejó muerte y desolación.

Ocho delincuentes ingresaron al negocio y otros tantos permanecieron al resguardo de las puertas. Ante el acoso de las llamas, clientes y empleados intentaron escapar  del inmueble, cuyas salidas de emergencia estaban cerradas.

En el casino había 200 personas. El saldo del ataque fue de 52 muertos, entre ellos dos mujeres embarazadas.

En torno al Royale se escribieron muchas historias de dolor, como la de Zamara Pérez, quien perdió en el incendio a su hijo, Brad Xavier Muraira Pérez, de 18 años.

Cuando el comando atacó, ella logró escapar por la puerta de acceso de los empleados, pero su hijo no pudo seguirla.

“Yo lo buscaba con desesperación, recorría el lugar, pensé que había salido. Todo era caos”, recordó.

Zamara ha tenido que acudir a un terapeuta, y uno de los momentos más difíciles fue cuando acudió a depositar en un cementerio la urna con las cenizas de Brad Xavier.

“No me quería desprender de él”, compartió.

Otro caso es el de Irma Idalia Fabela, cuya hija murió en el atentado. Irma Sofía Vélez tenía seis meses de embarazo y falleció por intoxicación.

Irma Sofía dejó en la orfandad a un pequeño, de nombre Antonio Emanuel.

“Ésa es una tragedia que nunca vamos a poder superar”, afirma Irma Idalia.

Mencionó que su hija no era asidua a las casas de apuestas, sino que fue la mala fortuna la que la sorprendió, porque ésa era la primera ocasión en que estaba en una.

“La invitó una amiga que también falleció en el mismo sitio”, recordó Irma Idalia.

De acuerdo con Zamara Pérez, han sido indemnizadas, mediante un seguro, 28 familias de los 52 fallecidos.

Algunos han declinado recibir el pago, ya que se trata de personas de elevados recursos económicos y han decidido darle vuelta a la página.

“El monto de cinco millones de pesos se dividió entre los que fueran clientes (no se consideró a los empleados del local). Hasta la fecha sé que han cobrado unas 28 personas más o menos”, reveló.

Pérez agregó que la idea es constituir con los recursos que restan un fondo para ayudar a víctimas de una tragedia similar o donarlos para los bomberos del estado.

En su oportunidad, se dio a conocer que el Casino Royale abría bajo un amparo y que meses antes del ataque había sido clausurado por el municipio.

Cuando ocurrió el atentado el presidente de la República era Felipe Calderón quien calificó el ataque como un acto de barbarie.

De manera reciente, el nombre del Casino Royale volvió a salir a la luz pública cuando uno de los implicados en el ataque fue señalado como uno de los principales protagonistas de la riña en el Penal del Topo Chico, el pasado 10 de febrero.

Javier Alonso Martínez Morales, El Javo, fue condenado a 90 años de prisión por los hechos que la tarde del 25 de agosto del 2011 costaron la vida a 52 personas.

Sin embargo, a pesar de la sentencia que le fue impuesta, la pena máxima que cumplirá es de  60 años.

La operación criminal en contra del centro de apuestas fue ordenado por operadores de Los Zetas identificados como Francisco Medina, Mejía, El Quemado; Baltazar Saucedo Estrada, El Mataperros; Roberto Carlos López Castro, El Toruño; José Alberto Loera Rodríguez, El Voltaje, y Carlos Oliva Castillo, La Rana.

En abril del 2012 se confirmó que El Quemado murió en un enfrentamiento con fuerzas castrenses en una carretera que comunica a Piedras Negras con Nuevo Laredo.

El resto de los líderes que ordenaron el ataque fueron detenidos en los meses posteriores a lo ocurrido.

Con el tiempo encima

En días pasados, cerca de cumplirse cinco años de la tragedia del Casino Royale, trabajadores iniciaron la reconstrucción del memorial en honor de las víctimas.

La obra llamada Tu Vida fue destruida por un vehículo que se impactó en ella y la dejó en ruinas.

El memorial se localiza casi frente a la casa de apuestas, que está abandonada.

El memorial original fue diseñado por Brenda L, Tamayo, hija de uno de los fallecidos durante el atentado de hace cinco años.